AMERICAN ASSASSIN crítica: ¡Asín, asín se mata, asin!

Dylan O'Brien es el nuevo action hero y Michael Keaton su instructor en American Assassin

■ ROBERT THORNHILL

Aunque todos hemos despotricado en algún momento de la avalancha de adaptaciones de literatura fantástica juvenil que hemos sufrido desde principios de siglo gracias al boom que supuso la trilogía de El Señor de los anillos y al mundo mágico de Harry Potter, lo cierto es que se ha convertido en una cantera de nuevas estrellas (o estrellitas) que abandonan las exitosas franquicias para volar por sí solos por el cielo hollywoodiense. El que más tajada le ha sacado al asunto ha sido Daniel Radcliffe, que se convirtió en Hogwarts en un hombrecito de pelo en pecho, y ha ido creando una inclasificable carrera cuyo punto culminante fue ese muerto guarrete de Swiss Army Man que se llevó el premio gordo en el Festival de Sitges de 2016.Tampoco le ha ido mal a Jennifer Lawrence después de sus Juegos del hambre, creando ese aura de actriz de carácter, o a Kristen Stewart después de jugar con vampiros en la saga Crepúsculo, vendiendo esa imagen de hippie anti-sistema que tan bien le ha ido.

Con el joven protagonista de American Assassin, Dylan O’Brien, tenemos un nuevo ejemplo de que la máquina hollywoodiense sigue funcionando, porque aquel chavalín majete con alma de líder que no paraba de correr en El corredor del laberinto, se ha dejado la piel en el gimnasio y le han crecido matas de pelo por todo el cuerpo para convertirse en una auténtica máquina de matar y serio candidato a engrosar las insignes filas varoniles de Los mercenarios 4. American Assassin supone la presentación en sociedad del personaje Mitch Rapp, ese anti-héroe creado por el escritor Vince Flynn, cuyos traumas sentimentales le hacen convertirse en un psicópata justiciero que quiere acabar con todo terrorista islámico que se cruce por su camino, sirviéndole la CIA de pantalla para repartir cera y matar patrióticamente bajo bandera norteamericana.

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El director Michael Cuesta, rememorando sus tiempos en Homeland, nos hace una desenfrenada introducción con los típicos radicales islámicos de túnica y barba generosa metralleta en mano, ganándose el paraíso masacrando a occidentales en Ibiza para luego desarrollar una de esas action movies de manual que hemos visto mil y una veces con su correspondiente mcguffin, sus malvados villanos con horripilantes ideas de destrucción masiva y, ¡cómo no!, ese héroe fuerte, guapote y de rectas convicciones, que salvará al mundo (= USA) del cataclismo, como siempre, en el último momento.

"American Assassin supone la presentación en sociedad del personaje Mitch Rapp, ese anti-héroe creado por el escritor Vince Flynn"

Es lo que hacía en su momento Jack Ryan y que ahora vemos cada año en las sucesivas "Misiones imposibles" con Ethan Hunt, o cada cuando toque con el legendario James Bond, pero como a nadie le amarga un dulce, estas películas son de las que uno se traga enteritas con gusto sin importarle que los personajes sean clichés y todo tenga un extraño tufillo a dejà vú. Mientras haya un malote con cara y ojos que vaya haciendo fechorías (aquí Taylor Kitsch), una bomba nuclear de por medio, terroristas islámicos perpetrando trapicheos, tiros, persecuciones y peleas cuerpo a cuerpo, todo lo demás carece de importancia: la trama a los pies de la acción y el entretenimiento, que es lo que realmente nos mola.

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A parte del fuertote Taylor Kitsch, las mayores dosis de testosterona de American Assassin nos las ofrecen a la par, codo con codo, Michael Keaton y Dylan O’Bryen, que escenifican una particular buddy movie con Keaton haciendo las veces de viejo maestro "nometoquesloscojones" y el chavalin O’Bryen como alumno insubordinado y respondón. Es como si a El sargento de hierro le pusieras como soldado al Jason Statham de Safe: es una partida de frases lapidarias a ver quién es más duro y quién la tiene más larga.

Estamos pues ante un nuevo modelo de héroe, que huye de las máscaras, de las fanfarronadas y de los molones gadgets tecnológicos, como Ethan Hunt o James Bond, y nos retrotrae a aquellos agentes secretos que sólo se hacían servir de su intelecto y de su valentía para vencer al enemigo. Mitch Rapp tiene un poco de lo ingenioso de John McClane, un poco de las técnicas de combate del rocoso Jason Bourne, y vemos esos aires rebeldes, expeditivos e impredecibles del rey Jason Statham, convirtiéndole en un agente contra el crimen vocacional de claro espíritu ochentero. A poco que triunfe en Europa, no nos extrañaría que estuviéramos ante el origen de una nueva saga que ayudaría a jubilar definitivamente a esas entrañables caras de nuestra infancia como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger o Mel Gibson, que hace tiempo que deberían haber abandonado la idea de jugar a ser héroes.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: los que añoran el cine de Tony Scott, que vieron cómo una y otra vez, Denzel Washington salvaba a la humanidad de catástrofes y atentados terroristas.

No recomendada por Kuato a: los que esperen la típica peli de islamistas y americanos con sus drones y sus cámaras de visión nocturna. En los 80’s no había esos artilugios.

Ego-Tour de luxe por: un Michael Keaton en estado de gracia que borda todo papel que hace. Firme candidato para hacer de Viggo Mortensen en una hipotética La teniente O’Neil 2.

Atmósfera turbínea por: ese bomboncito que acompaña a nuestro héroe, la iraní Shiva Negar, que está cachonda perdida lanzándole indirectas deshonestas a Dylan O’Brien aunque la pobre sea ignorada por completo y se quede sin polvete.

■ AMERICAN ASSASSIN. “American Assassin” (2017). Director: Michael Cuesta. Guión: Stephen Schiff. Reparto: Dylan O’Brien, Michael Keaton, Taylor Kitsch y Sanaa Lathan. Estreno en Venusville: 03/11/2017.