SPIDER-MAN crítica: Victoria pírrica

Victoria pírrica Sam Raimi dirige sin mucha garra y Tobey Maguire interpreta con cara de bobalicón Por Dr. Bishop

<La elección de Sam Raimi como director de Spider-Man era un buen presagio, y más cuando disponía en su filmografía de pequeñas joyas como la trilogía de Posesión infernal o la superheroica Darkman. Un artista inicialmente gore ascendía a una superproducción freak, historia paralela a la de Peter Jackson con El señor de los anillos. Personalmente, uno salió bastante satisfecho de la proyección, con el alivio de haber visto una historia digna y bien llevada. Sin embargo, algo iba quemando por dentro. El primer síntoma del problema se manifestó en el estreno del film en vídeo y DVD: no había grandes deseos de volver a visionar la película, algo sumamente extraño para todo fan que se precie. Dicha apatía, dicha traición a nuestro trepamuros favorito, sin duda merecía una profunda reflexión. Esta escalofriante indiferencia a la película tiene un primer motivo claro: falta verdadera garra en todos sus niveles.

   Si bien es cierto que Sam Raimi dirige con cierta soltura, también lo es que nunca nos llega a impresionar, quizás porque la historia, reconozcámoslo, es totalmente lineal a grandes rasgos, no dando lugar a la más mínima sorpresa: presentación de Peter Parker (Tobey Maguire) y entorno (familia, amigos, Mary Jane, encarnada por Kirsten Dunst...), origen con araña radioactiva, manifestación de poderes, motivación para convertirse en superhéroe y presentación en sociedad, entrada paralela de Osborn (Willem Dafoe), origen del Duende Verde y motivación para serlo, lucha inicial entre héroe y villano, historia de amor con Mary Jane, evolución predecible de personajes (Parker fotógrafo y enamorado, Osborn esquizofrénico), rapto de la chica por el malo, derrota del villano a manos del héroe y redención pública del hombre araña. Un guión repleto de tópicos (eso sí, inevitables) a contar, con el agravante de tener que hacerlo en muy poco tiempo, problema habitual en toda primera película que introduzca un superhéroe (sin embargo, en X-Men la presentación de personajes acompañaba el transcurso natural de la historia, y en Superman la pausada explicación de su origen era cine en estado puro, gracias a una dirección clásica que combinaba a la vez elementos cósmicos, míticos e intimistas).

"No me sorprendo por verme cachas sino porque me hayan dado el papel"

   La única sorpresa de Spider-Man, absurda y fallida, nos la depara el final, cuando Peter Parker rechaza a Mary Jane, reacción debida, suponemos, a que los guionistas se ven finalmente atrapados por la monotonía de la historia y optan por evitarla con un salto al vacío y sin motor: el alejamiento de Mary Jane sólo sirve para sorprender al respetable (y al mismo Parker, diría yo) y sobre todo para dejar abierta la puerta a una evidente segunda parte, guardando la tensión sexual necesaria entre los protagonistas. Una trampa de mago de feria, pues rompe toda la lógica interna del personaje narrada hasta entonces, además de regalarnos el maldito dilema de dudar si la bondad extrema de Parker es en realidad un principio de idiotez. A ello ayuda el actor elegido, Tobey Maguire, un excelentísimo actor sin la presencia requerida, que sí habría aportado otro de los candidatos, Wes Bentley, el mirón de American Beauty. Es justo decir que Maguire interpreta con convicción el algo memo Peter Parker propio de los primeros números del cómic, pero éste pronto se convirtió en un chico más despierto y determinado, algo de lo que dista el joven intérprete.

   Otro aspecto que chirría es la banda sonora, vital en este tipo de productos, en la que el antaño buen compositor Danny Elfman decepciona, sin legar ningún estribillo mínimamente recordable que potencie la presencia del protagonista. Remarcar también la muerte del tío Ben, escena resuelta con mínimo oficio (y más comparada con el solemne fallecimiento de Papa Kent en Superman). La posterior persecución del asesino por parte de Spiderman nos acerca a una nueva trampa de guión. Aquí la escena requiere, por emotividad, que el asesino sepa quién es su perseguidor, el sobrino de su víctima. Una vez cumplido el trámite sentimental, el asesino se convierte en un peligro al conocer la identidad del héroe, por lo que muere por accidente muy oportunamente.

"Es que el sexo con bichos siempre ha sido una de mis filias"

   Vayamos a los aspectos positivos, que de haberlos haylos. En primer lugar algo tan supuestamente banal como el traje del héroe, que por primera vez no es percibido en la vida real como un pijama ridículo, sino como una vestimenta que incluso aporta un halo de misterio al Hombre Araña. Muy bien resueltos también los paseos aéreos del trepamuros, con un dinamismo que concuerda con el de los combates siguientes, en especial el del incendio. En relación al casting, tenemos sentimientos encontrados con Tobey Maguire (gran actor falto del carisma de Peter Parker), coincidimos en enamorarnos de una melosa Kirsten Dunst y disfrutamos con un Willem Dafoe de psique desdoblada (ver su inspirado monólogo delante del espejo, desprovisto del horrible traje "Power Ranger").

   Una película espectacular y entretenida, pero a la vez un producto demasiado mecanizado y frío, una moderna vuelta de tuerca a la referenciada Superman, film al que alude constantemente (esquema narrativo, primeras apariciones del héroe, plano final con la bandera americana...). Esperemos que la segunda película del hombre araña, ya liberada de cansinas presentaciones, tenga más fuerza, cosa a la que ayudará la presencia del Dr. Octopus, un villano fantástico por su locura y entrañable mediocridad, que intuimos representará bien Alfred Molina./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey

¿Desea saber más?

> SPIDER-MAN 3 crítica: Cine con telarañas Sonrojante, indignante y aberrante colofón a la trilogía arácnida dirigida por Sam Raimi Por Chema Pamundi

> SPIDER-MAN 2 crítica: Tentáculos VS. telarañas Tanto bueno hay que remojarlo. !Ánimo Spidey, que en la III te cepillas a M. J.! Por Mr. Moore

> SPIDER-MAN crítica: Victoria pírrica Sam Raimi dirige sin mucha garra y Tobey Maguire interpreta con cara de bobalicón Por Dr. Bishop