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GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS crítica: Monsters Party

Godzilla se monta un fiestorro con Rodan, Mothra y Ghidorah en Godzilla: Rey de lo monstruos

CHEMA PAMUNDI

¿Cómo criticar que una película caiga rodando por el terraplén del fan service cuando su mismo planteamiento nuclear (monstruos como catedrales quedando en grandes zonas urbanas para darse de hostias) es puro fan service? Da cierta pereza ser demasiado duro con Godzilla: Rey de los monstruos, igual que en su día daba pereza ser duro con títulos de naturaleza similarmente tontaina como Alien vs. Predator o Freddy vs. Jason. Si, de todo lo que echan en la cartelera, eliges ir a ver algo así, lo haces llevado por unas expectativas muy concretas y una actitud festiva que no busca calidad cinematográfica sino diversión gamberra. Con lo cual, poco te va a importar lo que te diga al respecto una crítica como esta. Yo tampoco le haría caso e iría a ver igualmente Godzilla: Rey de los monstruos; y al salir del cine, sin embargo, escribiría una crítica como esta.

Porque lo cierto es que, incluso un puro vehículo de entretenimiento veraniego sin más pretensiones que Godzilla: Rey de los monstruos puede decepcionar. A ratos logra transmitir cierta magnificencia y sensación de escala, pero demasiado a menudo su encadenado de combates de mega-wrestling degenera en una murga de explosiones, descargas de rayos azules, rugidos y masas de piel escamosa pasando ante la pantalla, en un caos que embota los sentidos y se hace difícil de seguir. Achinas los ojos para tratar de enterarte, pero sigues sin saber quién va ganando, quién va perdiendo, ni quién sigue vivo o muerto. Detalles como que Ghidorah y Rodan tengan similares alas membranosas o un jeto draconiano fácil de confundir (bueno, en el caso de Ghidora, tres jetos) tampoco ayudan, claro, pero el caso es que en ciertas escenas tienes la misma sensación que si el director Michael Dougherty hubiese tratado de filmar un combate de sumo ambientado en una discoteca... desde dentro de una lavadora que está centrifugando. Si hay opción de tomar una mala decisión visual que desoriente al espectador, no dudes de que él la va a tomar.

 

GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS

"Ya te decía yo que lo que se le ve a Godzilla de más de 5 metros no es la cola"

 

La película retoma la metatrama de la saga kaiju por antonomasia más o menos donde la dejaba la muy superior Kong: La isla calavera (pese a sus puntos débiles, eso sí que era un peliculón de aventuras al viejo estilo). Básicamente los guionistas nos dan una excusa argumental en la que los monstruazos estrella de la Toho son parte del equilibrio natural del planeta, y luego le añaden un trasfondo de conspiración ecoterrorista para poder ponerlos cuanto antes a darse de cazos unos con otros, que (no nos engañemos) es lo único que interesa. Bicharracos aparte, los protagonistas de tamaño humano de la función son una familia desestructurada formada por el ex-matrimonio de científicos Mark y Emma Russell (Kyle Chandler y Vera Farmiga), que andan gestionando el dolor de haber perdido a uno de sus hijos durante la primera aparición de Godzilla cinco años atrás, mientras tratan de proteger a la hija que les queda (Millie Bobby Brown) y discuten cómo lidiar con el súper-lagarto antediluviano y sus colegas, ahora que han vuelto a asomar. Porque, claro, Godzilla es un protector de la humanidad y en el fondo les cae bien y todo eso, pero el tío da mucha guerra. ¿Nos interesan lo más mínimo las tribulaciones de estos tres personajes, o la suerte que corran? Va, por favor, no me hagáis reír.

"Incluso un puro vehículo de entretenimiento veraniego sin más pretensiones que Godzilla: Rey de los monstruos puede decepcionar"

Porque, aunque ya hemos comentado que los combates son un lío, todo el resto es por supuesto aún peor: una trama hilada sin gracia (que sea inverosímil ya lo esperábamos; pero podría ser inverosímil y molona), secundarios inanes y constantes explicaciones en modo conferencia sobre lo que está pasando. Godzilla: Rey de los monstruos sólo sale de la mediocridad cuando le pone pausa al histerismo de sus escenas de acción, o a los tópicos cansinos de sus escenas de diálogo, y se recrea en ciertas estampas de una belleza visual innegable, como Ghidora desplegando majestuosamente las alas en la cima de un volcán o un apenas atisbado Godzilla cuya mole avanza, buceando, hacia el ventanal de una base submarina. Son instantes estimables, a medio camino entre un relato de Lovecraft y una pintura de William Blake, que nos muestran la película que podría haber sido si la llega a pillar por banda un director con más criterio dramático que furia.

 

GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS

"Al próximo que me diga otra vez 'Winter is coming' le echo del barco"

 

Es obvio que, en un filme así, el departamento actoral no merecería ni comentario, porque todo el mundo hace más o menos lo que puede con unos papeles tirando a ridículos (para lo que te has quedao, Ken Watanabe...). Sin embargo, Godzilla: Rey de los monstruos permite hacer dos apreciaciones inquietantes en este apartado: Kyle Chandler es un excelente actor secundario, pero un actor principal al que le queda grande incluso un proyecto interpretativamente tan poco exigente como éste; y Millie Bobby Brown (en efecto, la “Eleven” de Stranger Things) es la típica niña actriz a la que le deben de haber dicho tantas veces lo buena que es, que lo intenta “demasiado” en cada escena, en cada gesto y en cada mueca, a ratos confundiendo la intensidad con la afectación. Veremos cómo evoluciona, pero de momento la gran promesa del cine americano estomaga un poco.

Godzilla: Rey de los monstruos es el nuevo eslabón en la cadena de películas interconectadas (la “Saga Titán” la llaman) que pretende establecer la Warner, al estilo de lo que ha estado haciendo Marvel en los últimos años. Sin embargo, con resultados tan tibios como los de la cinta que nos ocupa, cabe preguntarse cuántos capítulos más resistirá el espectador antes de acabar hasta las narices y decidir que ya verá los siguientes cuando los pasen por la tele. Por suerte, el año que viene se estrena Godzilla vs. Kong, que promete ser uno de los puntos álgidos de la franquicia. Entre otras cosas porque el gorila gigante ha sido siempre un personaje mucho más interesante, con mayor personalidad y empatía que todos los kaijus juntos; y, si lo piensas, ese es en realidad el problema de todo esto.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: como digo arriba, si tu mierda es el kaiju la vas a querer ver de todos modos.

No recomendada por Kuato a: si tu mierda no es el kaiju, ni te acerques.

Ego-Tour de luxe por: ciertos guiños al género pulp más psicotrónico (las teorías de la “tierra hueca” y el “mundo perdido”), apenas apuntados pero que acaban siendo lo único original de todo el planteamiento.

Atmósfera turbínea por: un “plot twist” a partir de uno de los personajes que “parecía bueno pero resulta que es malo pero en el fondo es bueno”, resuelto de una manera torpísima. Oye, que por su culpa palman millones de personas en varias ciudades, pero pelillos a la mar, que lo hacía todo por el bien de la Madre Tierra.

 

GODZILLA: REY DE LO MONSTRUOS. "Godzilla: King of Monsters" (2019). Dirección: Michael Douguerty. Guión: Michael Douguerty y Zach Shields. Reparto: Millie Bobby Brown, Kyle Chandler, Vera Farmiga, Bradley Whitford, Charles Dance, Thomas Middleditch, Sally Hawkins, Aisha Hinds, Ken Watanabe, O’Shea Jackson Jr., Randy Havens, Anthony Ramos y Jonathan Howard. Estreno en Venusville: 21/06/2019.

 

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