EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS rueda: ¿Dónde está Roldy?

**Rueda de El hombre de las mil caras con el juego de las ocho diferencias entre Roldán y Wally**

■ FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN, 17/09/2016. Más que una rueda de prensa, la celebrada para presentar El hombre de las mil caras en el Festival de San Sebastián parece una reunión de viejos amigos. A Alberto Rodríguez le conocemos de las presentaciones de Grupo 7, La isla mínima y el corto para Estrella Damm Las pequeñas cosas. A Eduard Fernández por Flores negras, The Pelayos y otras tantas. A José Coronado ídem de adem entre las que se cuentan Los últimos días, No habrá paz para los malvados y El cuerpo. Y a Marta Etura por las de Mientras duermes y Eva. Por eso teniéndoles delante uno se siente más como si estuviera en una reunión familiar que en un evento cinematográfico.

Como no podía ser de otra manera, el tema de la corrupción política sobrevuela gran parte de la rueda. Es triste pedir, pero más triste es reconocer que la historia de Luis Roldán, con una fuga de 1.500 millones de pesetas a mediados de los años 90, sigue tan vigente como cuando sucedió, y aún está más de moda ahora que cuando Alberto Rodríguez empezó a preparar el proyecto hace cuatro años, gracias a todos los tristemente conocidos casos de corrupción sucedidos estos últimos tiempos. Por eso Rodríguez está convencido que era un buen momento para contar esta historia. “Tenemos una sociedad lo suficientemente madura como para poder hablar de su historia más reciente”, declara.

"Por eso mi próxima película irá sobre la verdadera historia de Leticia Sabater"

Y reconoce sentir admiración por la figura de Francisco Paesa, el espía que orquestó toda la farsa concerniente a la desaparición de Luis Roldán y de su dinero durante más de un año, siendo el hombre más buscado del mundo, hasta que pactó su entrega con motivo de su beneficio propio. “Es un personaje que me parece fascinante pero cuya moralidad no comparto”, dice, a lo que Eduard Fernández, actor que le interpreta en la película, se suma en sus elogios: “Reducir de corrupto a Paesa es muy poco. Paesa era mucho. Era muy grande”, afirma, y nos cuenta que no le costó interpretar a una persona sin moral porque “todos tenemos un cajoncito para abrir y sacar lo peor de nosotros mismos”.

“Quería que el espectador tuviera claro que lo que estaba viendo era una película, una ficción”

José Coronado por su parte, reconoce que su personaje de amigo y socio de Francisco Paesa es el más normal de todos los que toman parte en esta historia de fugas, desfalcos y desapariciones: “el más humano de la galería de seres peculiares y frikis que le rodean”, afirma. Y confiesa que la parte en la que ejerce de narrador con voz en off le dio más miedo que la de interpretar al personaje porque “se trataba de realizar una narración muy cercana que guiase al espectador, conectando con él, respetándole y apelando a su inteligencia para que desenmarañara todos los tejemanejes que se exponen”.

"Para esta película me inspiré en Wally, que tampoco lo encuentra nadie"

Alberto Rodríguez insiste en que la película que ha realizado es una ficción a partir de los hechos narrados en el libro del mismo título de Manuel Cerdán, y no un documento real. “Quería que el espectador tuviera claro que lo que estaba viendo era una película, una ficción. Lo más honesto era construir un relato ficcionado a partir de un relato real. Ésta es una película de aventuras en despachos”. ¿No hay que tomarse la película demasiado en serio, entonces? “La película es irónica en todos los sentidos y hay que leerla así. Está hecha para que el público pase un buen rato y al finalizar se haga preguntas”.

Así lo haremos, y esperaremos como decís, que la película interese tanto a los que vivimos la historia de Luis Roldán en tiempo real, como a los jóvenes que no la vivieron y los ciudadanos de otros países que no son España, igual que nos interesan a todos películas como Argo y J.F.K., dos títulos que ponéis a modo de ejemplo. Y hablando de otras obras, ¿por casualidad os inspirasteis en la serie Narcos? Más de uno ve más de un parecido en el estilo de narración entre ella y El hombre de las mil caras. “Vaya, hombre”, exclama Alberto Rodríguez con sorna, “cuando presentamos La isla mínima era True Detective y ahora es la serie Narcos…”. Aplausos y fin de la rueda.