EL CORREDOR DEL LABERINTO: LAS PRUEBAS crítica

**La gincana continúa en El corredor del laberinto 2 sorteando zombies por el desierto**

■ RAY ZETA

Por un momento, sólo por un momento, llegué a pensar que con El corredor del laberinto se iba a romper el malefició de las sagas “fantasteens”, o sea las series cinematográficas de cine fantástico ñoñitas y tontitas para niñitas aún más ñoñitas y tontitas, que desde Crepúsculo han devaluado el cine fantástico a mero pretexto forra-carpetas con fotos de jovenzuelos guaperas. Los juegos del hambre, Divergente, La huésped, Hermosas criaturas, Cazadores de sombras… A Dios gracias que algunas no prosperaron en taquilla y murieron en el empeño, porque si por algo no se caracteriza precisamente esta moda es por su calidad cinematográfica, siendo la mayoría de ellas intercambiables tanto en argumento como en personajes: la adolescente feúcha como un patito feo que en un futuro distópico deberá revelarse contra su destino mientras combate a los dirigentes de la sociedad tiránica y mantiene un romance con el cachas de turno.

Pero El corredor del laberinto se distanció inteligentemente de esta línea. Primero por hacer protagonista a un tío en vez de a una tía (de hecho no salen tías, sale sólo una y además poco), segundo por plantear una situación prima hermana de Cube (un grupo de jóvenes que sin saber cómo han llegado hasta allí, despiertan en un claro de bosque rodeado por un laberinto cambiante en el que habitan monstruitos arácnidos), y tercero por dirigir con buen pulso una historia en la que impera la acción por encima de las ñoñerías habituales (por no haber, no hay ni romance), hasta llegar a un final inconcluso que dejaba la puerta abierta a una secuela que prometía más que un político en elecciones, gracias a las enormes posibilidades que presentaba. O sea, que hasta ese momento pensamos que el milagro era posible, y por ello confiábamos en El corredor del laberinto como en la gran esperanza blanca de las sagas “fantasteens”.

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Hasta ver en lo que se ha convertido en esta segunda parte... Nuestro gozo en un pozo. La primera nos puso el caramelito en la boca y ahora esta secuela nos lo ha quitado. La primera nos doró la píldora y ahora en esta secuela ha resultado de cianuro. La primera nos la puso dura y ahora esta secuela nos da dos piedras... Porque en El corredor del laberinto: Las pruebas, la historia se olvida por completo de la originalidad de la trama narrada en la primera parte, del ambiente creado en ella, y de sus personajes en continua evolución, y cae en los tópicos habituales más manidos de las sagas "fantasteens" (a excepción del romance, punto al menos éste en el que por su ausencia salimos ganando): un futuro distópico controlado por los dirigentes cabrones de turno, a los que nuestros personajes protagonistas, descritos aquí tan planos como personajes de dibujos animados, se enfrentan en pos de la justicia siguiendo los impulsos de su juventud rebelde y contestataria.

"El corredor del laberinto: Las pruebas se olvida de la originalidad de la trama narrada en la primera parte y cae en los tópicos habituales más manidos de las sagas fantasteens"

Con la única particularidad de que esta vez no se trata de un futuro distópico controlado políticamente por el gobierno como en Los juegos del hambre o Insurgente, sino por una empresa médica ("CRUEL") prima hermana de la Corporación Umbrella de Resident Evil, debido a un virus zómbico que azota la humanidad igualito que en Guerra Mundial Z, para que nuestros chavales protas se paseen por ciudades devastadas igualito que Will Smith en Soy leyenda. Zombies que siguiendo las últimas tendencias del cine son más "infectados" que zombies, aunque sean zombies al fin y al cabo. Nada que no hayamos visto ya una y mil veces en títulos como los citados Guerra Mundial Z y Soy leyenda, además de 28 días después, 28 semanas después, Carriers (Infectados), Retornados, y la reciente Extinction, entre todos los títulos sobre pandemias zombies estrenados desde que se sabe qué es una pandemia y qué es un zombie.

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Y todo en un guión facilón cuyo único objetivo son las carreras de aquí para allá sorteando peligros como si de una gincana en el desierto se tratara, plagado de giros argumentales tan gratuitos como efectistas (lleguen a la escena en la que aparece una rata, vean lo que sale a continuación, y ya me dirán), secuencias tan de manual (la fuga del primer centro... ni el Equipo A siguiendo un plan de Hannibal Smith) como patilleras (la fiesta rave que atrae a los jóvenes como un canto de sirenas interpretado por Scarlett Johansson en tanga), más la dosis mínima de acción como peaje obligado. Con los personajes villanos cada vez más malvados (la Dra. Clarkson interpretada por Ava Paige), los buenos cada vez más heroicos (pónganle a Dylan O'Brien una armadura romana y no se quedará lejos de Gladiator), y los nuevos tan anodinos como lo era el Quique de Verano azul (ni Giancarlo Esposito, Barry Pepper o Lili Taylor sobreviven al olvido una vez finalizada la proyección).

Una auténtica lastima pues, porque El corredor del laberinto: Las pruebas no pasa el corte ni como peli de zombies, ni como peli futurista, y ni mucho menos como secuela de El corredor del laberinto. En cambio sí aprueba con nota como cine "fantasteen" comercial de éxito. Adolescentes desorientados viviendo en un mundo que no les comprende y les persigue cometiendo injusticias al que se enfrentan y del que huyen para ser ellos mismos. Suficiente para atraer en masa al público más joven y justificar así un tercer y último episodio, que esperemos que no estiren y alarguen en dos partes como han hecho Los juegos del hambre y Divergente (y antes hicieron Harry Potter y Crepúsculo). El corredor del laberinto iba para gran esperanza blanca del "fantasteen" y ha acabado convirtiéndose en uno de sus máximos exponentes, por muchos zombies que nos cuelen para disimular, demostrando que aunque el "fantasteen" se vista de zómbico, "fantasteen" se queda.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: niñitas que forren sus carpetas del instituto con fotos guaperas de Dylan O’Brien.

No recomendada por Kuato a: los que tras la primera parte confiábamos en El corredor del laberinto como la gran esperanza blanca del cine “fantasteen”.

Ego-Tour de luxe por: el precio a pagar para entrar en la fiesta rave del desierto: echar un trago de una bebida psicotrónica para entrar colocado.

Atmósfera turbínea por: que no repartan tragos de esa bebida a las puertas de los cines para ayudar a soportar la película.

■ EL CORREDOR DEL LABERINTO: LAS PRUEBAS. Estreneo en Venusville: 18/09/2015