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LA PRÓXIMA VEZ APUNTARÉ AL CORAZÓN crítica: Loca academia de gendarmería

Psychokiller francés con un gendarme más serio y más psicópata que Louis de Funès

SAPO

En la humanidad hay mentes perturbadas, en la tierra hay climas deprimentes, y en la sociedad hay profesiones que te ponen en contacto con el crimen. Si todo ello se combina, es probable que demos con un agente de la gendarmería francesa, destinado en el norte del país donde llueve día sí y día también, al que le da por matar a jovencitas como exorcismo para controlar sus pulsiones internas. Precisamente ese es el personaje principal de la película La próxima vez apuntaré al corazón, basado en un caso real de principios de los años 70 que se dio en el departamento de l’Oise, con el morbo añadido de que el gendarme criminal estaba integrado en el equipo que debía investigar sus propios crímenes. Lógicamente, mientras mostraba una repulsa sobreactuada contra los mismos, entorpecía todo lo que podía el avance de las pesquisas.

No puede dejar de comentarse el excelente título de la película, cuya fuerza expresiva supera con creces el lastre de su excesiva longitud. Por cierto, nuestros gurús patrios de la traducción de títulos no se han atrevido esta vez a usar su incierta creatividad y han hecho una traducción literal que mantiene la energía del original. Pero lo curioso del caso es que el título parece ser obra del auténtico criminal que, a modo de justificación de sus actos, le daba por escribir misivas a las autoridades. En una de ellas, en que comenta un crimen fallido, pues la víctima no llegó a morir, indica con esta frase exacta que la próxima vez tendrá mejor puntería. No siempre se cumplieron sus designios, pues cuando actuaba lo hacía de manera algo atolondrada.

 

La próxima vez apuntaré al corazón

"Pues a mí siempre me gustó más el inspector Clouseau que el gendarme de Louis de Funès"

 

Si alguien piensa, en este punto, que las líneas anteriores están trufadas de spoilers, y que si me tuviera a su alcance me correría a gorrazos, he de decirle que en La próxima vez apuntaré al corazón desde un inicio se sabe quién es el autor de los crímenes y su modus operandi. En cambio, la trama va avanzando en el dibujo del perfil psicológico del gendarme a la vez que la acción oscila entre el punto de vista del criminal y el de la policía y en ambos, obviamente, siempre sale nuestro protagonista.

"La próxima vez apuntaré al corazón resulta una película muy estimable aunque como va a contracorriente de los thrillers actuales no resulta apta para todos los estómagos"

Así, La próxima vez apuntaré al corazón con constantes planos cortos de Guillaume Canet, sublime en su composición del gendarme, y con una fotografía impregnada en tonos grises, resulta incómoda para el espectador. Pensar que alguien amante de la naturaleza, que comparte momentos de afecto con su hermano menor o que sienta la habitual atracción por su asistenta del hogar, sea capaz de tales atrocidades, no es fácil de digerir. El estilo del director Cédric Anger recuerda algo al Michael Haneke de Funny Games pero más contenido, acorde con la introspección que siempre muestra el personaje. Sin embargo, esa incomodidad es una marca de distinción de la producción.

 

La próxima vez apuntaré al corazón

"Si hacen el remake americano que no me interprete Steve Martin con ese ridículo bigotito"

 

Un aspecto muy interesante de La próxima vez apuntaré al corazón es la representación del cuerpo de gendarmes de esa época como una institución anticuada en medios y en mentalidad que, más preocupada de su rivalidad con la policía (versión francesa de nuestra rivalidad guardia civil – policía) no asume que las pruebas apuntan de forma inequívoca a uno de sus miembros hasta que las autoridades superiores les fuerzan. Escena delirante representativa de tal desaguisado es cuando el gendarme propone a su compañero de patrulla simular la persecución del vehículo del criminal para cubrirse las espaldas por su ineptitud. Al alba, a toda pastilla por una autopista vacía y retransmitiendo por radio, como un Matías Prats cualquiera, como el vehículo inexistente del criminal se les escabulle inexorablemente. ¡Absolutamente surrealista!

Por todas las rarezas que describe y como las describe, La próxima vez apuntaré al corazón resulta una película muy estimable aunque, como va a contracorriente de los thrillers actuales, no resulta apta para todos los estómagos. Pero para tranquilidad del espectador, hay que incidir en que los estudios psiquiátricos de los aspirantes a servidores públicos deben ser hoy en día mucho más exigentes que en la década de los 70. Bueno, glups, recuerdo ahora algunos casos recientes con policías muy cercanos en que su comportamiento no parece demasiado razonable...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: los que disfrutan cuando una película de cine negro les hace sentir incómodos: ¡masoquistas!

No recomendada por Kuato a: los que cuando van a ver una película de gendarmes piensan en Louis de Funès en Saint Tropez.

Ego-Tour de luxe por: la escena, filmada desde atrás, en que se ve el coche que lleva al asesino y su víctima avanzando por un páramo desierto, cuando de pronto se describe el crimen de forma descarnada aunque distante.

Atmósfera turbínea por: la improbable escena en que el asesino fugitivo escapa de la policía y sus perros rastreadores sumergiéndose en el agua fría de un río, respirando a través de una caña hueca de junco, durante un largo rato. ¡Yo recomiendo que no lo intenten en sus casas!

 

LA PRÓXIMA VEZ APUNTARÉ AL CORAZÓN. Estreno en Venusville: 11/12/2015

 

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