CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2 crítica: Al este del dragón

Hipo regresa a lomos de Desdentao y encuentra a su madre a modo de James Dean dragoniano

En lo que a producción actual de pelis de animación se refiere, Disney realiza las clásicas inmortales, Pixar las serias, y DreamWorks las cachondas. Las pelis de Pixar cuentan historias de más alta calité que las de DreamWorks, son más emotivas y tienen personajes más de carne y hueso, como han demostrado con Toy Story, Up o Wall-E; en cambio las de DreamWorks son historias menos ambiciosas con personajes más planos, más humorísticas y más parecidas a un cartoon, como Shrek, Megamind o Kung Fu Panda. Por eso Cómo entrenar a tu dragón significó una rara avis en la filmografía de DreamWorks al ser una obra mayor que las que nos tienen acostumbrados, más emotiva, menos humorística y con personajes más complejos. Cómo entrenar a tu dragón es la película DreamWorks más Pixar y menos DreamWorks de DreamWorks, y una de las mejores en el género animado de todos los tiempos.

Y ahora cuatro años después llega su secuela, con Hipo, Astrid y los demás ya veinteañeros. Ah, cómo pasa el tiempo, nosotros que los conocimos siendo unos niñatos, y ahora son unos mozalbetes más guapos, más altos (bueno, no todos, Fishlegs ha crecido más bien a lo ancho), más cachas... e incluso algunos de ellos más salidos (sobre todo Ruffnut la gemela, que va más caliente que el volcán de Pompeya). Se nos muestra a un Hipo seguro de sí mismo que ya ha dejado de ser el freak inadaptado que era en la primera parte, tan compenetrado con el dragón Desdentao que malpensamos de su relación (no pongan esa cara, que la relación que tenía Viggo Mortensen con su caballo en Oceános de fuego también era más que sospechosa), y se introduce un personaje nuevo estelar: su madre (ausente en la primera parte sin explicación alguna, por lo que hacíamos a Hipo medio huérfano), además de un villano para la ocasión con afán de controlar a todos los dragones del mundo para dominar, precisamente, el mundo.

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El resultado es que Cómo entrenar a tu dragón 2 cuenta una historia menos fresca que la primera, menos emotiva también aunque tenga sus momentos, y más forzada en su conjunto. Se nota que la primera parte nació sin vocación secuelera, y si se ha realizado ésta (hay también un tercer episodio anunciado) ha sido por el gran éxito obtenido, ya que pese a contar nuevos acontecimientos, intenta relacionarlos con los vistos en la primera parte, añadiendo innecesarios flash backs explicativos, e intentando incluso justificar algunos hechos que no necesitan para nada justificación (lo que le hace más mal que bien), como el origen del don que posee Hipo para tratar dragones. ¿Era necesario que George Lucas introdujera en Star Wars el concepto de los midiclorianos para explicar la Fuerza? ¿Verdad que no? Pues esto es exactamente lo mismo, es como si Hipo se tirara un pedo en la primera parte, y en esta segunda nos explicaran que fue debido a que los biberones que le daba su madre de bebé le provocaban flatulencias.

"El resultado es que Cómo entrenar a tu dragón 2 cuenta una historia menos fresca que la primera, menos emotiva, y más forzada en su conjunto"

Aún así, el personaje de la madre está más que acertado en su presentación como jinete de dragón misterioso y su descripción de loca protectora de dragones (como el que tiene la casa llena de gatos sacados de la calle), así como la relación que entabla con Hipo. Una relación que parece haberse inspirado en Al este del Edén, el clásico de Elia Kazan de 1955 con James Dean haciendo las veces de Hipo, y Jo Van Fleet como madre con una historia personal muy parecida a la presentada. Si en la primera parte algunos de los momentos más espectaculares eran el del primer vuelo con Desdentao y el vuelo con Desdentao llevando a Astrid, aquí uno de ellos es el vuelo que practican madre e hijo cada uno en su dragón (otro, el que practica Hipo en solitario inventando el wingfly). Peor construido está el villano Drago, una combinación entre terrible Sven de Vicky el vikingo y los malos del 10.000 de Roland Emmerich, por tópico y previsible.

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Así pues, Cómo entrenar a tu dragón 2 se revela como un título claramente inferior a su predecesora (¿he dicho ya que es una obra maestra? ¿Sí? Es que no me canso de repetirlo). Correcta en su conjunto, con secuencias espectaculares de vuelos dragonianos, alguna batallita, una variación de Quidditch substituyendo las escobas voladoras por los dragones, una espada láser a lo Star Wars construída a base de gas y fuego de dragón, y giros argumentales valientes (como el de que Hipo perdiera un pie en la primera parte durante el ataque al nido de los dragones), pero ya les digo, todo sin la frescura de la primera entrega, menos épica y mucho más forzado. Y es que siempre es más agradecido narrar la génesis de algo, en este caso de la comunión entre el pueblo vikingo de Isla Mema y los dragones gracias a la no violencia, que inventar una historia para continuar lo presentado en la peli anterior. De ahí la introducción de un villano como antagonista (uno de los aciertos de la primera parte era que carecía de villano, todo quedaba entre los vikingos y los dragones).

¿Recuperará Cómo entrenar a tu dragón 3 el nivel de la 1? Lo veo difícil, ya que mientras que la 1 fue escrita y dirigida a cuatro manos por Chris Sanders y Dean DeBlois, la 2 ha sido gestada únicamente por Dean DeBlois, igual que lo será la 3. Chris Sanders ha colaborado en pelis de Disney tan redondas como La bella y la bestia, Aladdin y El rey león; Dean DeBlois en cambio, sólo tiene Lilo & Stitch en su curriculum, por lo que es fácil deducir que la co-participación de Sanders en el primer episodio fue determinante. Lo que no puede permitirse la saga de Cómo entrenar a tu dragón es ir mutando hasta convertirse en una versión animada de Eragon (esta segunda parte ya apunta algún indicio), así que más vale que DeBlois se ponga las pilas. Ni Eragon, ni Dragonheart, ni El Hobbit: la desolación de Smaug, ni tampoco Pedro y el dragón Elliot, El dragón del lago de fuego o El caballero del dragón. El referente cinematográfico de dragones por excelencia ha de ser la saga de Cómo entrenar a tu dragón y ninguna otra, pues habiendo alcanzado más que merecidamente ese honor la primera parte, no puede permitir que ahora la desplacen, por eso si segundas partes nunca fueron buenas, esperamos que las terceras sean mejores que las segundas.

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey
		Recomendada por Kuato a: fans de la ridículas Eragon y Dragones y mazmorras. Cómo entrenar a tu dragón 2 sigue siendo superior a éstas, pero ay, denle tiempo....
		No recomendada por Kuato a: Marco, el de "De los Apeninos a los Andes", para que vea que no es el único que encuentra a su madre.
		Ego-Tour de luxe por: el personaje de la madre, tan bien descrito que podemos oler incluso el pestazo que echa a meao de dragón (si el que tiene la casa infestada de gatos huele a meao de gato, ella olerá a meao de dragón, ¿no?).
		Atmósfera turbínea por: ¿dónde está la frescura, la originalidad y la épica de la primera parte? En la tercera parte espero...

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