La leyenda de Barney Thomson crítica

Robert Carlyle se autodirige como barbero diabólico en La leyenda de Barney Thomson

Hay películas que hacen sentir incómodo al espectador. Lo que en principio se supone que es un déficit de la producción, a veces se convierte en su mayor triunfo: mantener al espectador atrapado por la historia a pesar de su incomodidad. Michael Haneke es un maestro en ese terreno. Por lo visto, Robert Carlyle no lo es. La leyenda de Barney Thomson es la primera incursión en la dirección del célebre actor escocés. Y su opera prima no le ha salido precisamente redonda a pesar de contar con un buen elenco de actores británicos. Además, dirigirse a uno mismo no debe ser fácil y quizás no fue una sabia elección para debutar. Al menos la producción se ahorró un sueldo.

La cosa va de un gris peluquero que transita sin pena ni gloria por la vida y que trabaja en la misma peluquería desde hace años. Su carácter algo asocial no le permite conectar con la clientela. Por ello, el hijo del fundador, que ahora lleva el negocio, lo va arrinconado y finalmente consigue que su padre acepte despedirlo. Enfrentado a su abismo, protagoniza un trágico acontecimiento que le lleva a ser engullido por la investigación policial de una serie de asesinatos macabros que vienen sucediendo en la comarca.

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Ya de entrada me parece que la historia no tiene demasiada chicha y que el éxito de la operación se fía a la puesta en escena de los actores. Y ahí aparece el segundo problema: la película adolece de indefinición en el tono de la misma. No funciona ni como drama ni como comedia. Más aún, pienso que se le quiere dar un tono de drama con toques cómicos y ha acabado por salir una comedia barata con algunas pinceladas de trascendencia. Al menos visualmente la película está bien filmada y sus colores y texturas enmarcan y describen perfectamente una sociedad instalada en la mediocridad. La fotografía es de lo poco salvable de la película. Mención destacada para el uniforme de los peluqueros de un impresionante granate nada convencional.

"La leyenda de Barney Thomson es la primera incursión en la dirección del célebre actor escocés Robert Carlyle y su opera prima no le ha salido precisamente redonda"

En cambio, los personajes son de una superficialidad apabullante. Robert Carlyle pone la misma cara estreñida todo el rato y ni tan sólo acierta a dar credibilidad al patetismo de su personaje que es su gran característica. Incluso las escenas de los accidentes fatales no transmiten emoción alguna. Ni tampoco se entiende demasiado el juego que lleva el protagonista con el friqui de su amigo zumbado. En cambio, el papel de la dominante madre del peluquero interpretado por Emma Thompson está más conseguido. La brillante actriz inglesa está irreconocible como jubilada de clase baja. Su caracterización y vestuario son brillantes. Lástima que el recorrido del personaje no dé para mucho más que recrear el ocio patillero de las abuelitas del lugar. De ahí que en los momentos en que la película intenta profundizar en el complejo de Edipo que hijo y madre conforman, el espectador esté más atento a las mallas de leopardo que nos lleva mamá en sus excursiones al bingo.

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Aunque lo que le deja a uno sin palabras es la trama del asesino en serie que descuartiza sus víctimas para enviar por correo alguna de sus partes. La investigación policial al respecto es un despropósito digno de Torrente pero sin un ápice de su gracia. Tanto la pugna entre las dos parejas que se disputan el caso, como los interrogatorios al peluquero como uno de los principales sospechosos es indigno. Y ese despropósito llega a su clímax en el desenlace. Definitivamente, el presupuesto para efectos especiales ha sido muy limitado y se nota a la legua que los fogonazos de los disparos de sus pistolas han sido añadidos en la postproducción con poco tiento.

A pesar del título, no hay nada que se pueda considerar como legendario en esta película. Posiblemente sea conveniente que vuelva a ver El marido de la peluquera para congraciarme de nuevo con el noble arte de los peines y las tijeras. Y es que mis greñas están pidiendo a gritos un buen corte de pelo.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: los que se sienten atraídos por historias ambientadas en la decadencia británica.

No recomendada por Kuato a: los que recuerdan a Robert Carlyle en Full Monty, pues podrían padecer un síncope al verlo con la pinta de su personaje.

Ego-Tour de luxe por: la tremenda caracterización de Emma Thompson como jubilada británica de lo más cutre.

Atmósfera turbínea por: el pelo rojizo y erizado del amigo alelado del peluquero protagonista, que recuerda una masa amorfa y viscosa adherida al cráneo.

■ LA LEYENDA DE BARNEY THOMSON. Estreno en Venusville: 17/06/2016