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AL FINAL DEL TÚNEL crítica: El túnel boludo

Leonardo Sbaraglia se pone a lo La ventana indiscreta y Clara Lago a lo Striptease

ANNA BOU

Hace años que el cine argentino está de fiesta, celebrando películas patrias de calidad. Al final del túnel no va a ser la guinda del pastel, pero tampoco su veneno. Si aceptan pulpo por animal de compañía encontrarán un thriller correcto, a pesar de algún que otro elemento chirriante como un tren oxidado. Rodrigo Grande es el director, y en el caso que nos ocupa, también el guionista de la película. Grande pasó cinco años preparando el guión, cosa que se nota en este puzzle que encaja perfectamente para lo bueno y para lo malo. Al final del túnel nos presenta la historia de un hombre en silla de ruedas que se ha convertido en un solitario ser huraño y asocial. Espía a unos vecinos de los que descubrirá que traman un plan, y un día recibe la visita de una nueva inquilina y su pequeña y callada hija.

Sí, todo encaja, los mismos elementos que logran una atmósfera enigmática, claustrofóbica, misteriosamente gris (cosa que favorece la intriga y la entrega del espectador) son los que, al encajar tan bien, al estar tan bien puestos como figuritas en una vitrina, huelen a impostados, de ahí la sensación de efectismo que respira la película. Ese caserón con escaleras y desniveles es lo menos apto para un minusválido, ese perro anciano que se cura "milagrosamente", esas galletitas con veneno en su interior (¿quién no cocina en su casa galletitas con veneno?), la niña que no habla porque lleva encima de sus pequeñas espaldas un trauma nada casual, el reloj que encuentra la niña cuando se esconde, porque la nena tiene el vicio de esconderse en sitios difíciles, y esto evidentemente tampoco es nada casual...

 

Al final del túnel: thriller

"Puestos a ser tullido prefiero Tom Cruise en Nacido el 4 de julio que follaba más"

 

Todos y cada uno de estos detalles cumplen una función, como el trabajo en cadena de una fábrica. Al final del túnel es un pastel de buen aspecto, pero con regusto a prefabricado. Por no hablar de ese imposible y absurdo túnel de coordenadas by the face. George Clooney y su equipo se rompían sus seseras fashion en Ocean's Eleven para inventarse un atraco perfecto, con lo facilísimo que es cavar un túnel, un túnel subterráneo mondo y lirondo, de los de toda la vida, di que sí.

 “Al final del túnel es un pastel de buen aspecto, pero con regusto a prefabricado”

Pero el verano es época de amores fugaces, y esto también se traslada a la pantalla. Como que no nos casaremos con Al final del túnel, podemos tener un romance pasajero de una noche con la película, concretamente de 120 minutos, que puestos a pesar, es más de lo que duran muchos romances veraniegos. Y lo tendremos por Leonardo Sbaraglia,  actor que, como Ricardo Darín, siempre queda bien en sus papeles. Sbaraglia defiende a la perfección su personaje con aires de MacGyver y agilidad de atleta paralímpico, a juzgar por lo manitas que es con sus inventos y porque su minusvalía no le impide arrastrarse y subir y bajar y vivir en esa casoplón, que tal como he anunciado, sería la tortura para cualquier minusválido, pero no para nuestro atractivo Sbaraglia.

 

Al final del túnel: thriller

"Cuando quieras rodamos tú y yo Ocho apellidos argentinos"

 

Como partenaire femenina tenemos a Clara Lago (con un perfecto acento argentino), la inquilina streapper que esconde algo, por supuesto, y no me refiero a las bragas, a juzgar por la obsesión que tiene el cámara con la parte anatómica de la actriz donde la espalda pierde el nombre, culo para los amigos. Y sí, hay baile erótico incluido, baile más marcial que sensual, con unos movimientos más salvajes que sinuosos, tanto es así que temí que un movimiento de muslo de la Lago no le hiciera saltar un ojo a Sbaraglia. La danza de apareamiento de un colibrí es mil veces más sexy que esta supuesta danza seductora a la que la música machacona de fondo no le hace ningún favor.

Pero tal como les decía, quedémonos con la premisa de Al final del túnel, tan similar a la hitchcokiana de La ventana indiscreta, de protagonista impedido que espía a sus sospechosos vecinos, y déjense llevar durante las dos horas que dura Al final del túnel por una atmósfera y fotografía conseguida, no importa que al final los giros de tuerca de la cinta sean tan enérgicos como absurdos, no le busquen tres pies al gato. Esta manía que tienen los críticos de cine de buscarle los tres pies al gato, cuando todo el mundo sabe que las patas de un gato son seis.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: los que les gusten las pelis de cacos y los striptease de andar por casa.

No recomendada por Kuato a: los que quieran ingresar sus tesoros en un banco de Buenos Aires. Les aviso que tienen los cementos finos como papel de fumar.

Ego-Tour de luxe por: la ambientación claustrofóbica con pátinas de novela gótica de la casa.

Atmósfera turbínea por: el túnel. Cavar un túnel es de primero de párvulos en cualquier escuela de ladrones.

 

AL FINAL DEL TÚNEL. Estreno en Venusville: 12/08/2016

 

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