GRAND PIANO entrevista a Eugenio Mira: El director de orquesta

"Grand Piano tiene muchos trucos inverosímiles, pero era mejor saltar a la piscina e ir a muerte"

■ RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 11/10/2013. A Eugenio Mira ya le conocí hace tres años también en el Festival de Sitges cuando vino a presentar Agnosia. Por aquel entonces me impresionó la vitalidad, el ímpetu y el humor con los que afrontó la rueda de prensa aunque su película se llevara un varapalo de la crítica considerable (llegó incluso a bromear con el título y se puso a cantar como si estuviera interpretando un musical), y hoy estoy comprobando que sigue con el buen humor que le caracteriza. Desde entonces, hasta llegar a Grand Piano ha rodado Lo imposible con J.A. Bayona como director de segunda unidad, y ha ejercido de actor: un papel secundario enFin, y un cameo en Luces rojas de su amigo Rodrigo Cortés (productor de Grand Piano), en el que personifica a Robert De Niro de joven. Porque aquí donde le ven, Mira es imitador de De Niro en sus ratos libres, y como me parece un dato curioso, mientras apura el último sorbo de un cafetito en la terraza del hotel Melià, empiezo a preguntarle por aquí.

-Me di cuenta del parecido con Robert De Niro a los 19 años. De repente me miro con una cámara de vídeo el perfil y digo, ¡joder!, la nariz, las bolsas de los ojos, el pelo ondulado… Y de repente empecé a engordar y a adelgazar pareciendo diferentes etapas de él. Si me dejo barba y salgo de la ducha con el pelo mojado… La misión. ¡Es un cachondeo! (risas).

-Vamos con Grand Piano. Háblame del guión, debo decirte que hay muchas cositas en él que son difíciles de creer.

-Parte del reto era desafiar el núcleo duro del guión. Tiene muchos trucos que resultan inverosímiles y parte de lógica que no se aplica en la realidad, pero lejos de parecernos un hándicap nos pareció genial, ya que si cambiábamos algunas cosas, sorprendentemente empezaban a saltar liebres por todos sitios. Era mejor saltar a la piscina creyéndoselo e ir a muerte.

-¿Cómo llegaron Elijah Wood y John Cusack al proyecto?

-Fui muy afortunado porque John Cusack es un nombre que cerraba la financiación final. Está en una lista que permite hacer eso. Los otros nombres eran maravillosos, espectaculares, para caerse al suelo... No puedo decírtelos por respeto y porque los admiro, pero te puedo decir que para el personaje el mejor era John Cusack. Steven Spielberg dice que nunca trabaja con sus primeras opciones de cásting. Por ejemplo, en Parque Jurásico tanto Sam Neill como Laura Dern son segundas opciones, por eso yo soy muy afortunado.

En cuanto a Elijah, le conocí como civil en el Film Fest de Austin en el 2010. Era un tío encantador, así que cuando tuve el guión quedé con él. Ya teníamos una relación de amistad guai, así que fuimos a por él.

-A Jonh Cusack, por eso, cuesta verle de malo. Siempre ha tenido cara de buen tío algo bobalicón, además de que compone un villano muy pero que muy exagerado.

-Está en una fase de su carrera que quiere hacer cosas nuevas, distintas…Me dijo que le había llamado la atención esa combinación tan rara de ausencia y que el personaje creciera en la cabeza del espectador. Y que no pareciera él, porque él es consciente de que él es él. Pensaba que era mucho más interesante salir lo mínimo posible. Otro se lo hubiera podido tomar mal, pero le pareció una idea muy interesante.

El villano tiene una vis clásica que ya estaba en el texto. Esta es una película que está en código como si fuera de los años 50 o 60. La peli ya es bastante audaz en cosas delicadas como para desafiar las que son clásicas que hemos visto mil veces. La película intenta ser eso, una película de hace 40 o 50 años pero con cosas del cine de hoy en día. Eso para mí era parte de la obsesión, respetar el carácter clásico, elegante, basado en cosas que pasaban en esas películas.

-¿En cuánto tiempo rodó Cusack sus escenas?

-En una semana. Primero puso la voz, de manera que pudimos cortarle y pegarle en cada plano, así cuando Elijah actuaba oía la voz de John.

-¿Y cómo es que este villano tiene tan buena letra? ¿Estudió en colegios de pago? (las amenazas que el pianista encuentra en la partitura tienen tan buena caligrafía que parecen mensajes publicitarios).

-(Risas) Ahí quería mostrar un punto entre casual, infantil y buena letra, un carácter infantil casi femenino, como una letra de tía. Lo escribí yo, pero yo no tengo esa letra (risas). Yo era el personaje, estaba dirigiendo a mi mano… Rodrigo Cortés también escribió alguna imitando ese estilo. Luego está el tema del color rojo como algo que está en el límite de la percepción del espectador.

-Háblame ahora de tus influencias causadas por Brian De Palma y Alfred Hitchcock. Toda la peli recuerda a El hombre que sabía demasiado.

-El guionista es el culpable. Leí el guión y lo pensé en seguida, hasta tuve la tentación de decir: “voy a cortar por lo sano y voy a ir en contra de todo esto”, pero no hubiera tenido sentido. Tenía que ser un plano a plano al estilo Hitchcock, o si quieres Brian De Palma, introduciendo algunas cosas que Brian De Palma no ha hecho. Porque esa es la gracia, Brian De Palma, película a película, intenta hacer cosas distintas.

Es un lujo que me comparen con Brian De Palma, pero más que un homenaje es seguir donde lo dejó. Brian De Palma se pasó la primera mitad de su carrera harto de que dijeran que era un imitador barato de Hitchcock, pero era más por un tema temático, como director son bastante distintos. Brian De Palma es un cerdo, es un pervertido, lo digo con toda la admiración del mundo, pero es muy guarro, y a mí eso, llevarlo a un mundo blanco me parecía genial.

-¿Y qué me dices de las influencias de la generación ochentera amigueta de Steven Spielberg? El mismo Spielberg, John Landis, Joe Dante, Richard Donner, Robert Zemeckis…

-Esa es mi escuela spiritual. Adultos haciendo películas infantiles mejor de lo que hacía falta, y lanzando mensajes ocultos sobre otras películas. Cuando en E.T. ves a Elliott besando borracho a la niña rubia en el colegio, eso es El hombre tranquilo, pero cuando la ves de niño no lo sabes. Pero lo que uno entiende es que lo que está viendo E.T. en la tele es lo que está sintiendo Elliott porque están entrelazados emocionalmente, y eso es acojonante.

Si un chaval de 16 años ve Grand Piano y cree que es lo mejor que ha visto en su vida, le diré: “¿conoces a Brian De Palma? ¿Conoces a Hitchcock? ¿Y conoces a Fritz Lang?” Y es que si amas el cine, amas el cine.

-¿Dirigirás algún día un fantástico puro?

-Estoy ahora mismo, desde hace años, desarrollando como cinco o seis versiones distintas. De diferentes tamaños: películas de 2 a 3 millones de euros de presupuesto, a películas que por menos de 15 es complicado, y luego una y media que son de 30 para arriba que acepto elegantísimamente que probablemente no las pueda hacer nunca, pero eso no me frena. Tengo fantástico, aventura, terror, místico-espiritual tipo 2001, extraterrestres… Son proyectos que no van a salir ni de coña en breve, es un proceso de cocción, cuando estén listos a ver si lo puedo hacer.

-¿Y cómo sacas a Jack Taylor sólo en fotografía?

-Es que estoy enamorado de él.

(Pues no es el único).