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EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS crítica: The Blair Witch Forest

El bosque de los suicidios, una peli de terror de serie B para adolescentes para suicidarse

RAY ZETA

No sé ustedes, pero yo cuando veo un anuncio de detergente en el que a una ama de casa la someten a la prueba de evaluar dos detergentes diferentes para demostrarle que uno lava más blanco, necesita menos cantidad de jabón, casca menos la lavadora, consume menos energía, y sale más barato, no me lo creo. Quizás hace 50 años aún había alguien que se lo tragara, pero lo que es ahora, con la fórmula tan gastada, como que no. Antes lavo la ropa en la bañera con jabón Lagarto que adquirir el detergente anunciado. Y si encima dicho spot está realizado con una dirección pésima, un estilo de realización amateur, y unos actores justitos, entonces es ya para no lavar nunca la ropa como Isabel la Católica, e ir dejando un reguero de tufillo como Pepe L'Amour.

Pues con el cine de terror me ocurre lo mismo. Si una película de miedo tira de la gastadísima fórmula de los sustos con música estridente como único elemento terrorífico, en vez de crear una atmósfera que predisponga al espectador a pasar canguelo, me lo trago tan poco como el anuncio del detergente, y ese es exactamente el caso de El bosque de los suicidios. Tan pobre es su propuesta terrorífica que lo único que presenta son sustos chuscos, y encima, para más inri, sustos falsos, de los que tienen más trampa que un irlandés negro por no ser reales, como que se aparezcan niños chungos y resultar ser una pesadilla, o hacer irrumpir sobresaltadamente personajes anónimos que no vienen a cuento como un homeless pidiendo limosna o una vieja desorientada.

 

El bosque de los suicidios: cine de terror

"Sólo de pensar que tendré que estar una semana cagando al pie de un árbol me pongo enferma"

 

Y eso que el punto de partida es más que sugerente para crear una película de terror por situarse en el japonés bosque Aokigahara del monte Fuji, ligado a la mitología nipona de fantasmas, y tristemente popular por ser elegido como destino de los suicidas de todo el país para consumar su ida de este mundo. O sea, que a efectos cinematográficos, a dicho bosque se le da un tratamiento de bosque encantado maldito, lo que se revela como un recurso tramposo para permitir al director tener carta blanca para colarnos todos los sustos que le vengan en gana, a cuál más visto e inverosímil (como los provocados por la aparición de personajes infantiles), con la patillera justificación de que todo, como si sale un elefante rosa volando haciendo ¡bú!, está en la mente de la protagonista, como ocurría también en Así en la Tierra como en el Infierno.

"Tan pobre es su propuesta terrorífica que lo único que presenta son sustos chuscos, y encima, para más inri, sustos falsos"

Y es que de niños fantasmas japonesitos de cara blanca ya hemos visto unos cuantos en mil y un títulos, y todos mejores que aquí, así que si creían que El bosque de los suicidios iba a ser un homenaje a clásicos del J-Horror como El círculo, Dark Water, The Grudge, Pulse o similares, es que son ustedes más ingenuos que Forrest Gump. El único parecido que tiene con todos estos títulos es que sucede en Japón y salen fantasmitos  de cara blanca de niños japoneses y de colegialas japonesas. El resto, trama (una chica norteamericana se adentra en el bosque maldito en busca de su hermana gemela desaparecida), descripción y motivación de los personajes (un sospechoso cachas guapetón se ofrece a hacerle de guía), y conclusión (mejor no se la cuento), es pura coincidencia.

 

El bosque de los suicidios: cine de terror

"No sabía que esto de tener que encontrar un sitio para cagar en un bosque fuera tan complicado"

 

Porque todo en El bosque de los suicidios, absolutamente todo, es tan poco creíble y tan gratuito y forzado, que nada hay en él salvable. El paso de los protagonistas por el bosque se antoja como un todo vale del presunto terror psicológico en el que Natalie Dorner (conocida por Elementary, Los juegos del hambre y Juego de tronos) y Taylor Kinney (conocido por ser el novio de Lady Gaga y... por ser el novio de Lady Gaga), juegan al ratón y al gato (ahora me fío, ahora no me fío, ahora pareces bueno, ahora pareces malo), mientras van apareciendo fantasmitos, tanto del bosque como de los traumas del pasado de la prota como ya sucedía en Línea mortal, hasta llegar a un desenlace tan deslucido como el resto de la película, en el que la coherencia brilla por su ausencia.

Se diría hasta que el novel y poco talentoso director Jason Zada se ha inspirado en The Blair Witch Project, por aquello de contarnos la historia de unos personajes que acampan en un bosque maldito en el que se dedican a recoger florecitas por él a la espera de que les pasen cosas. La diferencia es que The Blair Witch Project revolucionó el género del terror al inventar el formato found footage incluyendo momentos de auténtico pavor pese a su escaso presupuesto, mientras que El bosque de los suicidios se limita a ser una peli de terror para adolescentes de serie B aunque de presupuesto holgado que no sólo no inventa nada, sino que encima mal copia los mil tópicos vistos mil y una vez en el género con tan poca vergüenza como pericia. Como para ir a Japón al bosque Aokigahara y suicidarse.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Condenada a alforfones

INF VNV 1

Recomendada por Kuato a: domingueros campestres amantes de pasar los días de fiesta en el campo comiendo tortilla de patatas con hormigas.

No recomendada por Kuato a: amantes puros de los clásicos del J-Horror que se llevan las manos a la cabeza cada vez que se hace un remake americano. El bosque de los suicidios es aún peor.

Ego-Tour de luxe por: su moraleja. Si eres un putón verbenero no te pasa nada, en cambio si eres una chica formal se te llevan los fantasmas.

Atmósfera turbínea por: no sé por qué las hermanas han de ser gemelas si al final tiene la misma trascendencia que si fueran

 

EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS. Estreno en Venusville: 19/02/2016

 

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