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EL NIÑO QUE PUDO SER REY crítica: Attack the Sword

Versión de Excalibur con el friki de la clase como nuevo rey Arturo en El niño que pudo ser rey

RAY ZETA

¿A qué niño no le gustaría encontrar Excalibur, convertirse en el sucesor del rey Arturo, derrotar a las hordas del inframundo y salvar el planeta? Si algún niño de los que nos lee responde que prefiere quedarse en casa haciendo los deberes de mates, que sus padres le lleven rápidamente al pediatra porque no es un niño normal y hay que buscar rápidamente una solución a su problema. Como tratamiento recomendamos enchufarle vía intravenosa todos los capítulos de la serie Camelot para empezar, luego continuar con las sagas de Las crónicas de Narnia, Harry potter y Percy Jackson, y acabar con Juego de tronos para ir educando el gusto hacia un nivel menos infantil, que los niños de hoy en día van muy adelantados.

Porque de eso va El niño que pudo ser rey, de empatizar con el público infantil sirviéndole una fantasía que, como la oferta de El Padrino, no podrá rechazar. Eso es lo que en términos cinematográficos se denomina “empatización”, y funciona igual en niños que en adultos. ¿Acaso a nosotros no nos gustaría ser un agente secreto que como James Bond, es el más guapo, el más duro, el que más tías buenas seduce, y el que salva el mundo cada día antes de cepillarse los dientes? Por lo tanto les planteo el mismo caso que en el párrafo anterior: si algún adulto de los que nos lee, empatiza más con una peli de autor europea como el Azul de Kieslowski que con una de James Bond, que corra al psicólogo más cercano.

 

EL NIÑO QUE PUDO SER REY

"Jura por Excalibur que el Rey Arturo de Guy Ritchie no es tan mala como dijeron"

 

O sea, que como propuesta infantil, El niño que pudo ser rey funciona a las mil maravillas, porque la empatización con su público target está garantizada. El problema viene para el público que ya se afeita, porque por muchas tragaderas que tengamos, es más creíble en su contexto que un niño descubra que proviene de una familia de magos y debe asistir a una escuela de magia, o que es hijo del dios Neptuno y debe asistir a un campamento escuela para semidioses, o que existe en un armario un portal que conduce a un mundo medieval, que la esgrimida en El niño que pudo reinar, por muchos mundos fantásticos, poderes, superpoderes y supervillanos que se deban combatir en los tres casos citados.

"Como propuesta infantil, El niño que pudo ser rey funciona a las mil maravillas, el problema viene para el público que ya se afeita"

Porque aunque en Harry Potter, Percy Jackson y Narnia, los protagonistas sean también “elegidos”, sus tramas les afectan sólo a ellos y a su entorno, disputando guerras internas que no trascienden más allá de su mundo, sea Hogwarts, el Olimpo o Narnia. En El niño que pudo reinar, en cambio, todo lo que sucede, sucede en un mundo real y abierto al exterior, de ahí que sea más difícil de tragar que un sapo con pelo. Aceptamos que un niño encuentra Excalibur y que sea el elegido para continuar el legado del rey Arturo, como aceptamos pulpo como animal de compañía, de acuerdo, pero de ahí a que el mago Merlín le confíe sólo a él y a su amigo gordito friki la labor de salvar Inglaterra, y por ende el mundo, de las hordas del Mal, va un misal.

 

EL NIÑO QUE PUDO SER REY

"Olvida Excalibur y ponte Los caballeros de la mesa cuadrada, que es la buena"

 

Y más aún si todos los elementos de las leyendas artúricas aparecen sin justificación alguna, más allá de una simple línea de guión, y si JoeCornish como guionista y director, narra los hechos poniéndose al nivel de su público con recursos humorísticos gratuitos que tienen como misión conectar aún más si es posible con los jóvenes espectadores. ¿Tiene algún sentido que el mago Merlín se encarne en un adolescente atolondrado y patoso? No, por supuesto que no, como tampoco lo tiene que la bruja Morgana parezca la prima hermana de Rita Repulsa, y de ahí que tanto Rebecca Ferguson y Patrick Stewart (lo poco que sale el mago Merlín con su apariencia real), estén más desaprovechados que Rambo en un convento de Carmelitas.

Nada que ver El niño que pudo reinar con Attack the Block, pues, la inspirada ópera prima de Joe Cornish. Mientras que Attack the Block rezumaba originalidad y mala leche a raudales, mostrando una juventud tan políticamente incorrecta como real a modo de denuncia, El niño que pudo reinar muestra una juventud ñoña y ramplona, y aprovecha para dar lecciones morales en contra del bullying y en favor de la convivencia, lo que estaría muy bien si éste no fuera el vehículo equivocado. Será que Joe Cornish quiere reconciliarse con todas las mamás que le retiraron la palabra tras Attack the Block, y desea que vuelvan a llevar sus retoños al cine. Pueden estar todas las mamás tranquilas, en El niño que pudo reinar hasta los nazguls de la bruja Morgana parecen muñecos de pim-pam-pum.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: niños que en el recreo jueguen con espadas de madera a ser caballeros.

No recomendada por Kuato a: quien vio Excalibur cuando la estrenaron.

Ego-Tour de luxe por: la batalla final, porque aunque sea contra nazguls de pim-pam-pum, al menos hay una batalla final.

Atmósfera turbínea por: hacernos creer que se puede invocar a la Dama del Lago en una bañera. Yo llevo probándolo una semana y nada.

 

EL NIÑO QUE PUDO SER REY. "The Kid Who Would Be King" (2018), Dirección y guión: Joe Cornish. Reparto: Louis Ashbourne Serkis, Angus Imrie, Rebecca Ferguson, Tom Taylor, Rhianna Dorris y Patrick Stewart. Estreno en Venusville: 15/03/2019.

 

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