EL CADÁVER DE ANNA FRITZ rueda - Diario de Venusville

EL CADÁVER DE ANNA FRITZ rueda: La muerte os sienta tan bien

Hèctor Hernández nos cuenta por qué la muerte le sienta mejor a Alba Ribas que a Meryl Streep

■ RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 12/10/2015. En esta edición de festival asistimos a un suceso paranormal que está siendo objeto de estudio de los parapsicólogos de todo el mundo. Sólo dos películas de producción catalana a concurso: Vulcania y El cadáver de Anna Fritz. Acostumbrados a tener que tragarnos cada año un buen puñado de películas catalanas que no pasarían el corte ni para alojarse en las polvorientas estanterías de un videoclub de extrarradio, más por motivos de peloteos institucionales y politiqueos que por motivos de calidad, tener sólo dos ejemplares de esta rara avis es digno de mención. ¿Será que por fin el Festival ha decidido sentar cabeza? Ya nos gustaría, pero la explicación es mucho más sencilla: simplemente ha sido un año de cosecha pobre en títulos nacionales.

Así que recibimos con todos los honores las representantes de nuestro cine patrio, y como marca la tradición histórica de este festival, con todo los integrantes del equipo sin excepción, aunque en esta ocasión, como el equipo consta sólo de director y cuatro actores, parezca que sólo haya venido una representación aunque sean todos (aún recuerdo con lágrimas en los ojos las presentaciones de la saga REC con una mesa superpoblada que se quedaba pequeña y por eso se extendía hasta la primera fila). El guionista y director Hèctor Hernández, la actriz Alba Ribas, y los actores Albert Carbó, Bernat Saumell y Cristian Valencia, hasta ahora conocidos por sus trabajos televisivos, que esperamos que El cadáver de Anna Fritz sea su pasaporte para dar el salto definitivo a la gran pantalla.

Cadàveres de Anna Fritz y Cia. amortajados por Hèctor Hernández

Como ya pueden suponer, una película que gira en torno a un argumento basado en tres jóvenes que se cuelan en la morgue para tener sexo con un cadáver, suscita un interés que no es precisamente la talla del calzado de los protagonistas, sino un tema mucho más morboso. Pero como los periodistas de Sitges somos discretos y sabemos disimular, empezamos con otras preguntas más políticamente correctas para despistar, como la de cómo ha sido para Hèctor Hernández el paso de la escritura a la dirección. “Escribir y dirigir tiene muchísimo en común. Cuando escribes estás haciendo tu propia película, sólo que la tienes dentro de la cabeza, y cuando diriges haces que todo lo que está dentro de la cabeza salga fuera”, responde el director con acento mallorquín…

"La película la escribí a partir de una noticia de alguien que practicaba sexo con un cadáver y le sucede lo que se ve en la película"

Y seguimos con esta tónica para que se confíen. Una para Alba Ribas: ¿cómo se prepara uno para hacer el papel de cadáver? Nuestra Solecita de El barco responde: “La primera vez que leí el guión sentí pánico absoluto. El clave del éxito fue poder ensayar durante cinco semanas para construirlo todo. También consideramos que era una buena opción consultar un médico que me pudiera ayudar con la parte corporal de Anna Fritz. Fue la suma perfecta para construir el personaje”. Y otra: ¿os gusta que la película genere polémica y divida las opiniones del público por lo que propone? “Que divida opiniones es parte de la gracia. No hay además término medio. A la mayoría de público le está gustando, pero al que no, no le gusta nada”.

Anna Fritz, una muerta más contenta y feliz que el Drácula de Mel Brooks

Y aún una última para el director antes de lanzarnos a degüello sin prisioneros: ¿cómo ha sido tu relación con la dirección en un único espacio? “Una relación muy obsesiva y problemática. Rodar en un único espacio genera mucha dificultad porque todos los planos están dentro de ese mismo espacio, no puedes irlos repitiendo y debes ir contando la historia, así que los planos han de ir evolucionando. Las películas de un único espacio son el principal referente para esta película, desde Funny Games a La muerte y la doncella, películas donde el espacio aprisiona tanto los conflictos de los personajes que les dan una grandísima dimensión. También es una dificultad añadida a nivel de guión, pero es barato”.

Ahora sí, ahora que están todos relajaditos, tranquilitos y confiaditos, les soltamos la pregunta que todos estábamos esperando: ¿cómo preparasteis y rodasteis las escenas necrofílicas de la película? Responde Hèctor Hernández: “la película la escribí a partir de una noticia de alguien que practicaba sexo con un cadáver y le sucede lo que se ve en la película. Tampoco hay que profundizar mucho más, ya que no es una película de necrofilia. A mí me importaba lo que le sucede al cadáver después. Sí que me informé para los diálogos de los personajes de cómo es hacérselo con un cadáver. Hoy en día la necrofilia es un tabú, pero en el Antiguo Egipto era algo común que se practicaba antes del embalsamamiento”.

Pues hala, quien tenga ganas de probar experiencias nuevas y diferentes que vaya al Cairo.