EL CUENTO DE LOS CUENTOS crítica: Mucho cuento y pocas nueces

Érase una vez un cuento con mucho cuento chino titulado El cuento de los cuentos

■ ANNA BOU

Llega la Navidad, época de turrón, luces sonrientes, regalos, discusiones familiares, cuentos. No pueden faltar los cuentos. Matteo Garrone lo sabe, y tiene la osadía de dirigir la película El cuento de los cuentos, cuyo título, dada la ambición y presuntuosidad del mismo, nos hacía presagiar la panacea, el embrión originario del mundo cuentil. No se dejen engañar, no sean indulgentes aunque llegue la bondadosa Navidad.

El cuento de los cuentos trenza tres historias protagonizadas por, oh originalidad, tres reyes: el cuento de la reina Salma Hayek con su inquietante obsesión por la maternidad; el cuento del rey semi-chiflado que adopta una pulga como mascota; la historia del rey follador Vincent Cassel que quiere sí o sí pasarse por la piedra a una cortesana de voz engañosamente juvenil... Sí, semejantes propuestas tampoco son para tirar cohetes pero lo cierto es que, precisamente, lo mejor de la película son los planteamientos.

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El cuento de los cuentos tiene un arranque potente, enfatizado por una gran belleza estética y cierto aire sombrío y barroco, pero esta película que pretendía ser una vuelta de tuerca a los cuentos, se ha quedado en la tuerca torcida que provoca un agujero en la pared y en la pantalla. Si medio cerramos los ojos, por el sueño o el aburrimiento, podríamos llegar a ver reminiscencias de la obra de Jim Henson, de la mítica serie para televisión de los años ochenta El cuentacuentos, protagonizada por John Hurt. Incluso hay cierto tono enigmático que se podría emparentar con Cristal oscuro, esa maravillosa joyita de arte que realizó con marionetas en el año 1982. Pero, a la que los abrimos y volvemos a la realidad, vemos a este quiero y no puedo que es El cuento de los cuentos.

"Estamos ante tres historias que no llegan a cuajar ni en conjunto ni individualmente, deshilachándose a medida que avanza el metraje"

Estamos ante tres historias que no llegan a cuajar ni en conjunto ni individualmente, deshilachándose a medida que avanza el metraje. Si esta película fuera una persona, sin duda alguna sería un personaje bipolar, que saca lo mejor y lo peor de ella misma de un momento a otro, de un fotograma a otro. La historia de Salma Hayek es un suflé que no salva ni la mejicana, cuya belleza es inversamente proporcional a sus dotes para la interpretación. Y eso que el inicio era prometedor, con esa pelea acuática entre el rey y el monstruo marino, o esos niños perturbadoramente albinos. La historia del rey (gracioso Toby Jones) y la pulga es el mejor inicio de las tres narraciones, pero tiene un giro de guión con troll por medio que hace que el cuento se desmaye como una alma en pena. Y nos queda el rey Vincent Cassel protagonizando, sin duda alguna, la peor narración, aunque el siniestro atractivo del actor compensa la falta total de interés por una historia que parece hecha con un argumento sacado de un mercadillo de guiones en rebajas.

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A pesar de una originalidad que sale a relucir en pocas ocasiones, como la citada batalla marina, la azotea de un castillo seco y distante como una persona que no inspira confianza, o el árbol que, como un vidente, notifica a través de sus aguas subterráneas cierta noticia, la película no emociona, ni atrapa, ni llega a tocar ninguna fibra sensible.

Tan sólo veo una forma simpática de ver esta película: pensando qué nos gusta más y qué nos gusta menos de cada una de las historias, como quien juega a hacer un retrato robot del hombre o mujer ideal. La estética del primero, el prometedor inicio del segundo, el rey del tercero. Quizás este resultante cuento imaginario será el verdadero y auténtico cuento de los cuentos. "La imaginación al poder, no los reyes", esta es mi moraleja final, que por cierto no tiene nada que ver con la película, pero qué más da, la película tampoco tiene nada que ver con el título, y además apelo a sus venusvilleras almas caritativas, puesto que estamos en Navidad. Felices Fiestas.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: los que piensan que las películas de los 80 tenían una gracia genuina que se ha perdido. El cuento de los cuentos les volverá a dar la razón.

No recomendada por Kuato a: los que se dejan persuadir por los títulos. Yo soy una de estas inocentes personas.

Ego-Tour de luxe por: el laberinto de la reina Hayek. Un laberinto siempre queda decorativo. Los laberintos son el jarrón chino del celuloide.

Atmósfera turbínea por: terminar la película con este potente  título que tanto prometía, y preguntarse... ¿y? Bueno, siempre se puede fumar un cigarrito de consuelo...

■ EL CUENTO DE LOS CUENTOS. Estreno en Venusville: 11/12/2015.