Con la cruz a cuestas Entérense: las pelis de Las crónicas de Narnia son un mensaje subliminal cristiano descaradísimo Por El Hombre de Boston |
<Hay en total siete libros escritos por C.S. Lewis sobre Las crónicas de Narnia, lo que los convierte en la tercera gran serie de la literatura infantil-juvenil británica que invade el cine, después de las adaptaciones de Harry Potter y de El señor de los anillos. Al igual que los libros de Rowling y Tolkien, los de Lewis evocan un rico universo paralelo, pero contienen un elemento francamente religioso, un riguroso sustrato de cristianismo ortodoxo. Ojito porque si se lee entre líneas, estas historias tratan de la muerte y la resurrección, la salvación y la condenación.
Excelente noticia si la expectativa fuera llegar a las multitudes que colmaron los cines para ver La pasión de Cristo, pero no tan buena si se espera atraer a los frikis fanáticos de istaris y montaraces que convirtieron El señor de los anillos en el éxito que es. De hecho, algunos lumbreras de Hollywood creen que al abordar Narnia, Walt Disney Pictures se ubicó en una difícil situación: si le restaba importancia al aspecto cristiano de la historia, se arriesgaba a recibir las críticas de la derecha religiosa; pero ser demasiado frontal con respecto a las referencias religiosas podría ser veneno para la taquilla.
Yo particularmente, estoy hasta los mismísimos de que se nos cuele mensajes subliminales en la pelis. Si no teníamos bastante con toda la apología cristiana que nos metieron los Wachowski en los Matrix, aquí están Las crónicas de Narnia. Uno va al cine a ver una peliculita con brujas, enanos y animalitos que hablan, para pasar un rato agradable, y acaba saliendo del cine descalzo y fustigándose por sus pecados.
Investiguen la vida de Lewis y verán. El tío era poco más que un iluminado. Comprendió que existe un relato plenamente histórico, que contenía la “magia más profunda” de las historias que él había amado desde que era niño, y por eso se convirtió en uno de los pocos comunicadores cristianos capaces de escribir relatos de ficción, llenos de imágenes trascendentes de Dios, nuestra humanidad y la realidad transfigurada por la luz del cielo. Casi nada.
Aunque Tilda Swinton, la Bruja Blanca de Narnia, califique de “exagerado” afirmar que éstas son películas religiosas, algunos grupos evangélicos cristianos de los Estados Unidos, se han referido a ellas como La Pasión contada para niños. Algunos católicos han pretendido incluso la canonización de C. S. Lewis por el Vaticano, argumentando cosas tan absurdas como que su matrimonio nunca había sido consumado, ya que su boda con una divorciada rompió con toda la tradición anglo-católica
Sea como sea, las pelis narnianas están repletas de connotaciones y lecturas alegóricas donde los símbolos e íconos propios de la religión cristiana hacen que las similitudes de los cuentos que tienen lugar en Narnia con las enseñanzas y la vida de Cristo sean muchas. Vean algunas:
"Las pelis están repletas de lecturas alegóricas donde los símbolos de la religión cristiana hacen que las similitudes de los cuentos con la vida de Cristo sean muchas" |
-Narnia equivale al Paríso. Con la creación de Narnia, el Hijo de Dios crea un mundo (que no es el nuestro) y los niños y niñas son llamados “hijos de Adán” e “hijos de Eva”.
-Aslan, el león rey de Narnia, es feroz pero bello, severo pero afectuoso; su aliento huele a incienso y es esperado por todas las criaturas de Narnia como el Mesías. Es nada menos que el Hijo de Dios, que en el primer episodio muere y vuelve a la vida, y a través de siete tomos pone a prueba pero salva a los niños y los lleva a la seguridad eterna.
Aslan es sacrificado por la Bruja Blanca, pero no sin antes ser humillado y golpeado. Sobre su cuerponlloran desconsoladas Susan y Lucy y resucitará luego gracias a “una magia mucho más poderosa que la de la Bruja”.
La Pasión y Resurrección de Aslan equivalen a la Pasión y Resurrección que presumiblemente habría tenido Jesucristo en “aquel” mundo. Son similares a las de este nuestro mundo, pero no son exactamente iguales.
- También en el primer episodio, Edmund es tentado por la Bruja Blanca para que traicione a sus hermanos y se los entregue a cambio de caramelos. Al igual que Judas, Edmund es pues un traidor y un soplón. Sin embargo, a diferencia de aquél, Edmund se arrepiente y es perdonado (como Judas habría sido perdonado si se hubiera arrepentido ante el Señor)
-En los confines del mundo de Narnia, Aslan empieza a mostrarse más parecido a Cristo, tal y como lo conocemos en “este” mundo. ¿No dice él: “se os ha permitido conocerme en “este” mundo (Narnia) para que podáis conocerme mejor cuando regreséis al vuestro”?
¿Todavía no se convencen? Entonces lean las palabras esgrimidas por el propio C.S. Lewis:
“Supongamos que existiera un mundo como Narnia, que necesitara ser salvado y que el Hijo de Dios hubiera ido a redimirlo, igual que vino a redimirnos a nosotros, ¿cómo habría sucedido en aquel mundo?”.
La respuesta, en las adaptaciones cinematográficas./>
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