<Largo tiempo hemos esperado en Venusville esta gran noticia que nos retrotrae hasta nuestra más tierna infancia y que nos permitirá disfrutar como Dios manda del robot de los robots: Mazinger Z.
Después de ser abrumados con la majestuosidad de los Transformers, unas auténticas maravillas digitales que nos han estado entreteniendo los últimos años, llega el (para nosotros) auténtico defensor del universo (y nuestro autómata de siempre). Cuántas veces no hemos tarareado su sintonía, cuántas veces no hemos intentando garabatear en clase de mates el dibujo del robot con su traje supermaniano (braguero incluido), con su casco-nave, sus puños letales (su arma más efectiva), sus pechos en forma de aleta del que desprendía fuego…
En definitiva, que en aquellos maravillosos 70s en que la palabra manga nos sonaba a una canción de Georgie Dann, los niños teníamos en un pedestal a Mazinger Z, que desgraciadamente duró relativamente poco pero que dejó huella en aquella generación, y solo la aparición de internet nos ha permitido rescatar aquellas míticos enfrentamientos contra el maligno doctor Infierno y sus secuaces.
El caso es que la Dreamworks de Spielberg y la Columbia Pictures le han comprado los derechos cinematográficos a la Metro Goldwyn Meyer, compañía que está en fase crítica, y ya está previsto que el rodaje se realice en el 2013 para que la podamos disfrutar de ella en el 2014.
Si ya sólo saber de este proyecto nos pone cachondos, el ramillete de directores que suenan para dirigir la peli nos hace hervir nuestras zonas más íntimas. Se habla, atención, del propio Steven Spielberg, Len Wiseman o Zack Snyder, todo y que parece ser que el que va con una cabeza de ventaja es Stephen Sommers (GI. Joe), que aunque no nos desagrade del todo dada la naturaleza del proyecto, nos convence menos que los anteriores.
Ahora toca esperar y empezar a elucubrar y tener los sueños eróticos que sean necesarios viendo a la sex-symbol robótica Afrodita A en tres dimensiones poniendo cachondo al machote Mazinger con sus pechitos, con la esperanza de que alguien se arriesgue a indagar en un campo aún inédito en el mundo de la ciencia ficción: el sexo cibernético./>
3 Respuestas