EL MAL QUE HACEN LOS HOMBRES crítica

Thriller español de tiros a lo Tarantino de mexicanos en México sin mexicanos y sin México

■ RAY ZETA

Una nave industrial que ejerce de almacén frigorífico de cadáveres víctimas del cartel mexicano, y dos sicarios gestionándolo como si fueran carniceros que comercializan las piezas al peso; una niña secuestrada a la espera de saber si la irán cortando a cachos grandes o a cachos más pequeños, otro sicario con pinta de bestiajo velando por el negocio a modo de notario, y la banda de mexicanos más chungos vistos a este lado de la frontera pegando tiros, mientras en los alrededores un carromato ambulante despacha los mejores burritos del país. ¿Tijuana? ¿Chihuahua? ¿Ciudad de Juarez? Nada de eso... ¡Barcelona! Porque no estamos hablando de la última película de Robert Rodríguez sino de Ramon Térmens.

El mal que hacen los hombres es un western fronterizo actual español rodado en España aunque simule situarse en México, con apenas una docena de actores (cuatro de ellos principales), en un único espacio (la nave industrial), con el objetivo de retratar la bajeza humana hasta estallar en un clímax de violencia de esos que no que queda ni el Tato, ni el apuntador, ni Tato el apuntador. Como si Reservoir Dogs hubiera estado protagonizada por la mitad de sus actores con Danny Trejo al frente. O como si una entrega de Desperado hubiera sido rodada por Robert Rodríguez en el garaje de su casa con algún actor de telenovela mexicana de esos que se llaman Carlos Alberto o Bernarndo José en vez de con Antonio Banderas.

"Ya te decía yo que si nos hacíamos pasar por Danny Trejo y Javier Bardem no colaría"

Hasta aquí nada que objetar, pues si no hay pasta para irse a rodar a México como hizo Álex de la Iglesia con Perdita Durango, pues se rueda en una nave industrial de Martorelles y santas pascuas. Pero se rueda bien, con un guión que justifique el espacio único y las motivaciones de los personajes hasta desembocar en el ansiado clímax sangriento, y con unos actores que den el pego tanto por físico como por interpretación, o si no nos tragaremos la farsa, como ocurre aquí a medias. Bien por la ambientación mexicana, que con cuatro fajitas y cuatro notas de mariachis funciona sin problema, correctos los actores, pero mal por el guión por revelarse tan forzado como un irlandés negro.

"Como si Reservoir Dogs hubiera estado protagonizada por la mitad de sus actores con Danny Trejo al frente"

Daniel Faraldo y Andrew Tarbet no tienen la química de Samuel L. Jackson y John Travolta precisamente, pero cumplen a pesar del anonimato del primero y el bagaje televisivo del segundo, lo que contagia a la película un carácter de serie B aún mayor de lo que provoca su producción. Sergio Peris-Mencheta está perfecto como sicario bestiajo hablando inglés con acento mexicano (¿hemos citado antes Perdita Durango? Pues caracterícenle como a Javier Bardem y obtendrán un segundo Romeo Dolorosa debido a su parecido físico). Y correcta está la niña Priscilla Delgado aunque hable inglés con su acento natural español, y hable en inglés con los personajes mexicanos, de la misma manera que los personajes mexicanos hablan en inglés entre ellos.

"Tú tranquila, que en Sicario también hablaban todos en inglés y nadie se quejó"

Detallitos que se hacen tan raros como oír hablar en El desafío a Joseph Gordon-Levitt en inglés con ridículo acento francés a lo inspector Clouseau con el resto de los personajes franceses, y que delatan, esta vez sí, que ni estamos en México, ni que todos los actores son mexicanos, por muchos castings de latinos chungos que se hayan realizado. Al igual que ciertos datos de guión colocados a martillazos para justificar la presencia de todos los personajes principales en el espacio único y sus alrededores más inmediatos, y que los acontecimientos desemboquen en el tiroteo final, con un desenlace de la subtrama del personaje de la niña (recuerden: si será cortada a cachos grandes o a cachos más pequeños) más que previsible.

Una lástima pues, porque El mal que hacen los hombres se queda a medio camino de lo prometido en su planteamiento inicial. No acaba de funcionar como thriller porque el suspense es inexistente, ni como peli de secuestros por ser ese su aspecto menos creíble, ni como peli de tiros sangrienta por estar el tiroteo sangriento metido con calzador... Paradójicamente la simpleza de su propuesta (narrar cómo un grupo reducido de personajes en un espacio único se acaba liando a tiros hasta quedar todos hechos un queso gruyere), se ha revelado más compleja de lo que se esperaba para resultar creíble. Y más aún si no se tiene a Samuel L. Jackson y a John Travolta como actores principales, no se trata de Reservoir Dogs, o se simula estar en México sin Danny Trejo.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: Danny Trejo, quien se partirá el ojete viendo a Daniel Faraldo haciendo de él.

No recomendada por Kuato a: Robert Rodríguez, quien se subirá por las paredes al comprobar lo que se estrena teniendo aún Makete Kills pendiente de distribución.

Ego-Tour de luxe por: hombre, empezar la peli con Daniel Farlado follándose una puta oriental preguntándole ésta si se ha corrido dentro, es toda una declaración de principios.

Atmósfera turbínea por: que Sergio Peris-Mencheta no salga con las sienes rapadas, melena por atrás, y bigotito de Cantinflas como Romeo Dolorosa.

■ EL MAL QUE HACEN LOS HOMBRES. Estreno en Venusville: 19/02/2016