Categorías

EL PUENTE DE LOS ESPÍAS crítica: Espíame si puedes

Tom Hanks espía como puede para Spielberg como Leslie Nielsen en El puente de los espías

RAY ZETA

Tomas Alfredson convenció a los productores de El topo de que él era el hombre ideal para dirigirla, cuando les contó su particular punto de vista acerca de lo que es un espía. Según el director sueco, los espías son todos unos ratones de biblioteca: “los cachas chulitos se convierten en marines y los ratones de biblioteca en espías”, dijo, y le contrataron al instante. Porque según su visión del género, el auténtico espía no es un hombre aventurero, bravo y temerario como James Bond, Ethan Hunt o Jason Bourne, que esquiva balas mientras se pimpla un martini con vodka y se tira a la chati de turno, sino un hombre gris y simplón que pasa desapercibido como el George Smiley de El topo o el Gunther Bachman de El hombre más buscado (ambos, personajes de John le Carré).

Steven Spielberg debe opinar exactamente igual, porque ha facturado una peli de espías tranquilita a la antigua usanza, con agentes de campo más dados a intercambiar información mientras leen el periódico, pintan paisajes al aire libre o dan de comer a las palomas en el parque, que a conducir deportivos tuneados con mil y un gadgets, saltar de aviones sin paracaídas o detener la cuenta atrás de la detonación de una ojiva nuclear en el último segundo. Y encima una peli de espías ambientada en plena Guerra Fría, época dorada de los espías por antonomasia (será para aprovechar el vestuario de Atrápame si puedes, y ya puestos, aprovechar también a Tom Hanks para no tener que remendarle sus trajes a otro actor), y en pleno levantamiento, para más inri, del muro de Berlín (un recuerdo desde aquí al inmortal Harry Palmer).

 

El puente de los espías

"Estate tranquilo, te defenderé con lo que aprendí en Filadelfia"

 

Así pues, El puente de los espías es una película de espías que huye de los espías de acción y los muestra como tipos normales. El espía protagonista (que no es Tom Hanks, Tom Hanks es aquí un abogado que media en una negociación entre países) no es un agente guaperas que se juega el tipo sacando a gente de Berlín oriental como Brad Pitt en Spy Game, sino un pobre hombre ruso de mediana edad que fuma en calzoncillos con la dentadura postiza en remojo, y que uno se llevaría a casa para darle un plato de sopa caliente de la ternura que despierta. Por eso El puente de los espías es una película de espías bien hecha, pero una peli de espías tranquilita sin acción, que busca el suspense generado en la resolución del clímax, aunque éste se revele tan previsible como una comedia romántica.

"El puente de los espías es una película de espías bien hecha, pero una peli de espías tranquilita sin acción"

Y es que no podía ser de otra manera tratándose de Spielberg. El “abuelito Spielberg”, digamos mejor, ya que como es habitual en el eterno director de la gorra de beisbol, El puente de los espías es como casi todas sus películas una oda a los buenos sentimientos. Quizás no tan exagerada como la pastelosa Hook, el innecesario epílogo de Inteligencia Artificial o toda la ñoña Caballo de batalla, pero suficiente como para que se le vea el plumero azucarado, en este caso basándose en la relación de amistad que entablan el espía ruso y Tom Hanks, su abogado defensor, mostrando además al ruso como un tipo entrañable a pesar de la opinión pública de la época, empeñada en creer que todo comunista tenía cuernos, rabo y despedía azufre.

 

El puente de los espías

"Suerte que aún me quedan amigos de cuando hice La milla verde"

 

Un espía ruso interpretado por el actor inglés Mark Rylance en una composición encomiable, con la que Spielberg quedó tan encantado que lo fichó para ser su gigante bonachón en la inminente The BFG, en actual fase de post-producción. Aún le queda por eso para superar a Tom Hanks en colaboraciones spielbergianas, ya que con este Puente de los espías son cuatro tras Salvar al soldado Ryan, Atrápame si puedes y La terminal. Pareja de hecho para recordar, Tom Hanks y Mark Rylance forman un tándem americano-soviético del que tendría que haber aprendido Guy Ritchie para no haber caído en el más estrepitoso de los ridículos con Operación U.N.C.L.E., lástima que se haya estrenado tres meses tarde.

Bien por Steven Spielberg pues, que ha demostrado una vez más su buen oficio para dirigir (no en vano es el mejor director del último tercio del siglo XX, por delante de otros candidatos como Ridley Scott o Martin Scorsese), pese a que en la actualidad abogue por un cine más aburguesado que el de sus inicios. Atrás ha quedado aquel joven impetuoso que se liaba la manta en la cabeza y se iba a alta mar a dirigir un tiburón de cartón piedra a pesar de los huracanes, resucitaba los seriales de aventuras de los años 30, o se inventaba una historia de amor entre un niño y un extraterrestre. Normal, a sus 70 años prefiere hacer buenas películas a cometer locuras. Eso lo deja para Terry Gilliam.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien crea que las pelis de James Bond, Ethan Hunt o Jason Bourne son unas fantasmadas.

No recomendada por Kuato a: quien sea incapaz de leerse una novela de John le Carré sin quedarse dormido sobre sus páginas.

Ego-Tour de luxe por: lo entrañable que resulta el espío ruso. Igual que un bebé o un perrito. Puede que incluso más.

Atmósfera turbínea por: hombre, algún tiroteo, pelea o persecución se hubiera agradecido… La próxima vez, Steven, metes alguna secuencia descartada de Munich.

 

EL PUENTE DE LOS ESPÍAS. Estreno en Venusville: 04/12/2015

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario