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BATMAN v SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA crítica: En DC no sale el sol

Batman v Superman: El amanecer de la justicia se salda con un combate nulo y DC como perderdor

CHEMA PAMUNDI

Pobre de mí, yo fui de los que en su día justificó la abotargada, torpe y chillona El hombre de acero argumentando que al menos “plantaba la semilla”, que funcionaba como intro para colocar al personaje en el sitio adecuado, y que lo bueno vendría a partir de la segunda entrega. Virgen Santa, qué equivocado estaba. La presente crítica me ha quedado especialmente prolija, así que para quienes anden cortos de paciencia iré directo a portería, y a partir de ahí ya me explayo: Batman v Superman: El amanecer de la justicia es una catástrofe. La película diseñada para cimentar el universo cinematográfico de DC en el próximo lustro es mala rayando lo obsceno. Empezamos bien. Empezamos de puta madre; y con Zack Snyder al volante, me temo que así seguiremos. Barranco abajo y sin frenos.

Batman v Superman no es ni mucho menos la peor cinta de superhéroes jamás hecha, pero sí que es una de las más aburridas, y también uno de los blockbusters más desestructurados que Hollywood nos ha echado a la cara desde el cambio de siglo. Falla tanto en la distancia corta (secuencias editadas a machetazos) como en la larga (giros de guión mal explicados y reacciones absurdas de los personajes). Los primeros 40 minutos son una ordalía, un pollo corriendo sin cabeza, un complicarse la vida sin necesidad a base de subtramas confusas, alambicadas, desarrolladas con una torpeza pasmosa (hay por ahí en medio una pesadilla/visión/flashforward que se supone importante para la trama, pero que no se entiende) y que acaban por no llevar a ninguna parte. Porque total, al final la justificación para que los dos supertipos del título se partan la cara es de lo más ramplona y torticera: un chantaje a Superman, estilo “O matas al tío de la capa negra o me cargo a tu madre”.

 

BATMAN v SUPERMAN: cine de superheroes

"Ahora nos mediremos la capa a ver quién la tiene más larga"

 

Mucho se ha hablado del exceso de negrura con la que DC está tiñendo su universo cinematográfico. A todo el mundo le gusta un héroe torturado, y hasta cierto punto es comprensible que la editorial quiera marcar un tono diferenciado respecto a Marvel, pero se les está rebosando la cosa por el otro lado; el del mega-dramón grandilocuente, puro chapapote emocional. Batman v Superman eleva a nuevas cúspides la seriedad de cartón piedra (me niego a utilizar calificativos como “shakespeariana” u “operística” porque eso significaría de forma implícita dignificar un guión que, sencillamente, está muy mal escrito). De hecho, en varios momentos el avinagramiento de los personajes es tan sonrojante que la función deviene comedia involuntaria. Esa Wonder Woman que, tras ser testigo de un suceso trágico en plan “el mundo nunca volverá a ser el mismo”, se limita a hacer un mohín como si le hubieran caducado los tickets restaurante; o ese combate entre Batman y Superman que acaba abruptamente en cuanto ambos se dan cuenta de que el otro tiene madre. Claro, lo único sensato que puedes hacer al ver estas cosas es reír. O llorar.

En cuanto a la dirección de Zach Snyder, poco que decir: el estilo hortera de siempre (incluyendo su querencia por las cámaras lentas como único recurso de énfasis dramático), un armazón psicológico de lo más epidérmico, y la misma elegancia y sutileza que soltar una flatulencia en un entierro (en cierta escena Superman aterriza haciendo estampa en pose de Cristo crucificado). Ojo, que por increíble que parezca Snyder tiene sus fans; y no, lo preocupante es que no todos son adolescentes.

 

BATMAN v SUPERMAN: cine de superheroes

"Espero que mi spinoff sea 'Wonder Woman v Viuda Negra' como mínimo"

 

Henry Cavill sigue sin saber llenar el papel del superhéroe por antonomasia, limitándose a una interpretación binaria entre el careto de “Le han tocado una teta a mi novia” y el de “Joder, qué palo todo”. La sombra de Christopher Reeve sigue siendo alargadísima, pero en descargo de Cavill hay que decir que su personaje no parece haber evolucionado un ápice desde El hombre de acero, sigue encallado en ese cansinismo de no saber si le compensa o no el trabajo de salvar el mundo. Puede estarse así seis películas más, con la calma.

Ben Affleck le mejora un poco, porque es más actor y porque su personaje es mucho más chulo, pero la versión de Batman que le han calzado es una simplificación muy básica del que desarrolló Frank Miller en los 80 (le han respetado el traje y los gadgets, pero todo el poso ideológico brilla por su ausencia), con unos bandazos de personalidad inexplicables. Debería sostener el armazón narrativo pero, como a Cavill, se le cae encima.

 

BATMAN v SUPERMAN: cine de superheroes

"Le envío la batseñal a Christian Bale para que regrese"

 

La Lois Lane de Amy Adams es otro personaje anémico, desnortado, que va de un lado para otro sin encontrar hueco en la trama. Está ahí como mero recurso para poner en marcha un par de escenas y para ser rescatada tres o cuatro veces, pero por lo demás resulta irrelevante hasta el punto de que sus diálogos se convierten en ruido blanco. Ni siquiera molesta. Wonder Woman es, quizás, el único aspecto con el que la película consigue sacar la cabeza del pozo para tomar aire, aunque sea por la novedad. La actriz Gal Gadot da el pego con el traje puesto y la espada en ristre; aún así, el personaje queda muy desperdiciado en medio del aturullamiento. Lo suyo es una simple presentación en sociedad, se reserva demasiado para futuras entregas. Aparece como salida de la nada, sin el menor contexto al que agarrarse, apenas abre la boca y se dedica a contemplar impávida las catástrofes a las que tienen que hacer frente los dos protagonistas, hasta que al fin resopla y decide salir a la cancha a jugar. Su intervención llega demasiado tarde como para salvar la película. Es como ese delantero suplente que salta al campo sin tiempo para remontar el partido.

Hablemos del villano. Lex Luthor. Sí, otra vez Lex Luthor. Los guionistas, acobardados, reculan hasta la zona de confort e insisten con un malo trilladísimo, que ya no funcionaba en Superman Returns y que aquí funciona aún menos. Su motivación en aquel filme era idiota, pero es que en este no tiene ninguna más allá de “hacer sus maldades” y odiar a Superman en piloto automático, como si se hubiera tomado al pie de la letra el texto de una galletita de la fortuna. Jesse Eisenberg equivoca el tono de su interpretación con un recital de histrionismo insoportable, sin una sola frase decente y con cambios de personalidad constantes. Parece un imitador del Joker sin maquillar concursando en “Tu cara me suena” (cuando no sepas qué hacer con el villano en una peli DC, conviértelo en una fotocopia del Joker).

 

BATMAN v SUPERMAN: cine de superheroes

"Así me saco la espina de que no me cogieran para El escuadrón suicida"

 

Las escenas de acción están filmadas con una total falta de imaginación, saturadas de ruido mas música rimbombante y parcheadas con tanto CGI que, por momentos, se convierten en simples secuencias de animación (hay una persecución en Batmóvil en la que todo es digital, y que da ganas de taparse la cara con las manos cuando la comparamos con las prodigiosas set-pieces orquestadas por Christopher Nolan en su trilogía de Batman). Respecto al enfrentamiento del título, no dura más de cinco minutos y es una malísima digestión del combate climático que aparecía en el cómic "Batman: Dark Knight". Contra toda lógica, Superman decide no utilizar su supervelocidad, sus rayos oculares ni demás poderes que liquidarían el match en el primer asalto, dando al hombre murciélago el respiro suficiente para que empiece a dispararle petardos de kriptonita. Luego viene lo de las madres que he mencionado más arriba y ya se hacen mejores amigos para siempre. Socorro.

Y eso es todo, me temo. Tras tres años de reescrituras de guión y de invertir cerca de 500 millones de dólares de presupuesto que han dejado a Warner Brothers tiritando, al parecer Batman v Superman: El amanecer de la justicia es lo mejor que puede dar de sí una cinta que enfrente a los dos mayores superhéroes que ha dado la cultura pop. Como aficionado a los súpers me siento triste, pero por otro lado no puedo dejar de experimentar cierta fascinación malsana ante la que se nos viene encima en los próximos años: una ristra de superproducciones colosales que pretenden usar como punto de enganche este montón de estiércol fílmico. A ver cómo coño salvan los muebles. Los sufridos fans de DC siempre habían querido ver a sus héroes favoritos en la gran pantalla, pero ahora es como si alguien les hubiera lanzado aquella maldición china que reza “Ojalá vivas tiempos interesantes...”

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: los ejecutivos de Marvel Pictures, que disfrutarán al comprobar que siguen sin tener competencia a la vista.

No recomendada por Kuato a: quien ya salió descontento de El hombre de acero, puede saltar directamente hasta la casilla de El escuadrón suicida.

Ego-Tour de luxe por: que al menos Zach Snyder haya tenido la misericordia de cortarle 40 minutos al montaje original que hizo (y que podrá verse en la edición Blu-Ray). Con dos horas y media de murga es más que suficiente.

Atmósfera turbínea por: los “huevos de pascua” presentando a los futuros miembros de la Liga de la Justicia (Aquaman, Cyborg y Flash), que en vez de incluirse de manera orgánica en la narración parecen tres teasers embutidos en mitad de la película.

 

BATMAN v SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA. Estreno en Venusville: 23/03/2016

 

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