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LA IGNORANCIA DE LA SANGRE entrevista a Juan Diego Botto: Profesionalidad sangrienta

"Javier Falcón es un tipo normal, nadie que destaque por su testosterona o por su virilidad"

RAY ZETA

CINES RENOIR FLORIDABLANCA, BARCELONA, 10/11/2014. Ahora que no nos lee nadie les haré una confesión. Cuando uno transcribe una entrevista, no hay más remedio que arreglarla para que sea entendible. Ni se imaginan cuánto se puede llegar a largar en un minuto dejando frases inacabadas y pasando desordenadamente de un tema a otro, así que calculen si el entrevistado hace durar su respuesta un tiempo indefinido… Con Juan Diego Botto en cambio no es necesario arreglar nada. Mide tan bien sus palabras, responde tan ordenadamente, y con tan buena dicción, que solo hay que transcribirla siguiéndola al dictado.

Una prueba más que refuerza su fama de gran profesional en todos los aspectos de su oficio, y que yo, tras haber coincidido con él en las presentaciones de Silencio en la nieve y Dictado, no puedo estar más de acuerdo. Educado, discreto, siempre correcto en las formas y sereno, sobre todo sereno. Ya puedes preguntarle por una escena en la que sale una tía a cuatro patas siendo enculada por un negro, que él la responde sin inmutarse con la misma seriedad con la que respondería en un examen oral de ciencias. Y encima es guapo y buen actor. ¿Se puede pedir más?

-Las dos últimas veces que nos vimos fue presentando una película de cine negro puro como Silencio en la nieve y un psycho thriller como Dictado. Ahora vienes con una pieza de cine negro clásico. ¿Eliges tus trabajos según el género al que pertenecen?

-No, por el género no, uno busca que sean historias con un guión mínimamente consistente y que tengan personajes que sean atractivos, y en este caso era la adaptación de una novela de Robert Wilson, un personaje que es francamente atractivo, un personaje que lleva toda la historia y que se enfrenta a una trama compleja, una trama donde tiene que enfrentarse a la mafia rusa, enfrentarse al islamismo radical, tiene finalmente que tomar la decisión entre preservar de la forma que cree mejor a su pareja y al hijo de su pareja, o seguir los cauces habituales de la policía y tal. Es una historia en la que lo que subyace debajo son personajes que escogen el afecto por encima de su fe religiosa, de su fe política o de su profesión, y eso me parecía muy interesante.

Luego se sumaba el hecho que lo dirigía Manolo (Gómez Pereira). Manolo es un director con el que yo tenía ganas de trabajar desde hacía mucho tiempo, habíamos tenido varios proyectos que no habían conseguido salir, y bueno, nos cruzamos con esto, se dio la oportunidad y aquí estamos.

 

 

-¿Buscas referentes cinematográficos que te ayuden a componer el personaje? ¿Cuáles has elegido dentro del cine negro?

-A veces sí, a veces me inspira o me ayuda buscar un referente, pero en este caso no. En este caso tuve la suerte de tener cuatro novelas, ya que nosotros hemos adaptado la última de cuatro novelas, y yo tuve la suerte de tenerlas para poder investigar sobre el personaje. Tenía muchísima información sobre el detective Falcón y realmente me apoyé más en eso, en todos los datos que tenía. La novela cuenta toda la infancia, el padre, sus hermanos... o sea que tenía un montón de información que fue lo que realmente lo que más utilicé a la hora de preparar este personaje.

-Un personaje con más subidas de nivel que un jugador de rol. Empieza como un poli normal, continúa casi como un espía, y acaba que cualquiera diría que es un agente secreto con licencia doble cero.

-Sí, cuando la cuestión se vuelve personal (hay un momento de la historia que secuestran al hijo de mi pareja) todos los cauces habituales de la policía dejan de servir y opta por hacer lo que sea con tal de recuperar al niño, y lo que sea implica meterse en todos los fregados. Creo que eso era interesante en la historia. Normalmente en el cine de género estamos acostumbrados a que los policías, los detectives, sean personas solitarias, heridas por la vida, de vuelta de todo… En este caso en un tipo normal, buen policía, metódico, obsesivo, enamorado, un tipo sensible, nadie que destaque especialmente por su testosterona o por su virilidad. Es un tipo normal. Vemos después que es resolutivo, que es capaz, que se atreve con cosas que quizás otros no nos atreveríamos, pero eso es empujado por las circunstancias.

-En la peli vemos a Alberto San Juan hablando en árabe, ¿tú no tuviste ganas de hablarlo un poco?

-Fue todo una apuesta… Alberto (San Juan) interpreta a un tipo que nació en Marruecos y se ha criado prácticamente toda su vida en España, aunque vive a caballo entre España y Marruecos, y la opción era escoger a un actor árabe que hablara buen español o un actor español con el que intentaras poder hablar árabe. Además Alberto tuvo muy poco tiempo a la hora de incorporarse a la película, se incorporó dos semanas antes de empezar y tuvo muy poquito tiempo para prepararse todo ese speech que tiene en árabe y creo que lo hace francamente bien.

-¿Tú juegas a fútbol?

-Sí, muy mal pero sí (sonrisa).

-¿De portero como cuando juegas en la peli con el niño?

-No, juego de delantero.

-En cambio aquí te han puesto de portero…

-(Risas) Sí, sí…

 

 

-¿Cómo fue rodar las escenas porno que luego representa que se han filmado ilegalmente?

-Yo no estuve cuando se rodó eso, pero fue una segunda unidad que se dedicó a rodar todo eso, pero la verdad es que no sé decirte.

-Y cuando tú las miras en la película, ¿lo repetiste muchas veces?

-No, no…

-Es que se te ve totalmente impasible, impertérrito e imperturbable… ¿Cuál es el secreto?

-Bueno, no creo que fuera la primera vez que ninguno de nosotros mirábamos porno, tampoco te llama tanto la atención hoy en día.

-¿Qué tal fue la relación con Paz Vega? En la peli hacéis muy buena pareja, y es todo un honor que aceptara la película con el tiempo que hacía que no trabajaba aquí…

-Sí, hacía mucho que no trabajaba en España y para mí la experiencia estuvo muy bien. Yo nunca había trabajado con ella, aunque nos conocíamos, habíamos coincidido, habíamos empezado prácticamente a la vez pero nunca habíamos coincidido y la verdad es que nos entendimos muy bien. Es una tipa que es muy concienzuda en su trabajo, le gusta ensayar, le gusta prepararlo, le gusta trabajar mucho, aparte que siempre cuenta con su espontaneidad, con lo que le va a salir espontáneamente, pero en eso la verdad es que nos entendimos muy bien en el trabajo.

-¿Y el trabajo con el director Manuel Gómez Pereira? Siempre se le recordará más por sus comedias de éxito en los 90.

-Claro, fue un director célebre una época en la que encadenaba un título con otro y todos eran éxitos de taquilla y todos eran grandes comedias. Para mí la verdad es que ah sido muy placentera la experiencia. Primero porque es un tipo que sabe mucho de cine, obviamente ha dirigido muchísimas películas, ha sido ayudante de dirección en otras tantas películas… sabe mucho de cine, y es muy difícil que pase algo en un set de rodaje que él no haya vivido previamente o a lo que no se haya enfrentado, pero luego además tiene el ímpetu y las ganas de un director que empezara o que hiciera su primera película, y esa combinación pues la verdad es que es muy buena,  te sientes muy protegido y muy amparado por un director que es muy experimentado, pero a la vez expoliado por un tipo que tiene muchas ganas de probar cosas, de investigar y de sacar una buena película.

Y luego además a él le gusta mucho el trabajo de los actores. Le gusta darnos espacio, le gusta que probemos cosas, le gusta acercarse y hablarnos con mucho afecto, y preservarnos de la tensión propia que significa un rodaje. Intenta que no nos demos cuenta de que está presionado, de que falta tiempo…Intenta que los actores tengamos siempre nuestro espacio para la creatividad, o sea que solamente puedo decir cosas buenas de Manolo.

 

 

-Aparte de leer las novelas, ¿te has documentado de alguna manera para preparar el personaje de policía inspector?

-Bueno, estuve hablando bastante tiempo con un detective, un inspector de policía, que es sorprendente. Primero porque tiene que ver con lo que decíamos al principio. Es un tipo que tú te lo cruzas en un bar y jamás dirías lo que es. No lleva ni sombrero ni gabardina, es un tipo normal. Luego empieza a contarte su trabajo y es una persona que se enfrenta a cosas realmente complejas. Realmente difíciles y ha visto situaciones realmente jodidas. Eso me ayudó mucho para entender cómo es la cotidianeidad de su trabajo, cómo es la cotidianeidad de un inspector, cuál es la rutina habitual de su trabajo… Eso la verdad es que me sirvió bastante para crear el personaje.

-No puedo acabar la entrevista sin preguntarte por tu experiencia con Ridley Scott y John Malkovich, con quienes trabajaste en 1492: La conquista del paraíso y Pasos de baile, respectivamente. ¿Qué recuerdas de ellos?

-Bueno, hace mucho tiempo de aquello… Ridley Scott es uno de los grandes directores de la historia del cine, creo que cuando un director acumula dos títulos que son legendarios ya es un grande, y no sólo Alien y Blade Runne, podríamos sumar algunos más. Creo que Los duelistas es una gran película, creo que Thelma y Louise es una gran película… Es un tipo que tiene una filmografía impresionante, es un gran director que sabe manejarse con la cámara de forma impecable, que siempre ha asumido riesgos, que nunca se ha conformado con su forma de rodar, siempre ha buscado nuevos mecanismos para contar las historias, y eso lo convierte en un gran director. Yo la verdad es que me lo pasé muy bien, yo era muy, muy joven, y ya descubrí lo que era la gran industria del cine por primera vez.

-¿Llegaste a tener trato directo con él?

-Sí, claro, se acerca, te habla al oído, te dice vamos a probar esto, vamos a hacerlo de esta manera, ten en cuenta nosequé… Pero sí, sí, él no sólo te dirige sino que se te acerca y te habla cerca, es muy próximo. Hay otros directores que te hablan desde el combo, desde la distancia, a Ridley Scott le gusta acercarse y tener un trato directo con el actor. Yo lo recuerdo con mucho afecto, fue una experiencia muy bonita para mí.

-¿Y John Malkovich como director? Aquí le conocimos en un ensayo de la obra teatral “Hysteria” y lo vimos tan pasota que ni dirigía ni nada…

-Bueno, quizás ese es su método de dirección… Yo creo que Javier (Bardem) o yo cuando hicimos Pasos de baile, al principio tuvimos los dos esa sensación de no saber muy bien qué quería. Un día nos explico: “yo creo que la mitad de mi trabajo es el cásting, haberos escogido, yo sé qué trabajo vais a hacer y confío plenamente”. También es verdad que cuando tú le preguntabas, “no sé cómo resolver esto, ¿tú cómo lo harías?”, era una gozada, porque entonces él lo hacía. “Yo lo haría así”, decía, y es tan buen actor el cabrón, es realmente tan buen actor que tú lo veías hacerlo y decías “hostia claro, así sería fantástico, voy a hacer eso”.

Es un tipo que como director es un actor, con lo cual si él lo tuviera que hacer lo haría magnífico, y su forma de decirte cómo lo quiere es haciéndolo él. Eso tiene su parte buena y su parte mala. Su parte buena es que cuando él lo hace ves que es magnífico, y su parte mala es que a lo mejor tu forma de aproximarte a eso no es igual. Porque tu personalidad es distinta, porque tu talento va por otro lado… Es verdad que es un director un poco ausente, pero es un tipo con un gran sentido del humor y profundamente afectuoso y muy cuidadoso. Yo la verdad es que me lo pasé muy bien trabajando con él.

Y encima no va de estrella pese a haber trabajado con personalidades tan célebres como Ridley Scott y John Malkovich… Lo que decía, este chico lo tiene todo.

 

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Juan Diego Botto, profesional venusvillero ya en enero y marzo de 2012

 

LA IGNORANCIA DE LA SANGRE. Estreno en Venusville: 14/11/2014

 

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