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ESCOBAR: PARAÍSO PERDIDO crítica: El aprendiz de narco

Benicio Del Toro es Escobar y Josh Hutcherson un guiri enchochado en Escobar: Paraíso perdido

RAY ZETA

Un capo mafioso le da una pistola a un joven y le encarga un trabajo dándole instrucciones estrictas de que al finalizarlo, apunte a la cabeza de un hombre y dispare. ¿Les recuerda a El padrino? ¿A James Caan aleccionando a un joven Al Pacino, quizás? Más o menos, pero aquí no se trata de un capo mafioso italo-americano sino del narco número uno del cartel de Medellín Pablo Escobar, y el hombre al que le da instrucciones es un joven canadiense que está para más inri fuera del negocio de la coca. Y tampoco son James Caan y Al Pacino (ya nos gutaría) sino Benicio Del Toro y Josh Hutcherson, protagonizando un thriller que cuenta de refilón parte de la vida del tristemente famoso Escobar.

Así que no se dejen engañar, Escobar: Paraíso perdido no es un biópic sobre la figura del mayor narcotraficante colombiano de todos los tiempos, sino un thriller protagonizado por un joven surfista que se afinca en Colombia y tiene la mala suerte de enchocharse de una nativa que resulta ser la sobrina favorita de Pablo Escobar. Así pues, Pablo Escobar ejerce de personaje secundario aunque determinante en la trama, cediéndole el protagonismo al surfista, lo que acaba revelándose como la mejor virtud y el peor defecto de la película. Virtud porque así el filme no es un biópic sino un thriller, defecto porque eso mismo provoca que sea un thriller que va dando tumbos sin una dirección clara.

 

"Si quieres entrar en el oficio, empieza por matar al alguien de una vez en Los juegos del hambre"

 

La peli empieza poniéndonos el caramelito en la boca al abrir mostrándonos la escena que les relato, para sacárnoslo rápidamente del gaznate antes de que nos lo traguemos al introducir un flash back explicativo de cómo se ha llegado a esa situación, en el que asistimos al romance del prota con la sobrina durante medio metraje, a todas luces excesivo. Media peli con los dos tortolitos enamorados y el tío Pablo moviendo los hilos desde su lujosa mansión mientras celebra fiestas familiares (de nuevo muy a lo Corleone) en las que va captando cual líder sectario al nuevo integrante de la familia. Hasta aquí, la parte más morbosa del oficio de Escobar se mantiene para desgracia nuestra en segundo plano.

Ni rastro de cómo lleva a cabo el negocio a plata o plomo como si de una libre versión de Blow se tratara, y menos aún de cómo ascendió en la profesión torturando y asesinando a todo aquel que se cruzaba en su camino. Todo lo más, le vemos cantándole una canción de amor a su esposa como si le faltara un testículo, y realizando donaciones a los pueblos pobres en los que construye hospitales cual hermanita de la caridad, retratándole de manera partidista como un Robin Hood actual amado por el pueblo. Pero de cómo llegó a dominar  el cien por cien de la distribución de coca en los Estados Unidos a base de instaurar el terror y de los excesos cometidos en las fiestas sexuales que organizaba en su mansión de Medellín, de eso, nothing de nothing.

"Escobar: Paraíso perdido no es un biópic sobre la figura del narcotraficante colombiano, sino un thriller protagonizado por un joven surfista que se enchocha de su sobrina"

De media película hasta el final en cambio aflora el thriller. Llegamos a la escena relatada y de allí en adelante asistimos al trabajito encomendado por el tío Pablito con la intriga de si el joven prota será o no capaz de ejecutarla, con un par de buenos giros argumentales y una serie de correctas set pieces de acción a base de persecuciones y tiroteos en los que Carlos Bardem tiene una especial importancia como sicario como si aún estuviera en Perdita Durango (¿le veremos algún día en otro registro?). Apuntes de lo que hubiera podido serEscobar: Paraíso perdido de haber estado mejor combinadas las partes del romance y del thriller, así como por los pocos rasgos que nos muestra de la personalidad de Escobar.

A todo esto, Benicio Del Toro, quien ya tiene experiencia en interpretar a personajes históricos latinos por haber sido el Che de Steven Soderbergh, compone un Pablo Escobar antológico, habiendo engordado para la ocasión, ahora bigotudo, ahora barbudo, de manera sobria y sin estridencias, hablando en su español materno de forma pausada (película ésta que hay que ver obligatoriamente en versión original para poder apreciarlo), y en las antípodas de otras interpretaciones suyas tan pasadas de vueltas como las de Miedo y asco en Las Vegas, Snatch, Sin City, El hombre lobo o Salvajes. Casi todas vamos, por eso tiene más mérito aún que  aquí haya ido durante todas la peli con el freno de mano puesto.

 

"Que se enteren que si Jai Courtney no puede, yo estoy disponible como John McClane Jr."

 

Lo de Josh Hutcherson en cambio es otra historia. Está muy bien como niño tontín en comedias familiares tontinas como Zathura o Viaje al centro de la Tierra, incluso como joven tontón en pelis juveniles tontinas comoEl circo de los extraños o Los juegos del hambre, hasta daría el pego en un remake de Regreso al futurocomo substituto de Michael J. Fox, pero esto de aquí es otra cosa. En Escobar: Paraíso perdido, Hutcherson cree haber llegado a la edad adulta y por eso luce pecho lobo con abdominales, dispara a dos manos, y se enfrenta al cártel de Medellín él solito como si fuera Arnold Schwarzenegger en El último desafío, lo que no cuela nada de ello, ni por físico ni por dotes interpretativas, así que continúe haciendo Viajes al centro de la Tierra y Juegos del hambre que es lo suyo.

Propuesta que se queda a medio camino de todo pues este Escobar: Paraíso perdido. Si aun hoy en día científicos del todo el mundo están estudiando si la cebra es un animal blanco con rayas negras o un animal negro con rayas blancas, con Escobar: Paraíso perdido los estudiosos del cine analizarán si se trata de un thriller con una parte de biópic o de un biópic con una parte de thriller. Nosotros nos quedamos con Josh Hutcherson vaciando cargadores a dos manos cual joven John McClane de vacaciones en Colombia, con Carlos Bardem lavándose en un barreño sus pies manchados de sangre tras torturar a un tío, y con Benicio Del Toro ordenando ejecuciones barbudo y barrigudo vestido en chándal, claro, por encima de todo la imagen de la película.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien el díptico de Che Guevara realizado por Steven Soderbergh le pareció un coñazo. Este de Pablo Escobar es tan ligerito que no llega ni a la categoría de biópic.

No recomendada por Kuato a: el momento en el que Josh Hutcherson está esperando a su guía y se lleva una sorpresa tanto él como nosotros.

Ego-Tour de luxe por: la química desprendida entre Robert Downey y Jude Law, firmes candidatos a protagonizar un remake de La jaula de las locas si algún día se realiza.

Atmósfera turbínea por: Josh Hutcherson. A sus 22 años, Leonardo DiCaprio ya había hecho de subnormalito en ¿A quién ama Gilbert Grape?, de drogata en Diario de un rebelde y el Shakespeare Romeo y Julieta. Compárenlo con la filmografía de Hutcherson.

 

ESCOBAR: PARAÍSO PERDIDO. Estreno en Venusville: 14/11/2014

 

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