DICTADO entrevista a Antonio Chavarrías: El director productor

“Mis referencias son los cuentos infantiles porque son historias de terror con un trasfondo trágico”

■ RAY ZETA

CINES VERDI PARK, BARCELONA, 07/03/2012. Tan solo dos trabajos como director en los 2000 (Volverás y Las vidas de Celia), cuando en los 90 rodaba una película cada dos años. “Es que la producción me absorbe por completo”, se justifica Antonio Chavarrías, “pero ahora quiero recuperar mi parcela de director y dedicarme más a ella”, me explica con voz afable el director barcelonés, mientras me cuenta con un gran sentido del humor no carente de cierta nostalgia y orgullo, que su película Manila la rodó en la Barcelona pre-olímpica en lugares emblemáticos de barrios como la Barceloneta y Poble nou que iban a ser destruidos en breve para poner la ciudad a punto, y que por eso se ha convertido en un pieza de cine negro clásico local a la vez que legado barcelonés.

-Empiezo por darte la enhorabuena, pues tras seis años produciendo sin dirigir por fin has podido quitarte el mono.

-Bueno, esto tiene una razón muy simple y muy entendible, y es que soy productor. Según vas aumentando la producción de la productora y la ambición de algunos productos, te van alejando de tus proyectos. Esta película la tenía que rodar después de la serie Serrallonga… ¡Pero Serrallonga me dio tanto trabajo que tuve que aparcar Dictado durante tres años!

-¿Te consideras más productor que director, entonces?

-Yo soy más director que productor. Mi vocación y mi interés por el cine es por la dirección, lo que pasa es que en esta última década el peso de la producción ha tenido mucha importancia en mi vida. La vida te lleva por unos caminos que a veces no acabas de controlar.

-¿Por qué has elegido Dictado concretamente para volver a escribir y dirigir? Que conste que en Venusville estamos encantandos porque dejas tus habituales dramas para adentrarte en el fantástico…

-(Risas) Dictado era un proyecto que tenía que haberlo hecho el autor teatral Sergi Bellbel, pues la idea original es suya. Me explicó esta historia para escribir un guión por si me interesaba producirlo, y me gustó, así que escribió el guión y lo reescribió con otros guionistas, pero no le acabó de gustar el resultado y lo dejó. A mí me gustó mucho la historia que me explicó, el guión no tanto, así que lo llamé y le dije que quería recuperar esa historia y hacerla mía. Él me dejó y salió este guión.

-¿Te inspiraste en alguna película de suspense o de terror con niño? En el festival de Berlín se habló de referencias hitchcocknianas…

-Mis referencias fueron los cuentos infantiles, ya que muchas veces son historias de terror: tienen un trasfondo trágico, tienen luz, juegan con la idea del amor y del terror… Y todo esto lo tiene la película. Es una historia oscura pero que al mismo tiempo tiene una historia de amor que se va desarrollando. También tiene otros ingredientes, como personajes que son monstruos, una especie de bruja, hadas… y sobre todo una niña perdida y desorientada que llega a una casa y una pareja encantadora le dice “pasa que te cuidaremos”, pero una vez dentro no todo es lo que parecía. Este era el referente que yo tenía, no tanto el género.

-¿No pensaste en ningún momento convertir a la niña en un elemento terrorífico tipo el Damien de La profecía?

-Es que no iba por aquí. Es una película que por descontado conozco, pero lo que yo quería era jugar con la duda. Aquí hay un personaje que duda y hace dudar a los demás, y yo lo que quería era contagiar esa duda al espectador para que él también dudara de lo que estaba pasando en esta historia. Dónde está el peligro, si en un lado o en el otro, quién es el depredador y quién la víctima… Ese era el juego, perturbador además porque uno de los elementos es un niño, y cuando aparece un niño la amenaza es mucho más perturbadora, tanto como si el niño es víctima o agresor.

-No sé si recuerdas Línea mortal, de Joel Schumacher…

-Uy, la vi en el Festival de Sitges el año que la estrenaron… La tengo muy desdibujada.

-Es que en ella el personaje de Kiefer Sutherland tenía un secreto similar al de Juan Diego Botto en tu película, y también se le aparecía un niño… ¡pero para darle de hostias con un stick de hockey!

-(Risas) Es que ya te digo, la vi en el Festival de Sitges junto a una docena más, y la recuerdo vagamente. Si que recuerdo la película, pero no su argumento…

"Aquí hay un personaje que duda y hace dudar a los demás, y yo lo que quería era contagiar esa duda al espectador"

-¿Y qué hay del proceso de psicopatización que sufre Juan Diego Botto? Recuerda un poco el de Jack Nicholson en El resplandor.

-Sí que hay un elemento común. En El resplandor aparecen otros elementos por eso, que si el pasado, los indios, brujería… Aquí es un complejo de culpa que nace por algo que Juan Diego ha hecho, en cambio el personaje de Nicholson no había hecho nada malo en su vida, pero sí que el trastorno y la evolución hacía la locura también están en Dictado.

-¿Y a Bárbara Lénnie? Parece que va a ser la “Queen Scream” de la película, pero al final se revela más como una heroína estilo Hitchcock…

-Sí, y lo hace muy bien. Yo quería que fuera un personaje muy tierno, con un instinto maternal que parezca que la hace vulnerable, pero que al mismo tiempo tuviera una gran determinación, y Bárbara lo consigue muy bien, hace una recreación fantástica. Si hay algo de lo que esté contento de la película, aparte de otras cosas, es de los actores, que estoy muy contento.

-He oído que a la niña por eso, no la encontraste por casting sino por casualidad…

-Sí, me habló la coach porque vio lo que estaba sufriendo viendo centenares de niñas. Me dijo que en el colegio de su hijo había una niña que creía que tenía lo que yo estaba buscando porque era una niña muy especial. No era actriz, nunca había hecho nada, porque yo no buscaba niños actores. Yo cuando hacía las pruebas lo que quería era un niño que no supiera actuar, porque cuando un niño actúa es un niño que imita, y yo no quería que cuando vieses la película vieras a un niño imitando aunque fuera un buen imitador. Buscaba niños que lo dieran todo de manera natural. Así que hablamos con sus padres y conocí a Mágica (la niña), y lo vi claro. Es una niña con una gran fuerza.

-Me decías fuera de micro que quieres volver dirigir más y producir menos…

-Sí, me gustaría revertir la situación, darme más tiempo a mí mismo, y buscar fórmulas dentro de la productora para poder despegarme. Es que es una productora pequeña que cuida mucho lo que hace y son productos muy personales. No es una productora industrial, y eso hace que te impliques mucho.

-¿Tienes algún proyecto en cartera?

-Yo siempre tengo al menos tres o cuatro proyectos de posibles películas. Estoy esperando que Dictado se estrene para poder ponerme con el siguiente, porque cuando se estrena una película es como si se fuera de casa, ya no se puede hacer nada más por ella… ¡ya está!

Hay uno que me gustaría explorar que va de la identidad en un país como el nuestro donde hay muchas identidades que conviven, cómo afecta cuando llevas muchos años en un país que no es el tuyo hasta que ya no eres ni de un sitio ni de otro, y cómo afecta tanto a los que llegan como a los que estaban allí.

-¿Un thriller de género con mucha violencia y sangre como los que gustan en Venusville, quizás?

-No sé de qué género será porque yo no pienso en géneros. Si en esta historia sobre la identidad aparece la violencia, como cuando esté acabada habrá la necesidad de clasificarla como algo, se le otorgará un género, aunque el género no haya sido el punto de partida.

-Y la última, ¿sabes algo de Paco Cabezas ahora que se ha ido a Hollywood a rodar un proyecto americano? Tú le produjiste sus dos películas (Aparecidos y Carne de neón)…

-Uy, nada, se ha ido allí y no tengo nada que ver con el proyecto… Lástima porque a mí Paco Cabezas me encanta, como director de cine es de lo mejor que hay. Sus dos películas están muy pero que muy bien dirigidas.

-Y también muy bien producidas…

-(Risas) Hombre, se intentó, se intentó (más risas).