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LA OTRA HIJA crítica: Jodida adolescencia

   

Jodida adolescencia

El otrora bailaor con lobos es ahora un papaíto pamplinas de niñitos acosado por monstruitos del bosque

Por Da II

 

<Cualquier contrato de compra de inmuebles debería de disponer de un anexo: “Este contrato de compra venta será nulo en el caso de que la casa adquirida posea antecedentes de crímenes, incendios o acontecimientos macabros varios, también en el caso de que en el inmueble, o en sus alrededores, se observe cualquier actividad de fantasmas, vampiros, zombies, seres de otro mundo, razas extinguidas, niños muertos en busca de venganza, o se encuentren en la misma libros mágicos u objetos fantásticos que den acceso a un mundo de seres con intenciones perversas. Corren a cargo del vendedor los gastos que se ocasionen derivados de los exorcismos necesarios, fueran los que fueran.”

   Sin embargo, con los tiempos que corren la cuestión más inquietante de este subgénero de casas encantadas o poseídas, con fantasmas o zombies, con vecinos psicópatas o seres curiosos que habitan en el jardín, o con algún paripé fantástico olvidado por su anterior y descuidado propietario capaz de abrir cualquier tipo de portal, la pregunta que inquieta al espectador es ¿cómo demonios ha conseguido que el banco le de una hipoteca para comprarse uno de esos caseríos sobrados de habitaciones y con unos jardines que parecen infinitos? La crisis parece no afectar demasiado a este pesado subgénero de serie Z, que sigue el incansable goteo de películas repetidas.

 

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"Aunque te cueste creerlo, los noventa fueron míos"

 

   Es complicado dar una vuelta de tuerca o una visión nueva; sobre todo cuando ni siquiera se intenta y se cuenta como gran baza de reparto con el amigo Kevin. El Sr. Costner es un actor lento, no en el sentido de esos actores que saben dar pausa a sus personajes, o que se recrean en el método, no, tampoco es lento por esa expresión hierática, su gran aportación interpretativa aquí es quitarse y ponerse las gafas para ver de cerca. No, es lento, simplemente. Nunca ha sido un actor dinámico, capaz de dotar de energía a sus interpretaciones, pero en esta película se mueve especialmente pesado, cansado, cargante, como si estuviera atrapado en unos horribles retortijones preguntándose si el lavabo es un buen lugar donde guardar un Oscar, o andará distraído pensando todo el rato donde estaría si hubiera triunfado Waterworld

   Claro que esa vagancia interpretativa está a la altura del desinterés del resto de la película, del guión, del desarrollo; solo cierta intención plástica no muy afortunada en algunos encuadres de cámara con altas pretensiones y fallidos resultados. En Teoría el gran activo de la película (además, supongo, de contar con Kevin) es el motivo paranormal o extraño que ataca a los habitantes del hogar, dulce hogar.

 

  "Kevin Costner se mueve pesado, como si estuviera atrapado en unos horribles retortijones preguntándose si el lavabo es un buen lugar donde guardar un Oscar"  

 

   Pero a estas alturas es un valor escaso y sobado, cuando ya hemos visto desde fantasmas a extraterrestres habitando en la buhardilla o en el patio de atrás. Una vagancia que se transforma en un desidia insultante a la hora de tratar la transformación de la niña cuando ésta es más o menos poseída –o desvirgada.- La niña se vuelve adolescente. Sí, sin más. Todos los efectos y consecuencias de los cambios que sufre la rizada protagonista son los propios de la adolescencia.

   No es que uno esperara que la moza se pusiera a escupir sapos de colores por la boca, pero tampoco que todas las pistas que se muestran del cambio que sufre la chavalita sean las propias de la simple bordería de esa edad, y tampoco en grado excesivo, normalitas. Vamos, no es Lady Gaga, ni parecido. Es cierto que en algunas ocasiones los adolescentes parecen unos posesos, pero hasta bien llegado el final de la película uno no acaba de discernir si está ante una obra de este subgénero de aluminosis paranormales o ante un drama costumbrista con el habitual enfrentamiento entre un padre separado y su hija adolescente. En todo caso, esperamos que no cale demasiado está indefinición y a los padres, cuando no entiendan a sus hijos revolucionados por el acné, en vez de llevarlos al sicólogo les de por practicar exorcismos o directamente quemarlos en una pira.

 

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"Os he dicho mil veces que no quiero que veáis Waterwold por la tele"
   

   No acabo de entender que una formula tan manida como el de la familia que se va a una casa nueva que, como los Kinder, viene con sorpresa, desperdicie más de media hora en presentarnos la casa y a la familia. No solo los conocemos de sobra, nos los sabemos de memoria. Encima ni aporta nada nuevo ni consigue cierta empatía de los personajes con el espectador. Hombre, se entendería que uno se alargara antes del nudo y del desenlace si en vez de los habituales padre o madre, o ambos, con los dos o tres retoños de rigor, pues fueran un grupo de bomberos, urbanos y una periodista cámara en mano en un edifico de una gran ciudad, o si fueran, en su caso, un grupo de desheredados en una fabela, o un grupo de narcos armados hasta los dientes en una guarida de Ciudad Juárez, donde estaría por ver cómo se las apañarían los seres más o menos paranormales, fantásticos o de otra época, para lidiar con unos habitantes nada contemplativos con las visitas inesperadas.

   En fin, una película donde se repite todos los tópicos y típicos; que si bien se inicia al menos con cierta intención visual y de firmeza en el pulso narrativo se va desfondando a medida que avanza el metraje y se suceden las incongruencias de guión y se acumulan los giros fallidos o insustanciales, ahogándose en ese desaliento de naufragio a medida que avanza la película, a la que se le ven demasiado las costuras de un director europeo sobre una América que desconoce. Hasta los propios actores dejan de creer en ella. Excepto, el bueno de Kevin, ido desde el principio, preocupado –supongo- en encontrar financiación para “Waterworld II, el imperio de las sardinas”./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Condenada a alforfones
     
     
  Recomendada por Kuato a: todos aquellos que no les conceden una hipoteca y no les queda más remedio que seguir viviendo con sus padres. Siempre es mejor lo malo conocido que fantasmas, u otros, por conocer.
     
  No recomendada por Kuato a: agentes inmobiliarios, que saldrán angustiados al ver como ahora que no se venden ni las sobras, un vendedor hortera con la BlackBerry dispuesta a modo de cartuchera es capaz de metérsela doblada con una casa al amigo Kevin.
     
  Ego-Tour de luxe por: que Kevin se presenta ante la profesora y ésta se declara fan, a lo que el “pececito” le contesta que “siempre es mejor encontrarse con una fan que con un crítico.” Pobre Kevin, cuánto hará que no se encuentra con un fan ¿quedará alguno en el mundo?
     
  Atmósfera turbínea por: la justificación para que el prota tenga un arma en casa. Querido Berdejo, es necesaria alguna explicación para que un americano que vive en una casa solitaria en mitad del bosque tenga un arma, o un arsenal.

 

 

   

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