BLITZ crítica: Los europeos no la saben matar

Los europeos no la saben matar

Aprenda a hacer un thriller policíaco inglés que no
parezca americano con Jason Statham en 10 lecciones

Por Robert Thornhill

<Como es habitual en el trillado género del asesino en serie, el guión de Blitz está basado en una novela, en este caso del escritor Ken Bruen, quien hace girar sus historias alrededor de un policía déspota que va por libre haciendo lo que le sale de los cojones por la ciudad (nos atrevemos a decir, con mucha osadía, que es una mezcla entre el sargento Martin Riggs y Torrente) demostrando quién es el sheriff allá donde va. No es necesario decir que este policía freelance es ni más ni menos que Jason Statham, ese Bruce Willis con cara de boxeador que siempre nos obsequia con esa gama de matices faciales tan característicos de los héroes de acción (véase Steven Seagal, Chuck Norris, Vin Diesel… ), pero que en esta ocasión está especialmente graciosillo.

Ya sé que nos gustan mucho los chistes socarrones de Bruce Willis en Jungla de cristal o de Mel Gibson en Arma letal, pero nos hacen gracia porque lo hacen intercalando gags cómicos con superexplosiones, peleas y persecuciones, que es lo que realmente nos pone de estas pelis. En Blitz, el caraleñador Statham se dedica mucho más a darle a la sinhueso (con esas típicas frases de los tíos duros: “¿por qué tengo que apagar el cigarrillo? ¿Me vas a detener?”, directamente sacada de Instinto Básico) que a hacer lo que más nos gusta, que es dar tiros, mamporros, patadas y hacer de poli (o asesino… qué más da) frío y sin escrúpulos.

"Lo bueno de ser tan duro es que con una simple mirada te ponen un paraguas"

Sin embargo no piensen que todo el peso de la peli recae en el Statham. En un intento de convertir a Blitz en una buddy movie clásica, el poli machista, sucio y malhablado, tendrá como coleguilla de patrulla, no a un afromericano (¡oh sorpresa!), sino a un sargento declaradamente gay al que no se le ve mucha pluma, ni al que tampoco se le ve caérsele la baba al contactar con un cuerpo tan varonil y con una barba de tres días como el de Jason. Por tanto, llegados a este punto, nos encontramos con un consumado héroe de acción que no ejercita como tal y a un homosexual al que no se le saca el suficiente jugo cómico (suponemos que por no herir sensibilidades), con lo que ya empezamos a ver que la cosa no carburará.

"El caraleñador Statham se dedica más a darle a la sinhueso que a hacer lo que más nos gusta, que es dar tiros, mamporros y patadas"

Porque además, no sé si es porque los policías europeos son más cutres que los yanquis, o porque eso de utilizar métodos científicos para resolver casos como los del CSI les parece una entelequia extraterrestre, todo el tono de la peli está envuelto en un ambiente de serie B más adecuado para un formato de una serie de dos capítulos de la BBC que para la gran pantalla. A Blitz le falla ese axioma del cine americano donde “la acción está por encima de todo” y le sobra un montón de palabrería y escenas tangenciales que no aportan absolutamente nada (como la historia de la poli negra enganchada a la coca y necesitada de cariño).

"Recuerda que cuando Clint Eastwood amenazaba en El sargento de hierro con dar por culo a alguien era sólo una frase hecha"

El director Elliot Lester intenta darle un innecesario toque psicológico a la historia (cada poli tiene su correspondiente trauma) y se hace la picha un lío cuando quiere complicar una trama que tampoco necesitaba tanta complejidad. Porque el asesino tampoco es que sea un tipo maquinador y perfeccionista de esos que nunca deja pistas... Es triste decir esto en una peli de este tipo, pero SÓLO hay dos escenas algo adrenalíticas en Blitz: la inicial en que el Jason se queda a gusto machacando con un bate a unos niñatos (guiño a Snatch: cerdos y diamantes), y una persecución por Londres a zancada limpia (no debía haber presupuesto para una con coches). En Venusville creemos que conociendo el currículum mamporrero del prota (Crank, Transporter y demás) se podía haber sacado más chicha de esta historia de poli buscaserialkiller y no dejarnos con la miel en los labios con esa carátula en la que el Jason pone cara de que le va a romper los huesos al primero que pase.

El único motivo por el que nos acordaremos de esta peli dentro de diez años al escuchar su título, será por su asesino en serie, el auténtico alma máter de la historia. El personaje lo interpreta Aidan Gillen (Juego de tronos) pareciendo que se haya fumado todo tipo de sustancias estimulantes y alucinógenas, porque va por la peli con el pecho al descubierto con unas pintas a lo Van Morrison, comportándose como una estrella de rock con una locura al nivel del Joker, y comiéndose al Jason Statham y a todos los demás de la peli. Un personaje que se pondría las botas en los sesudos programas de actualidad españoles como “Sálvame” y compañía: sería el nuevo Pocholo pero con pistola./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey



		Recomendada por Kuato a: los que no paran de preguntarse por qué la gente va a ver más cine americano que europeo. Aquí encontrará la respuesta.

		No recomendada por Kuato a: los fanáticos de Jason Statham porque aquí se quedarán con las ganas de ver a su ídolo dar mamporros como es habitual.

		Ego-Tour de luxe por: el superfreak del serial killer que tiene como su objeto más preciado un cagarro de Michael Jackson, el tamaño del cual nos da idea de lo desarrollado que tenía el agujero anal (¿ por qué será?).

		Atmósfera turbínea por: ese asesino en serie que nos engaña a todos diciendo que matará a ocho polis y sólo mata a tres. Cuando Kevin Spacey en *Seven* dijo que mataría a siete, se las ingenió para no defraudar a su público.