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CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR crítica: ¿Y tú con quién vas?

Vuelve el Capitán América con sus amigos Vengas con otra obra maestra superheroica de Marvel

CHEMA PAMUNDI

Cuando las generaciones futuras hagan balance del cine hollywoodiense de gran formato que dominó la segunda década de los 2000, sospecho que el caso de Marvel Studios se analizará con especial atención. Paso a paso, título a título, la Casa de las Ideas está ejecutando un plan que no sé si tiene parangón: crear un mosaico en el que TODOS sus largometrajes se conecten con todos, establecer un universo fílmico que sea imagen-espejo de sus 80 años de historia como editora de tebeos, unos tebeos cuya característica principal siempre han sido esas alambicadas sagas épicas que mezclan tramas y personajes a punta pala. Es una labor titánica, y hay que decir que Marvel la está completando con un índice de aciertos pasmoso. ¿Cuánto hace que esta gente no se casca una película fallida? Pues esta vez tampoco. Capitán América: Civil War es otro clásico instantáneo que añadir a la lista.

"Civil War", aparte de ser una de las epopeyas tebeísticas más extensas de la pasada década (permeó todas las colecciones Marvel durante casi un año), se convirtió quizás en el último cómic de superhéroes que ha resultado importante más allá de los límites del fandom. Se le podrá criticar su irregularidad, sus excesos, su final inconcluso... pero no cabe duda de que captó la atención de todo el mundo y modificó el rumbo del género, haciéndolo un poco más adulto, un poco más sofisticado. Muchos lectores adolescentes se quedaron a cuadros ante una historia que, macro-combates aparte, planteaba de manera directa y contundente (nada de metáforas veladas) el dilema político/social entre libertad y seguridad. ¿Los gobiernos tenían derecho a controlar a los superhéroes, a ficharlos y revelar sus identidades secretas, a fin de evitar que operaran sin rendir cuentas a nadie ni responsabilizarse de sus patinazos? Iron Man decía que sí. El Capi decía que no. Cada uno formó su bando y se pusieron a darse de cazos. Los fans también elegimos bando, y en general nos lo pasamos de coña.

 

Capitán América: Civil War: superhéroes Marvel

"Los dos bandos a elegir son los pro-Scarlett Johansson y los pro-Elizabeth Olsen"

 

No es previsible que dicha historia tenga un impacto equivalente en la presente adaptación, principalmente porque el cine de súpers se ha asumido a sí mismo como un género ante todo de entretenimiento, más epatante que el cómic a nivel visual pero bastante menos ambicioso y arriesgado en lo dramático. Además, Capitán América: Civil War no se basa a pies juntillas en el tebeo original, sino que más bien “se inspira” en él. De hecho, casi lo único que ha sobrevivido del papel a la pantalla ha sido la idea del acta de control de superhéroes y los dos bandos enfrentados: los que están a favor de firmarla y los que no. La mayoría de cambios que ha sufrido la historia a partir de ahí eran obligados, porque en las películas Marvel el concepto de “identidad secreta” apenas tiene peso (aquí la peña se quita la máscara en público a la primera de cambio) y porque había que encajar en dos horas una trama que abarca más de un centenar de comic-books. El resultado definitivo quizás tenga menos aristas ideológicas que el original, pero conserva su mismo tono de macro-evento y se beneficia de un argumento (casi completamente nuevo) bastante más nítido, así como de una resolución más satisfactoria y autocontenida.

La acción enlaza de forma directa con Capitán América: Soldado de Invierno y con Los Vengadores: La era de Ultrón, quedando a medio camino entre el tecno-thriller de espías con superpoderes que era la una y la ida de olla apocalíptica que era la otra. Los ingredientes son los de siempre: una gran conspiración cuya naturaleza no se desvelará hasta el final, muchas peleas y persecuciones (a cual mejor filmada), los chascarrillos de rigor a cargo de Tony Stark, y un subtexto que sigue ahondando en el tema de fondo común a todo el “plan Marvel”: ¿cuál es el papel de los superhéroes en el mundo de hoy? Sus actos tienen consecuencias tochísimas (se destruyen ciudades, mueren inocentes), y en Capitán América: Civil War llegamos por fin al punto en que la sociedad reacciona y les pasa factura. Todo esto se nos cuenta sin excesos de angst, sin sermones que pretendan enmendarle la plana a Shakespeare y sin perder de vista la diversión. En cierto modo, Marvel está empleando la misma estrategia que suele aplicar Pixar (otra compañía propiedad de Disney) a sus cintas de animación: que sean espectáculos despampanantes para el público joven, pero que mantengan enjundia y discurso de cara al espectador más curtido; y sobre todo, que no sean estomagantes. O sea, la mezcla justa.

"Capitán América: Civil War es otro clásico instantáneo que añadir a la lista"

Quizás, a ratos, el buen Capi parezca más un invitado de lujo en su propia fiesta que el protagonista absoluto de la función (varias escenas clave se resuelven sin su presencia), y puede que la película busque con demasiado descaro convertirse en una especie de “Los Vengadores 2,5” o incluso “Iron Man 4”, pero eso está lejos de ser un problema: el universo Marvel está pillando tal velocidad de crucero que ya nos da un poco igual qué personajes adquieran mayor relevancia, porque cada uno que sale tiene más “mojo” que el anterior. Las dos principales bazas nuevas en esta ocasión son un Black Panther tan molón por fuera como por dentro, y sobre todo un Spider-Man que clamaba ser rescatado de las garras de Sony Pictures. El “semi-reboot” del trepamuros no era tarea fácil, pero su aparición deviene un prodigio de síntesis e ingenio narrativo: entra en la trama in media res sin necesidad de repetir explicaciones que ya nos sabemos de carrerilla (la araña radiactiva, el tío Ben...) y con Stark como acertadísimo atajo para tapar huecos argumentales. Si a eso le sumamos que tanto los guionistas como el actor Tom Holland han clavado la personalidad de Peter Parker con cuatro pinceladas, el resultado es el Spidey más dinámico, fresco y auténtico que jamás se haya visto en pantalla. No es decir poco.

Y luego, claro, tenemos EL COMBATE. Un todos-contra-todos que justifica el estado guerracivilista del título, una especie de “mini-película dentro de la película” que por sí sola ya compensaría el precio de la entrada. Si algo ha entendido Marvel Studios mejor que nadie hasta la fecha es cómo se debe tejer un combate multitudinario de superhéroes, con numerosas partes móviles girando a la vez, sin que el espectador se pierda jamás ni ninguno de los protagonistas quede desdibujado. Es la somanta de hostias que todo marvelita ha estado esperando ver toda su vida, una sucesión de viñetas arrancadas directamente de los tebeos de Jack Kirby, John Buscema o Bryan Hitch y puestas en movimiento. Tre-me-bun-da.

 

Capitán América: Civil War: superhéroes Marvel

"¡El último se va a DC a formar parte de La Liga de la Justicia!"

 

Pasado ese tour de force la cosa aún logra mantener un buen nivel de intensidad hasta desembocar en un clímax de tintes operísticos que, de nuevo, eleva a los personajes por encima del tópico, dando otro giro de tuerca a los conflictos internos de un supergrupo cuya seña de identidad es que siempre está a punto de irse al cuerno (cuando no es por culpa de un enemigo exterior ya se matan ellos solos). Los Vengadores no son una simple peña de sobrados con capas, antifaces y cuerpos de gimnasio, que salvan el planeta mientras hacen estampas y cagan mármol. Los Vengadores discuten con acritud, tienen diferencias morales casi insalvables, se enamoran (lo de Wanda Maximoff y la Visión empieza a asomar) y, cuando se les inflan las narices, hacen bomba de humo sin avisar para ir a ocuparse de sus mierdas privadas (Hulk y Thor ni aparecen, ni se les espera). Es un poco como si los Rolling Stones desarrollaran superpoderes. ¿Quién no querría ver eso?

Capitán América: Civil War es, en resumen, una de las ensaladas de superhéroes más completas y vitamínicas que nos ha dado Marvel hasta la fecha. Lo bueno es que no es la primera vez que decimos esto, y lo mejor es que tampoco va a ser la última. Sin duda la fórmula se agotará algún día (sospecho que el momento crítico llegará cuando Robert Downey Jr. se canse de hacer de Iron Man, el personaje cuyo aplastante carisma sostiene la mayor parte del tinglado), pero de momento, lo único que se atisba en el horizonte es un sinfín de posibilidades chulas aún por explorar. Que siga la fiesta.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver la escena de combate superheróico más bien parida de la historia del cine. Así de simple.

No recomendada por Kuato a: fans exclusivos del Capitán América, que pueden chusmarse un poco al descubrir que esto es en realidad una peli de Los Vengadores camuflada.

Ego-Tour de luxe por: al fin, adaptar un Spider-man con la edad y el aspecto físico que se supone que debe tener el personaje. Total, sólo han hecho falta seis intentos para acertar...

Atmósfera turbínea por: la ridícula campaña que han montado algunos para criticar la elección de Marisa Tomei como la nueva tía May. ¿Es que no han leído Ultimate Spider-Man? Aparte, Marisa Tomei NUNCA es mala elección.

 

CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR. Estreno en Venusville: 29/04/2016

 

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