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EL SÉPTIMO HIJO crítica: Dragones y brujorras

En El séptimo hijo Bridges es el cazabrujas, Moore la bruja, y los dragones son los dragones

RAY ZETA

Hasta el género más loco, pasota y psicodélico ha de tener unas reglas. Reglas que mantengan la coherencia de su universo personal haciendo su historia creíble por seguir una lógica interna, y en el caso de haber excepciones, explicarlas para justificarlas con el fin de seguir manteniendo la coherencia y la credibilidad de esa historia. Si en una película de brujas, por ejemplo, se nos dice que las brujas tienen el poder de volar en escobas, todas las que salgan deberían de poder volar, y si hay alguna que no pueda nos tendrán que explicar por qué no puede o inventarse un motivo, como que las que vuelan son las que tienen el carnet de primera clase y las que no vuelan las que tienen el carnet de segunda, por ejemplo. El caso es que todo quede atadito y bien atadito. Si es así, nos tragaremos todo lo que nos echen... hasta que se conviertan en dragones.

Ese es el problema de El séptimo hijo, que acumula tantos conceptos brujeriles y elementos mágicos by the face, que uno acaba por preguntarse si obedecen a una lógica interna del universo inventado por los guionistas, o si por el contrario son fruto del consumo de substancias psicotrópicas por parte de estos, combinándolo con el deseo exacerbado de conseguir una espectacularidad comercial que deje al espectador con la boca abierta (cosa que consigue aunque por los motivos equivocados). Las brujas medievales que aquí vemos tienen la capacidad de transformarse en dragones. Ok, lo compramos porque así se nos lo explica en la escena prólogo, aunque sean dragones que no aporten nada a los de El imperio del fuego o Eragon. ¿Todas las brujas? No bien bien, vemos que algunas sí y otras no, y vemos también que hay quien se transforma en animales, como un oso o una pantera, o hasta en representaciones de divinidades hindús, lo que ya no cuela tanto pese a tratarse de actores tan molones como Djimon Hounsou o Jason Scott Lee.

 

"Y yo que creía que Ryan Reynolds en R.I.P.D. era el peor ayudante que podía tener"

 

¿Lógica interna o ida de olla de los guionistas? Más bien lo segundo, como que esto ocurra cuando quieran los guionistas y no los personajes, y haya brujas que no se transformen en nada sin que se nos explique los motivos, aunque nosotros intuyamos que es porque son las "buenas", al igual que algunos giros argumentales que envuelven a ciertos personajes, como la madre del aprendiz, que se antoja más un conejo que se sacan los guionistas de la chistera que un elemento guionístico pensado desde el principio, y ciertos personajes que salen sin explicación alguna más propios de la Tierra Media que de la Edad Media, como el fiel criado "Colmillo" o el troll de Moria que aparece en las montañas como si esto fuera El señor de los anillos o Jack el cazagigantes.

"El séptimo hijo acumula tantos conceptos brujeriles, que uno acaba por preguntarse si no son fruto del consumo de substancias psicotrópicas por parte de los guionistas"

Todo bien puesto, ordenadito y explicado, colaría como han colado los mismos elementos en otras películas, pero no si ocurren como aquí lo hacen, por la cara sin ningún tipo de explicación. Eso provoca que vaya en detrimento del producto global restándole puntos a los elementos que sí funcionan. Como Jeff Bridges convertido en cazabrujas medieval, que desde que fue nominado al Oscar por su interpretación enValor de ley (True Grit) por hacer de cowboy harapiento y borrachuzo, se empeña en repetir el personaje con la misma caracterización de homeless que farfulla las palabras sin apenas vocalizarlas, como también hizo en R.I.P.D., aunque aquí represente el último caballero de una antigua orden como era también Jeremy Irons en Eragon. Creérnoslo no nos lo creemos, pero divertirnos, joder cómo nos divierte.

 

"La verdadera magia que sé hacer la aprendí toda en Boogie Nights"

 

O Julianne Moore como bruja reina paseando su palmito brujeril con el mismo glamour, estilo y belleza que antes ostentaron Michele Pfeiffer en Stardust, Monica Bellucci en El secreto de los hermanos Grimm, Famke Janssen en Hansel y Gretel, o Charlize Theron en Blancanieves y la leyenda del cazador (de hecho, su vestuario es calcado a la de esta última, diríase que inspirado en las vedettes del Moulin Rouge), a quien sí nos creemos en el personaje a pies juntillas (es que a Julianne Moore nos la creeríamos hasta haciendo de Hellboy sin maquillaje). O a Kit Harington como aprendiz de cazabrujas, lamentando que sea substituido tan pronto por Ben Barnes, actorzuelo blandengue donde los haya que no da el pego ni la mitad de bien que Harington y que se empeña en destrozar todos los papeles que se le ponen a tiro, como el de Dorian Gray en el retrato de ídem, a excepción claro del de príncipe Caspian enLas crónicas de Narnia, único personaje en el que encaja.

El séptimo hijo es una peli fallida en su propuesta pues, que aunque de ritmo ágil y rápido, resulta malbaratada por su exceso de elementos gratuitos y patilleros by the face que provocan que el conjunto carezca de toda credibilidad. Iba para emular la trilogía de El Hobbit y se ha quedado a medio camino de las ridículas Dragones y mazmorras y Eragon. Ni siquiera de Jack el cazagigantes y Hansel y Gretel, ya que éstas sin ser nada del otro mundo al menos sí eran coherentes en su universo, y los elementos mágicos que presentaban estaban bien integrados en sus tramas. Habrá que esperar a ver la inminenteThe Last Witchhunter de Breck Eisner para descubrir si consigue subir el nivel en el género de espada y brujería. De momento la protagoniza Vin Diesel como cazabrujas con una caracterización aún más hortera que la de Jeff Bridges aquí, lo que ya de por sí es un buen principio.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien se haya quedado con ganas de ver más dragones las tres escasos minutos que sale Smaug en El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos.

No recomendada por Kuato a: quien quiera ver a Jeff Bridges arregladito y limpito de cara. Aquí sale aún más homelesseroso que en R.I.P.D. que ya es decir.

Ego-Tour de luxe por: Julianne Moore como bruja Pirula. El as que faltaba para completar el repóker brujeril junto a Michelle Pfeiffer, Monica Belluci, Famke Janssen y Charlize Theron en los títulos citados en la crítica.

Atmósfera turbínea por: ¿de verdad alguien se cree a Ben Barnes como cazabrujas medieval? Debería haberse intercambiado el papel con Kit Harington y todos habríamos salido ganando.

 

EL SÉPTIMO HIJO. Estreno en Venusville: 02/01/2015

 

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1 Respuesta

  1. Critica ridicula, una Pelicula no Es para Darque EXPLIcaciones, para eso Son Las ESCUELas

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