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ESCUADRÓN SUICIDA crítica: Suicidio colectivo

Qué bien sienta ser malo... Y mejor que sentaría en una peli menos cagueta que Escuadrón Suicida

CHEMA PAMUNDI

 Escuadrón Suicida es un desastre, otro descarrilamiento barranco abajo en el intento de establecer un universo fílmico a partir de los personajes de tebeo de la editorial DC, que sin duda no se merecen el maltrato al que se les está sometiendo película tras película (desde la negrísima hora en la que a Warner Brothers se le ocurrió fichar como “mente maestra” de sus cintas de superhéroes al pintor de brocha gorda Zack Snyder). La buena noticia, no obstante, es que al menos éste es un desastre entretenido. Parece poco consuelo, ya, pero es muchísimo cuando lo comparamos con la ordalía mitad aburrimiento mitad vergüenza ajena que supuso Batman v Superman. En ciertos aspectos, Escuadrón Suicida es un giro en la buena dirección. Es el enfermo en coma que, de pronto, mueve un dedo.

Porque los quince primeros minutos de metraje divierten, estimulan la adrenalina y enganchan. Pese a una dirección atolondrada y una narrativa gruesa y trompicada (los personajes van siendo presentados mediante una serie de flashbacks que parecen vídeos introductorios de concursantes de Gran Hermano), ese arranque te vende el producto; y es que, si en algo han destacado siempre los tebeos de DC en comparación con los de Marvel, es en su estupenda galería de villanos, así que ni siquiera un director con tan poca personalidad como David Ayer es capaz de estropear la entrada en escena de tiparracos tan cojonudos como Deadshot o Harley Quinn. Ese primer tramo encierra la promesa de que vamos a ver algo arriesgado, punk. Algo en la sintonía de Deadpool, sin tanto romper la cuarta pared pero todavía más amoral.

 

Escuadrón Suicida: cine de superhéroes

"Ya veo que aprendiste bien las lecciones que te di en Focus para convertirte en delincuente"

 

Por desgracia, en cuanto se ha fijado la trama (lo que dice el título, vamos: el gobierno recluta por la fuerza a los criminales metahumanos más peligrosos que tiene encerrados, para mandarlos en misiones suicidas contra otros metahumanos aún más hijoputas que ellos), la peli se caga viva y recula hasta la plomiza zona de confort del blockbuster veraniego más mediocre, cayendo en todos los tópicos del “grupo de malotes con un corazón de oro”, una especie de Doce del patíbulo en cosplay y para todos los públicos, tan rebajado de mala leche que, más que villanos letales, los protagonistas parecen unos gamberretes inadaptados estilo filme de John Hughes. Lo más chungo que llega a hacer la (en teoría) ultra-psicótica Harley Quinn es romper un escaparate para mangar un bolso.

La idea de juntar a varios villanos en un grupo de operaciones suicida no es nueva (ya estaba en los cómics), pero es buena y daba para mucho. Daba, por ejemplo, para dotar al universo DC de una ligereza y un sentido del humor que necesita con urgencia entre tanto exceso de tragedia griega. Sin embargo, casi ninguno de los chistecitos de la película es gran cosa (salvo por Harley Quinn, los intentos de los personajes por parecer cool se ven artificiales) y, paradójicamente, lo que mejor acaba funcionando son los segmentos más serios: la subtrama amorosa de Harley Quinn con el Joker al estilo Asesinos natos, la actitud de badass con conciencia de Deadshot, o los remordimientos del pirokinético Diablo y su negativa a usar sus poderes por miedo a perder el control.

"En cuanto se ha fijado la trama la peli se caga viva y recula hasta la plomiza zona de confort del blockbuster veraniego más mediocre"

Hablando de personajes principales, muy bien Deadshot como espina dorsal dramática (o sea, muy bien Will Smith, al que muchos a priori no veíamos en la piel del asesino que nunca falla un tiro), muy bien también Harley Quinn (la integrante del escuadrón que transmite más magnetismo y sensación de peligro), bastante bien Amanda Waller (mérito total de la actriz Viola Davis, que con una simple mirada de cobra sabe dar credibilidad a unos diálogos expositivos que parecen publirreportajes), pasablemente bien Diablo (su angst es creíble y su trasfondo es el mejor de todos)... y mal casi todos los demás, desdibujados hasta lo irrelevante.

En el caso de personajes menores como Katana, Killer Croc, Boomerang o incluso la Encantadora (paupérrima elección como supervillana) no se pierde gran cosa; pero es que también sale el Joker, EL PUTO JOKER, y es el peor Joker jamás visto en pantalla grande. A ello colabora no sólo un dibujo de personaje deficiente (si hubieran eliminado todas sus escenas, no habría ocurrido nada), sino una equivocada interpretación por parte de Jared Leto, que parece no haberse enterado de que el tipo del pelo verde y la sonrisa de loco no es un simple psicópata, sino un psicópata seductor (un reflejo de nuestras partes más oscuras). Leto se limita a plasmarlo como un matón antipático, sin carisma ni gravitas. Las apariciones en pantalla del Joker de Heath Ledger o Jack Nicholson eran siempre memorables. El Joker de Leto es una murga.

 

Escuadrón Suicida: cine de superhéroes

"Estoy seguro que a Tim Burton y a Joel Schumacher les he encantado"

 

¿He dicho ya que Escuadrón suicida no tiene guión? Pues Escuadrón suicida no tiene guión. A menos, claro, que entendamos como guión un hilo argumental que cabría en el papelito de una galleta de la fortuna (hay que liquidar a una supervillana; punto), y que se va viendo rellenado por una ensalada de hostias cada diez minutos y una frase más o menos ocurrente cada cinco. No hay más. Aún así, de nuevo el despistado Ayer se las compone para convertir esa anémica trama en un batiburrillo casi ininteligible. No entiendes qué están haciendo los protagonistas, ni hacia donde van, ni qué pretenden los esbirros del malo que les atacan cada dos por tres, ni en qué narices consiste el plan de la Encantadora para destruir el mundo (quiere construir no sé qué cojones de máquina del Juicio Final, pero ni nos la explican ni nos la enseñan).

Escuadrón Suicida ha sido una de esas producciones que ha necesitado volver a reunir a su equipo para rodar secuencias adicionales y ser re-montada de nuevo. Quizás de ahí vengan el ritmo narrativo a machetazos y los patrones de escenas que se repiten con una torpeza espeluznante (Deadshot es presentado tres veces seguidas; los personajes se estrellan en un helicóptero, y luego otro personaje se estrella en un helicóptero... y en un alarde de originalidad, sí, hay una tercera escena en la que otro personaje se estrella en un helicóptero).

Sin embargo, y ahí está el enigma, con todos sus problemas y miserias la película se deja ver en su conjunto. La mantienen a flote un cuarteto de actores inspirados (Will Smith, Margot Robbie, Jay Hernández y Viola Davis) y las buenas intenciones de hacer algo con el universo DC que se parezca más a Guardianes de la galaxia que a la ya mencionada Batman v Superman. De algún modo, ver Escuadrón Suicida es como ver hundirse un trasatlántico o ver arder el Hindenburg: es una puñetera catástrofe, pero no puedes dejar de mirar.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver una versión palurda de Guardianes de la Galaxia.

No recomendada por Kuato a: fans de personajes DC como Boomerang, Katana o Slipknot (lo de Slipknot, sobre todo, es para pedir que te devuelvan el dinero de la entrada).

Ego-Tour de luxe por: las dos escenitas en las que aparece Ben Affleck y todo Dios se cuadra, volviendo a recordarnos que su elección para interpretar a Batman ha sido uno de los pocos aciertos recientes de Warner Brothers en este contexto. Ahora mismo es la gran esperanza (casi la única) de que las pelis DC acaben alzando el vuelo.

Atmósfera turbínea por: un combate final de lo peorcito que se ha visto en el género. Mal planteado, mal filmado y mal resuelto.

 

ESCUADRÓN SUICIDA. Estreno en Venusville: 05/08/2016

 

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