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EL CADÁVER DE ANNA FRITZ crítica: La novia cadáver

El cadáver de Anna Fritz, la única novia a la que no hay que llevar al cine o invitar a cenar

RAY ZETA

Tres jóvenes y una muerta en una morgue: esos son los elementos que ha elegido el director y también guionista Hèctor Hernández para su ópera prima. Cuatro personajes pues en un único espacio formado por cuatro paredes y un techo, que transitarán por él en un ejercicio de thriller claustrofóbico ejemplar, gracias a una meticulosa y concienzuda planificación. Está claro que Hernández ha elegido para debutar una película de pequeño formato basada más en los personajes y en el guión que en grandes secuencias de acción, exteriores espectaculares y efectos especiales, al igual que hicieron en su día otros grandes directores para calibrar posibilidades con un bajo presupuesto, como Sam Raimi con Posesión infernal, David Slade con Hard Candy, o Nacho Vigalondo con Los Cronocrímenes.

Sólo que en El cadáver de Anna Fritz no hay poseídos por espíritus campestres, pederastas pendientes de ser castigados o viajes temporales con una momia rosa de protagonista, sino, como reza su título, un cadáver. El cadáver de una actriz de moda que será por ello objeto del deseo de los tres personajes masculinos, que acaso por estar habituados a pillar cacho con tías borrachas y somnolientas, estarán dispuestos a probar el sexo con él. De lo que se desprende que no han visto los Nekromantic de Jorg Buttgereit, si no jamás se les ocurriría follarse un cadáver. Y eso que a diferencia de los que allí salen, este cadáver en cuestión no es un muerto en descomposición podrido y putrefacto repleto de fístulas y pústulas, sino el de Alba Ribas, pulcro y limpito, tal como salía en El barco.

 

El cadáver de Anna Fritz

"Empieza tú, que desde que vi Nekromantik a mí me da asco"

 

La necrofilia es así el tema que subyace como fondo del film creando un morboso interés comercial del que sin duda se beneficia la película. Un policía investigando un crimen quizás no suscite interés por estar muy visto, pero tres jóvenes follándose un cadáver es harina de otro costal... el gancho perfecto para arrastrar al cine al espectador perezoso más dado a visionar películas repanchingado en el sofá de su casa que sentadito con la espalda recta en las salas de estreno. Y más si cumple las expectativas, ya que estamos habituados a que en lo que a películas picantes se refiere, se nos dé gato por liebre por mucho que se promocionen prometiendo la polla de Bruce Willis como reclamo (el caso de El color de la noche) o un menage a trois con Sharon Stone (el caso de Instinto básico 2).

"Un ejercicio de thriller claustrofóbico ejemplar, gracias a una meticulosa y concienzuda planificación"

Gracias a Dios este no es el caso y El cadáver de Anna Fritz cumple con lo prometido. ¿Sale Alba Ribas desnuda? Sí. ¿Pero desnuda del todo? Sí y sí. ¿Y se ve? Sí, sí y sí. ¿Y hay sexo necrofílico? Sí, y filmado sin trampa ni cartón y por partida doble, pero también más cosas, puesto que gracias a unos giros argumentales inteligentemente colocados, la historia necrofílica se torna un thriller de suspense con toques de terror, que desembocará en una orgía de violencia que arrastrará a los implicados a un descenso a los infiernos que ni el mismo Orfeo. Todo un ejercicio fílmico, en definitiva, que pasa con nota la dificultad de rodar con tan pocos personajes en un único espacio, tanto en el aspecto artístico (diálogo e interpretación) como en el técnico (dirección).

 

El cadáver de Anna Fritz

"Hay que joderse, la única actriz que no se ha hecho un implante de pechos"

 

Si acaso algún giro argumental poco creíble, alguna acción demasiado alargada (el viejo truco de formular una amenaza, y retrasar y retrasar el momento de ejecutarla), y un trío protagonista que es descrito ya desde el minuto cero con unas personalidades tan definidas como las de los tres Stooges (que aquí no son el bueno, el feo y el malo, sino el bueno, el malo y el débil. Con lo sugerente que hubiera sido ir descubriendo cómo es cada uno a medida que suceden los acontecimientos...). Pecatta minuta al fin y al cabo tratándose de una ópera prima y un ejercicio que cumple a la perfección el transmitir al espectador un ambiente claustrofóbico de angustia y desasosiego, reforzado por un guión que en su conjunto no pierde interés en ningún momento.

   El cadáver de Anna Fritz se une así al club de thrillers claustrofóbicos (no confundir con las cintas de acción, tiros y mamporros situadas en trenes, aviones, barcos o submarinos) aportando un nuevo espacio que añadir a la colección. En un club con miembros ilustres comoEnterrado, Última llamada, Funny Games, La habitación del pánico, La muerte y la doncella y la citada Hard Candy, donde hemos visto los espacios representados por ataúdes, cabinas telefónicas y domicilios particulares (sólo nos falta la caja de cerillas), El cadáver de Anna Fritz aporta el depósito de cadáveres demostrándonos que es el mejor lugar para olvidar por unas horas nuestra muñeca hinchable, y se erige como La soga del siglo XXI (y aquí es donde me he pasado... ¿o quizás no?).

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: espectadores que fantasearon con vivir una noche de amor con la novia cadáver de Tim Burton. Esto es lo más parecido que van a encontrar.

No recomendada por Kuato a: fans del díptico Nekromantic. El cadáver que aquí sale está demasiado limpio como para que les pueda gustar… Ni siquiera una sola costra.

Ego-Tour de luxe por: Alba Ribas, que actúa mejor haciendo de muerta que los tres actores juntos haciendo de vivos.

Atmósfera turbínea por: que el cartel promocional de El cadáver de Anna Fritz con el primer plano de Alba Ribas, no fuera en su día el cartel de La muerte os sienta tan bien.

 

EL CADÁVER DE ANNA FRITZ. Estreno en Venusville: 30/10/2015

 

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