EXORCISMO EN GEORGIA crítica: Entre fantasmas

Entre fantasmas

Presunta secuela de Exorcismo en Connecticut,
cuando ni hacen exorcismos ni es Connecticut

Por Beto

<Que nadie se lleve a engaño. El espejismo que ha supuesto en el panorama de películas de posesiones y apariciones Expediente Warren: The Conjuring es sólo eso, una gota en el desierto. La prueba más evidente es que Exorcismo en Georgia, como ha sucedido con muchas de sus antecesoras, no es más que una peliculita de guión flojito, flojito, que está aderezada con cuatro sustos de peliculilla barata. Aprovechando el aceptable resultado de crítica y taquilla que obtuvo Exorcismo en Connecticut, la cinta dirigida ahora por el debutante Tom Elkins se nos vende como una segunda parte de la misma, cuando no tiene nada que ver. Recordemos que la película que dirigió el entonces también debutante Peter Cornwell narraba la historia de una familia con un hijo enfermo de cáncer que se muda a una antigua mansión victoriana que había sido anteriormente una funeraria (mal rollo). La película era bastante macabra y se apoyaba en la digna interpretación de los actores, especialmente de Virginia Madsen, acostumbrada a papeles en películas de terror y musa del célebre Candyman (“siempre fuiste tú, Helen…”)

"¿Has pensado presentarte en el `Tú sí que vales`?"

En el caso de la película que nos ocupa no hay ni funeraria, ni Virginia Madsen, ni Candyman que valga. Como suele suceder normalmente, una familia se muda a una casa comprada a un banco (empezamos mal), que es un punto de reunión de espíritus que se empeñan en aparecer desde el principio sin el más mínimo rubor. Además, para facilitar la interconectividad con el mundo de los vivos, resulta que la madre, la hija y hasta la tía, tienen la habilidad de ver a estos seres del más allá (si no quieres caldo, toma tres tazas). Y por si esto no fuera poco, para que todo quede en familia, hasta uno de los espectros es la abuela, que se ve que viaja con sus hijas como hacía Rafaela Aparicio con Alfredo Landa, José Luis López Vázquez y compañía, en las españoladas de los sesenta y setenta.

"Exorcismo en Georgia no es más que una peliculita de guión flojito, flojito, que está aderezada con cuatro sustos de peliculilla barata"

Como hilo explicativo (endeble hilo, por cierto), se justifica el origen de las apariciones con una jugada que no está mal tirada, pero el uso que se hace de este tema es una mera excusa para justificarlas y tiene que apoyarse en demasiados flashbacks para dejar bien claro al espectador cómo se originó todo. La sucesión de apariciones sin ton ni son desemboca en un final alocado (se ve que Elkins no tenía ni idea de cómo finalizar la historia, bueno, ni de cómo desarrollarla ni empezarla) donde el espíritu malévolo de turno ha aprendido a aterrorizar a los humanos en un curso por correspondencia. Resulta que su mejor arma, unas agujas e hilo de taxidermistas que descuajaringan al más pintado en un periquete, sólo las utiliza una vez y luego se olvida de ellas, al igual que en el momento de máximo clímax se va de paseo buscando vete a saber qué.

"La Bruja Novata también se quedó a medias haciendo un curso de magia por correspondencia"

Lo mejor de todo es la frasecita del inicio de la película: “basada en hechos reales”. Estamos bastante cansados de que se engañe a la gente con este cuento. Si los espíritus existiesen, desde luego no serían tan chapuceros como los de Exorcismo en Georgia. De hecho, no se ha hecho ni el más mínimo esfuerzo en buscar cierto parecido con la realidad, ni siquiera con el aspecto físico de la familia, ya que en una foto final se ve que éstos estaban más bien rollizos, y no guapos y delgaditos como los protagonistas…/>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Condenada a alforfones



		Recomendada por Kuato a: Jennifer Love Hewitt y su serie *Entre fantasmas*. Estos espíritus de guante blanco encajarían muy bien en esta serie tan soft.

		No recomendada por Kuato a: los hermanos Winchester de la serie *Sobrenatural*. Con espíritus tan chapuzas me los veo en la cola del paro en dos días.

		Ego-Tour de luxe por: el primer minuto de la película, con la aparición inicial de Rafaela Aparicio, quiero decir, la madre de la protagonista.

		Atmósfera turbínea por: la manía de añadir la palabra “Exorcismo” en películas donde lo único que está poseído (para mal) es el espíritu del director.