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SITGES 2017 crónica 1: Apocalipsis ahora

La forma del agua; The Battleship Island: Director's Cut; The Endless; Jackals

CHEMA PAMUNDI

¡Caramba! ¡50 años de Festival de Sitges! Cinco décadas ya, que se dice pronto, ofreciendo un mosaico impagable del que posiblemente sea el género cinematográfico más mutable y libre de todos (y, por tanto, también el más fascinante). Nuestro certamen favorito se viste con las mejores galas que pueda pagarse, a fin de celebrar su aniversario de oro; y Diario de Venusville vuelve a estar con todos los sistemas en alerta de combate, para vivirlo desde primera línea y contároslo con toda la puntualidad que nos permitan la falta de sueño, las colas absurdas, los bocadillos engullidos en tiempo récord y las carreras pueblo arriba y pueblo abajo de una proyección a un pase de prensa, o viceversa. No querríamos estar en ningún otro lugar de la galaxia durante los siguientes once días.

Este año, más películas que nunca (se va a echar en falta al menos un pase de Blade Runner 2049, pero no hubo acuerdo con Sony), butacas nuevas para el cine Retiro (¡aleluya hermanos, nuestras súplicas han sido escuchadas!), la figura de Drácula como temazo de fondo y un plantel de invitados tan molones como William Friedkin, Guillermo Del Toro o Susan Sarandon, a los que cabe sumar el rumor creciente de que Quentin Tarantino va a dejarse caer por aquí para saludarnos. Total, que la cosa pinta de coña.

Un clásico de cada edición es que servidor de ustedes experimente algún tipo de peripecia a la hora de recoger la acreditación: que se haya traspapelado, que al festival no le conste que la he pagado, que se la hayan dado a otra persona por error... Esta vez, acorde con la ocasión señalada, la organización ha querido prepararme algo especial: en lugar de poner mi foto en la acreditación, han puesto la de otro tío. Total, cuarenta minutos de "Ponte aquí delante de esta pared que te hagamos una foto nueva y lo arreglamos", "Espera, espera, que se nos ha ido la conexión a internet", "Hostia, ahora resulta que la máquina de imprimir acreditaciones no tira", etc. Mira que, por una vez, había ido a la zona de prensa con una hora de margen antes de mi primera proyección, pero oye, esto no sería Sitges si no tuviera que acabar esprintando con la lengua fuera por los pasillos del Hotel Melià para llegar a tiempo a la sala; y hoy, en las salas de Sitges he visto...

 

Sitges 2017 sube el telón

 

LA FORMA DEL AGUA (Guillermo Del Toro, EUA, 2017)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Guillermo del Toro, para lo bueno y para lo no tan bueno, ha desarrollado a lo largo de su carrera un estilo visual, narrativo y dramático absolutamente reconocible, centrado en aplicar al fantástico de toda la vida una vuelta de tuerca que nos permita verlo bajo una luz nueva (por eso un personaje de espíritu absolutamente pastiche como Hellboy le sentaba tan bien). La forma del agua es, en este sentido, la quintaesencia de su cine: La Bella y la Bestia, más La mujer y el monstruo, más E.T., más (cágate lorito) Amélie. ¿Cómo sabe la mezcla? La mayor parte del rato bien, y en momentos puntuales muy bien, gracias a una puesta en escena a la vez económica y vistosa (una Guerra Fría muy de cómic), un conjunto de personajes bastante carismáticos (Michael Shannon brilla como villanísimo) y un espíritu de serie B que contagia buen rollito.

Es cierto que algunos tramos funcionan por pura inercia, que la trama resulta de lo más previsible y que el conjunto no mejora a ninguno de sus referentes, pero tampoco lo pretendía; esto es ante todo una carta de amor que Del Toro les dedica a todas esas películas de sábado por la tarde con las que se crió. No es ni mucho menos la obra maestra que querrán ver algunos, pero sí que es un tebeo bien dibujado y sin estridencias, de visionado amable.

 

"Saluda a tu primo Abe Sapien de mi parte"

 

THE BATTLESHIP ISLAND: DIRECTOR'S CUT (Ryoo Seung-wan, Corea del Sur, 2017)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Ya estamos otra vez con los coreanos haciendo en 150 minutos lo que podría haberse hecho perfectamente en 100. Hay que reconocer que es encomiable su descaro y su falta de pudor a la hora de combinar estilos cinematográficos: esta historia, verídica, sobre los centenares de personas que durante la Segunda Guerra Mundial fueron condenadas por el ejército japonés a trabajos forzados en la isla minera de Hashima, le sirve al director Ryoo Seung-wan como excusa para cascarse una peli que es a la vez bélica, de aventuras, histórica, de acción, un thriller de fugas carcelarias, un western, una comedia costumbrista y un melodrama padre/hija del palo La vida es bella; y además todo espectacularmente filmado. El locurón.

El problema, ya lo he dicho al principio y no resulta menor, es que a sus dos horas y media de metraje le tendrían que haber cortado casi una entera. En The Battleship Island: Director's Cut todo dura DEMASIADO (es que encima es eso: el montaje del director; se ve que a la versión normal le faltaban explosiones y japoneses gritando); con lo cual, lo que empieza teniendo gracia acaba convirtiéndose en una prueba de resistencia al tedio. Tampoco hubiera estado de más, puestos a pedir, un montaje no tan histérico y un pelín de sutileza a la hora de mostrar a los militares nipones, en vez de reducirlos a villanos de opereta, de esos que se ríen entre dientes y se frotan las manos mientras le meten mano a una niña u ordenan ejecuciones masivas. Un ejemplo claro de cómo, incluso lo bueno, puede acabar empachando.

 

"Aquí hay que organizarse, no puede ser que tocando a tres tías por tío, me hayan dado por culo tres veces"

 

THE ENDLESS (Justin Benson y Aaron Moorhead, EUA, 2017)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha
Dos hermanos que, años atrás, lograron escapar del influjo de una secta que vive aislada en las colinas californianas, reciben una filmación lo bastante intrigante como para verse impelidos a volver de visita a dicha comunidad. Al poco de llegar empiezan a pasar cosas que les llevan a cuestionarse si, después de todo, las burradas sobrenaturales que predican los parroquianos no tendrán algo de verdad detrás; y en estas, oye, parece que empieza el fin del mundo.

En un género, la ciencia-ficción, que valora la originalidad como bien supremo, qué difícil se ha vuelto de un tiempo a esta parte ser original. Justin Benson y Aaron Moorhead lo fueron, y mucho, hace cuatro años con Resolution (la cult movie indie para acabar con todas las cult movies indies), y fuerzan aún más la máquina con The Endless, que no es ni una película independiente de aquella ni una continuación, sino más bien una intersección en ese mismo universo.

The Endless, a la que quizás le sobre un cuartito de hora para ser redonda, es como un episodio de The Twilight Zone basado en un relato de H.P. Lovecraft y dirigido por el Yorgos Lanthimos de Langosta (que por cierto, también presenta peli nueva en Sitges 2017). ¿A que mola? El surrealismo y el terror bizarre van tomando poco a poco el control de la narración, sin perder nunca de vista el estudio de dos personajes protagonistas a los que, el mismísimo cosmos, obligará a hacer lo que no hicieron por ellos ni sus padres ni los sectarios: enseñarles a tomar de una vez el control de sus vidas. La mejor película del día.

 

"Tal como va la peli, fijo que esta secta la ha fundado Bill Murray"

 

JACKALS (Kevin Greutert, EUA 2017)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Y para acabar la jornada inaugural, otra de sectas. En este caso, una familia desesperada trata de recuperar por la tremenda a su hijo Justin, chaval veinteañero al que una logia de psicópatas del apocalipsis le ha lavado el cerebro cosa fina. Tras rescatarlo a hostia limpia, lo llevan hasta su casa de campo y allí, con ayuda de un ex-militar experto en la materia, proceden a "desprogramarlo". Como en las películas de terror las cosas nunca son así de fáciles, el resto de los sectarios deciden arremangarse e ir en busca de Justin, cercando la finca en una noche de furia y salvajismo extremo.

Si invocamos un cóctel entre Tú eres el siguiente y Perros de paja estaremos bastante en la órbita de las pretensiones que tiene Jackals, un "home invasión" de planteamiento original, desarrollo rutinario y final relativamente revigorizante. O sea, empieza bien, luego empeora bastante y al final se queda en "bueno-vale". La estética de los cultistas de turno es maja (muy Tú eres el siguiente, también), y la violencia resulta bastante inmisericorde, pero eso es todo lo destacable que ofrece la función. No hace daño a la vista, pero nadie lamentará tampoco habérsela perdido. Quizás su mayor virtud sea certificar que Stephen Dorff y Deborah Kara Unger siguen vaivos y gozan de buena salud, aunque hayan acabado teniendo que pagarse las facturas poniendo la cara en títulos de rebajas como este.

 

"¿Cómo que Tú eres el siguiente?"

 

SITGES 2017

 

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