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EL SECRETO DE MARROWBONE crítica: El orfanato de Marrowbone

Sergio G. Sánchez debuta con El secreto de Marrowbone copiando El orfanato sin orfanato

RAY ZETA

Dos han sido las frases que he exclamado tras visionar El secreto de Marrowbone, película de debut en la dirección del guionista Sergio G. Sánchez basándose en un guión propio: “guionista tenía que ser” y “guionista de Juan Antonio Bayona tenía que ser”. Porque si por algo se ha hecho popular Sergio G. Sánchez, por mucho que haya escrito también otras películas como Fin o Palmeras en la nieve, ha sido por haber guionizado las dos primeras de Bayona: El orfanato y Lo imposible. Por eso claro, El secreto de Marrowbone es una copia de ambas en cuanto a estilo, que encima toma prestado cositas de Los otros copiando también a Alejandro Amenábar. ¿El resultado? Un pastiche tan bonito por fuera como fallido por dentro sin ninguna personalidad propia.

Y digo bonito por fuera porque si algo se le puede valorar a El secreto de Marrowbone es que está muy bien filmada, apoyándose en una dirección artística y una fotografía elegantes y majestuosas, notándose un más que holgado presupuesto. Ese caserón rural de aires góticos en el que viven los personajes protagonistas, esas playas y esas vistas, lucen de primera y a buen seguro que el público anglosajón se lo tragará todo enterito como si fuera su casa pese a haber sido rodado en Asturias. También los jóvenes actores que salen están todos bien, en su mayoría ingleses, con rostros reconocibles por trabajos anteriores famosos como Múltiple, Captain Fantastic o Stranger Things. Por eso es una lástima que el resto de elementos de la película no estén a la altura.

 

El secreto de Marrowbone

"Así, todos bien guapos para la foto como en Leyendas de pasión"

 

Porque tantas han sido las ansias de copiar Sergio G. Sánchez a Bayona, que el director novel no ha querido hacer una película sino un producto tocando demasiadas teclas. Porque Bayona siempre hace productos en vez de películas, pues sean sus pelis del género que sean, terror, catastróficas o fantásticas, todas tienen parte de melodrama, salen niños, saben tocar la fibra, y son para toda la familia gustándole por igual al papá, a la mamá, al abuelo, a la abuela, a los niños, al perro y al canario. Pues Sergio G. Sánchez ha intentado hacer lo mismo pero sin la misma suerte. A Bayona se le ve el plumero, pero es un plumero que funciona porque es un buen director; a G. Sánchez en cambio, el plumero le pierde plumas porque aunque haya dirigido esta película, lo suyo es ser guionista.

El secreto de Marrowbone es una copia de El orfanato y Lo imposible en cuanto a estilo, que encima toma prestado cositas de Los otros copiando también a Alejandro Amenábar”

De ahí que por mucho que nos quiera vender El secreto de Marrowbone como una película de terror sobrenatural, en dos terceras partes de su metraje (y créanme que es demasiado metraje para lo que cuenta), el filme es un melodrama de época con niños haciendo monerías, jóvenes hermanos luchando por permanecer juntos, primeros amoríos adolescentes, y contiendas contra expropiaciones bancarias. Y todo todito, como era de esperar, espolvoreado con azúcar glas para que le guste por igual al papá, a la mamá, al abuelo, a la abuela, a los niños, al perro y al canario. ¿Que la historia va de cuatro hermanos que viven en un caserón con una presencia extraña? No se preocupen, algún sustito por aquí, algún sustito por allá para recordarnos su existencia, y a esa presencia extraña no se le da cancha hasta el final, así el público puede emocionarse con el melodrama tranquilamente.

 

El secreto de Marrowbone

"Si somos una copia de Bayona, el título debería ser 'Un fantasma viene a verme'"

 

Y de ahí también que Sergio G. Sánchez haya escogido una estructura tan poco convencional para contar la historia. Presenta a los personajes protagonistas informando que arrastran un oscuro secreto, introduce una elipsis de seis meses, y en el acto final nos muestra el clímax combinado con lo sucedido durante esos seis meses ocultados. Treta de guionista al servicio de director encarada a desvelar el secreto del título en una doble sorpresa final tan tramposa como un Hellboy azul formando equipo con un pitufo verde: la primera sorpresa por ser tan poco creíble como un burro que vuela, la segunda por ser tan poco original como un váter blanco (y ahora es cuando podríamos enumerar al menos media docena de títulos con sorpresa final similar, que no haremos para evitar spoilers, aunque les haría un favor), dando como resultado una explicación final ridícula.

Es entonces cuando comprendemos que la elipsis introducida responde sólo a dos funciones: poder contar el rollete melodramático con tranquilidad, y no desarrollar el elemento sobrenatural hasta el final. Corremos un tupido velo cuando sucede el secreto de marras con la elipsis, y ya descubriremos qué ha sucedido al final... Muy mal, Segio G. Sánchez, muy mal... Está muy mal copiar a otros directores como J.A. Bayona o Alejandro Amenábar, pero aún lo está más engañar al espectador con tretas tan rastreras que llegan a la categoría de estafa. Haznos caso y la próxima vez céntrate en un solo género, en el melodrama o en el terror, o mejor aún no te centres en ninguno, limítate a escribir el guión y ya se centrará el director.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver El orfanato en un gran caserón de época en vez de en un orfanato.

No recomendada por Kuato a: quien ya haya visto El orfanato. Esto es lo mismo pero en peor.

Ego-Tour de luxe por: los actores, Anya Taylor-Joy a la cabeza. En este punto, nada que objetar.

Atmósfera turbínea por: las dos sorpresas finales, tan tramposas ambas como un equipo formado por un Hellboy azul y un pitufo verde.

 

EL SECRETO DE MARROWBONE. “Marrowbone” (2017). Dirección y guión: Sergio G. Sánchez. Reparto: George Mackay, Anya Taylor-Joy, Charlie Heaton, Mia Goth, Matthew Stagg y Kyle Soller. Estreno en Venusville: 27/10/2017.

 

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