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SITGES 2016 crónica 6: La forma y el fondo

The Neon Demon; Swiss Army Man; Prevenge; Hardcore Henry; The Limehouse Golem

CHEMA PAMUNDI

Última crónica de Sitges 2016 a falta de un artículo de balance, palmarés y cierre. Este año la delegación del Diario de Venusville ha sufrido problemas logísticos de todo tipo, entre los que cabe resaltar la disponibilidad limitada de redes wifi, el ordenador portátil siniestrado que nos hizo perder dos días de crónicas, o las lluvias torrenciales que han durado toda la semana, complicando el acceso a algunas sesiones (Sitges es un pueblo con un montón de mini-calles en pendiente, que queda impracticable cuando cae tanta agua; y los cines del pueblo están a un cuarto de hora andando del Auditori).

Debido a toda esta serie de catastróficas desdichas, he podido escribir menos crónicas de lo habitual, aunque he cubierto prácticamente el mismo número de títulos a base de incluir una reseña adicional en cada entrega. Además, en lugar de cubrir la parrilla por jornadas completas (que era imposible), he optado por hacer un popurrí de las películas que me apetecía comentar, bien por su interés o expectación intrínsecos, bien porque tenían algo que, fuese bueno o malo, daba para un artículo aseado. De ese modo me he podido ceñir mucho más al “libro de estilo” que interesa a los seguidores de esta web, y he descartado títulos sobre los que hubiera sido francamente aburrido tener que escribir (o leer), como la apolillada Mr. Six, la insufriblemente pedante Tenemos la carne o la telefílmica Que Dios nos perdone.

Aún así, siempre se quedan fuera de estas crónicas obras de género que han tenido la mala suerte de ser contraprogramadas por otros títulos con más chicha. No he hablado de Anguish (posesiones teenager con mucha trampa pero buenos sustos, en un festival que ha ido sobrado de lo primero y corto de lo segundo), de The Monster (peli de madre, hija y bicho que prometía bastante, pero que acaba siendo como si la escena del T-Rex y el coche de Parque Jurásico durase dos horas), de Trash Fire (dramedia negrísima y bizarre, con diálogos afilados y una redimensión del concepto de "familia disfuncional"), ni de Detour (una trama que se va dividiendo en versiones paralelas de sí misma, hasta que te das cuenta de que te estaban tomando el pelo).

Otras se han caído por no aportar nada que tuviera suficiente gancho, como Mine (un marine pisa una mina en el desierto de Irak y se pasa la peli entera haciendo el flamenco para que no le explote), Stakelander (secuela desangelada y cutrísima de la cult-movie de vampiros Stake Land), Headshot (hostias finas indonesias, de los creadores de la muy superior The Raid), Tickled (documental sobre competiciones de cosquillas que venía con mucho bombo y se queda a un paso de la gilipollez) o The Yoga Hosers (el nuevo esperpento de Kevin Smith, a quien el mayor favor que le podemos hacer es simular que no la hemos visto). ¿Y el Voyage of Time de Terrence Malick? Bueno, pues es una suerte de versión documental de El árbol de la vida sin Brad Pitt, Jessica Chastain ni Sean Penn. Bonita e hipnótica, pero a la postre redundante e innecesaria.

Dicho lo anterior, vamos con cinco películas que sí merecen reseña completa. La última tanda de esta edición:

 

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Títulos aburridos para escribir, títulos aburridos para leer

 

THE NEON DEMON (Nicolas Winding Refn. E.U.A.-Francia-Dinamarca, 2016)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Nicholas Winding Refn me parece un director gigantesco en el plano visual. Con el paso de las películas ha alcanzado ese punto de depuración en el que parece que su única influencia fuerte es él mismo. Sin embargo, su último trabajo viene a confirmar un temor que empezó a gestarse cuando tuvimos que comparar Drive con Sólo Dios perdona: necesita con cierta urgencia un guionista. 

The Neon Demon está ambientada en el mundo de las supermodelos visto a través de la lente de una película de terror psicológico. La galería de personajes femeninos que recorren su trama es muy potente, pero hay dos que destacan sobre todo. El primero es Jesse (Elle Fanning), la modelo protagonista, una chica normal, tímida y dócil, que corre el peligro de acabar devorada por la representación mítica que los demás ven en ella. El otro es la maquilladora Ruby (Jenna Malone), que funciona como negativo de Jesse, una depredadora normalmente taimada y calculadora pero que se dejará llevar por el comportamiento más visceral posible cuando sus planes fallen. Los personajes masculinos, por su parte, son expresamente más simples, meras representaciones de ideas contra las que se confronta Jesse: el amor romántico, el deseo, el poder, la vanidad...

Winding Refn intenta analizar a fondo el concepto de belleza, que a menudo se considera frívolo pero en realidad tiene una profundidad insondable. El problema es que el danés suele afinar mucho más transmitiendo ideas profundas mediante imágenes que mediante palabras, y por lo tanto la cinta funciona mejor cuanto más abstracta se vuelve, y en cambio parece más torpona y plana cuanto más se apoya en la muleta de unos diálogos de culebrón, como “La belleza no lo es todo, es lo único” o “Eres como un diamante en un mar de cristal”, que encajarían perfectamente en Showgirls. Tomada en su conjunto, The Neon Demon logra disimular esas espinillas y queda como una obra magnética, con un ojo puesto en Kubrick y el otro en Cronenberg (y el tercero, en Buñuel). Pero es una lástima que la película, con su discurso sobre la complejidad de lo bello, acabe siendo poco más que una cara bonita. Aunque sea así de bonita.

 

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"Si tardo tanto en cruzar los semáforos es porque espero a que salga mi color favorito"

 

SWISS ARMY MAN (Daniel Scheinert y Daniel Kwan. E.U.A., 2016)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Hank, un náufrago en una isla desierta, está a punto de suicidarse de pura desesperación cuando descubre que otro superviviente ha llegado a la orilla. Al echarle un vistazo descubrirá que en realidad es un muerto arrastrado hasta allí por la marea, pero para entonces ambos ya se han hecho amigos y la idea del suicidio se ha esfumado. Cuando estás absolutamente solo, hasta un cadáver te hace compañía. Siguiente escena: Hank practica esquí acuático usando como propulsión los cuescos de gas que deja escapar su nuevo colega, fruto de la descomposición.

Los pedos, las cagarrutas y algunas otras asquerosidades corporales son de hecho una constante en el tipo de humor que despliega Swiss Army Man; sin embargo, lejos de ser gratuitos, estos elementos ayudan a forjar una historia sobre la hipocresía, los límites de la amistad y el complejo de Peter Pan, entre otras cosas. El muerto, sin hacer otra cosa que dejarse manipular para todo tipo de usos, desde guardar agua como si fuera un botijo hasta servir de martillo o arma de caza (de ahí el título, que se podría traducir como “la navaja suiza humana”), enseñará a Hank poderosas lecciones morales y lo transformará en alguien menos ensimismado y deprimido.

El acierto principal de Swiss Army Man está en su ausencia de justificaciones. En vez de intentar ajustarse a la lógica del mundo real, el guión se construye su propia lógica, sus propias normas, y se atiene a ellas durante todo el metraje sin vendernos la moto de que son alucinaciones del protagonista (tampoco nos asegura lo contrario, ojo) ni rebajar su discurso al de una comedia escatológica. Aparte de eso, se beneficia de un muy buen ritmo (que acelera o disminuye de manera orgánica según si la historia se vuelve más turulata o más intimista), de un uso originalísimo de la música (incluyendo un par de tarareos míticos de la sintonía de Parque Jurásico), y sobre todo de dos interpretaciones soberbias.

Lo de Paul Dano ya no nos sorprende porque el tío lleva una década bordando todos los papeles que le caen, y aquí sabe componer un protagonista frágil-fuerte que va de la locura a la sabiduría, a la depresión, a la euforia, rebotando por todos los estados de ánimo intermedios como la bola de una máquina de pinball. En cuanto a Radcliffe, no voy a desvelar las sorpresas que guarda la trama pero lo suyo, de verdad, es de otra liga. Hay que aplaudir que, lejos de haberse acomodado en su carrera post-Harry Potter, asuma este tipo de riesgos y encima salga así de victorioso.

Swiss Army Man no dejará indiferente a casi nadie. Para algunos será una genialidad de culto, para otros una pedantería intragable, para otros una estafa, pero pocos emitirán una opinión tibia tras verla. Estoy seguro de que eso es exactamente lo que sus dos directores (que la firman como “The Daniels”), consideran un triunfo en toda regla.

 

sitges-2016-swiss-army-man

"No sabía yo que el hechizo Patronus iba tan bien para soltar gases..."

 

PREVENGE (Alice Lowe. G.B., 2016)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Prevenge está escrita, dirigida e interpretada por la actriz cómica británica Alice Lowe, a la que muchos descubrimos en Turistas, de Ben Wheatley, de la que Prevenge podría incluso considerarse una continuación no oficial. Los dos personajes principales de Turistas eran gente desagradable y egoísta, que liquidaban a cualquiera que pusiera en tela de juicio su visión idílica de las cosas, o simplemente les estorbase. Ruth, la embarazada protagonista de Prevenge, parece estar haciendo lo mismo en los compases iniciales de la película, aunque enseguida veremos que en realidad tiene un objetivo mucho más concreto: la venganza. Dicha venganza se verá alimentada por el propio feto que lleva dentro, un maligno ser que habla con ella (con una vocecilla como de personaje de dibujos animados) y la va animando a seguir adelante con su ola de crímenes, en una variante curiosa de “las voces me obligaron”. Algunos han comparado Prevenge con La semilla del diablo, pero ambas se parecen como un huevo a una castaña, y además aquí el diablo es la madre.

Prevenge es una comedia negra con sustrato de drama y una reflexión bastante dura acerca de la sobre-mitificación de la maternidad. Toda la cinta está filmada desde la perspectiva de la protagonista, y Lowe hace un buen trabajo manteniéndonos indecisos: no estamos seguros de si la odiamos o empatizamos con ella. Refleja el chute hormonal que supone un embarazo, pero llevado a límites psicóticos.

¿Veredicto? Está bien... pero sólo eso. Quizás es que tenía expectativas muy altas ante el debut como realizadora de Lowe, pero no me ha parecido que diga nada muy novedoso ni elaborado. Tampoco lo dice de manera demasiado sutil, sino con unas cuantas gargantas cortadas en primer plano, pero ahí sí que está parte de su gracia: en que abraza tanto la comedia, como el drama, como el gore, según le place; y los mezcla bien, descolocando constantemente al espectador. Los brochazos gruesos y las exageraciones son el traje que mejor le sienta a la película, que no tendría lógica si sucediera en “el mundo real” (pillarían a la prota el mismo día de haber cometido el primer asesinato). Quizás sea el macguffin de la venganza lo que, para mí, le resta fuerza a todo. Personalmente hubiera disfrutado más si Ruth no tuviese esa justificación moral y simplemente liquidase peña para “dejarle un mundo mejor a su hijo”, rollo feminazismo desbocado. En una historia como la de Prevenge, que gana puntos cuando se va a los extremos, no deberían caber las medias tintas.

 

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"¿En qué se parece un pastel a un hombre? En que los dos te engordan"

 

HARDCORE HENRY (Ilya Naishuller. Rusia-E.U.A., 2015)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Un tipo se despierta en un laboratorio de alta tecnología. Le faltan un brazo y una pierna. Aparece una doctora que dice ser su mujer y, mientras le coloca sendos implantes para suplir los miembros cercenados, le explica cuatro mierdas sobre lo que ha pasado. Entonces entran unos malos, empiezan los tiros y las explosiones... y eso es lo que sucede durante los siguientes 90 minutos. Más tiros. Más explosiones; y más, y más, y más...

Hardcore Henry, la última chaladura de acción financiada por Timur Bekmambetov (que esta vez le deja la dirección al debutante Ilya Naishuller), es como pasar la tarde viendo jugar a la Play a alguien que sabe mucho: le alabas el mérito, pero acaba siendo un coñazo. La película se limita a una serie de variantes del mismo tiroteo/persecución/ensalada de hostias, cada vez más pasadas de vueltas y con apariciones esporádicas de Sharlto Copley como amigo, contacto, mentor y alivio cómico del personaje principal.

La particularidad que en teoría hace original a Hardcore Henry es que está completamente filmada como un videojuego shooter en primera persona (sólo llegamos a ver la cara del protagonista en un plano, reflejada en un cristal). Yo niego la mayor: la idea no es original precisamente porque los shooters en primera persona llevan treinta años haciendo justo eso; y, en cine, hace relativamente poco tuvimos el remake de Maniac, que usaba idéntica técnica, aunque con unas intenciones dramáticas y unos resultados narrativos apabullantes, dos cosas que en Hardcore Henry no aparecen por ninguna parte. La cinta es visualmente espectacular, desde luego, pero su efervescencia dura 10 minutos antes de convertirse en pura murga.

A diferencia de lo que sucede con el 90% de películas, es recomendable sentarse a ver Hardcore Henry sabiendo de antemano lo que tienes delante. De lo contrario, el hartazgo ante un plano que no cambia nunca, unas set pieces mareantes y una historia con sustancia cero pueden llevarnos a la desesperación. A mí me han llevado a la siesta (mucho mejor); y, como en el microrrelato de Augusto Monterroso, cuando me he despertado Hardcore Henry todavía estaba allí.

 

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"Si juegas al Dynamite Headdy con greñas y chupa, pasa a llamarse 'Dynamite Heavy'"

 

THE LIMEHOUSE GOLEM (Juan Carlos Medina. G.B., 2016)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Un atroz asesino en serie (el “Golem de Limehouse”) anda suelto en el Londres victoriano. La investigación del caso se encomienda a un veterano inspector de policía que, paralelamente, está indagando el caso de una mujer al parecer falsamente acusada de haber envenenado a su esposo. Ambos misterios acabarán dependiendo el uno del otro para resolverse.

Nunca he sido el mayor fan de los “whodunit”, y por si fuera poco, tengo tendencia a perderme en la maraña de pistas falsas y giros imprevistos que suelen trufar este tipo de historias. Por suerte, a la media hora de empezada The Limehouse Golem, ya había adivinado quién era el asesino del título (nunca me pasa), de modo que durante el resto de la película he podido olvidarme de los pormenores del caso y centrar mi atención en otras cosas. Por ejemplo, en que es una cinta en la que todo el mundo habla por los codos. O en que el director Juan Carlos Medina hace lo posible por disimular el ajustado presupuesto de producción filmando un Londres de decorados pequeñitos y mucho plano corto. O en que la puesta en escena es correcta pero un punto acartonada (como cuando en El ministerio del tiempo se disfrazan de “gente antigua”). O en que la protagonista Olivia Cooke, una actriz de 22 años para mí desconocida, tiene potencial para hacer cosas muy grandes. O en que Bill Nighy es quizás el más infravalorado de los grandes actores ingleses actuales.

The Limehouse Golem resulta un filme de suspense apañadito, que quizás no enamora ni es redondo (algunos elementos de la trama son difíciles de digerir), pero entretiene bastante, no insulta tu inteligencia y maneja ciertos recursos visuales ocurrentes. El mejor de ellos es que, cada vez que el detective protagonista lee en off uno de los pasajes del diario del asesino, a lo largo del flashback subsiguiente lo vemos con los rasgos del sospechoso principal en ese momento (los sospechosos van cambiando según avanza la película). Es un modo bastante lúcido de implicar a la audiencia, animándola a jugar a las deducciones y tratar de pillar al culpable antes de que lo haga Scotland Yard.

 

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"Lista para reemprender las temporadas de Penny Dreadful cuando quieran"

 

SITGES 2016

 

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