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MONSTER TRUCKS crítica: Trucksformers

Camiones tuneados y una criaturita prima hermana de E.T. y Flipper, en Monster Trucks

ROBERT THORNHILL

Para los no iniciados en el mundo del motor, los Monster Trucks son camionetas de desguace tuneadas por mecánicos McGyver dotados de enormes ruedas de tractor, que el showbusiness americano aprovecha para entretener a esos yanquis ansiosos de ver chorradas por la tele con sus nachos y sus cervezas. Ese sentido infantil del origen de estos engendros mecánicos es el que acompaña a Monster Trucks, una película con espíritu puramente ochentero en los que la inocencia, el buenismo y los personajes de cuento de hadas, sirven de colchón para sentarse a disfrutar de la peli con el espíritu de un niño.

Y es que lo que realmente sirve de motor a la trama de Monster Trucks es un gracioso bicharraco con cara de ballena alegre, mucha pachorra, tentáculos radiactivos, y que se alimenta de petróleo, al que le vas cogiendo cariño conforme avanza la película, más si cabe, cuando aparecen sus entrañables y aún más pachorras padres. Como pasaba en las míticas Gremlins y E.T., ese aire retro de los ochenta se ejemplifica por esa buddy movie que se forma entre ese pulpo gigante y el joven manitas Lucas Till (el Havok de las nuevas X-Men) conformando una atípica pareja de aventureros que no paran de correr huyendo de esos malotes que quiere acabar con el engendro marino. El nombre del protagonista (Tripp) y el apodo que le pone al mamífero mutante (Creech), por no hablar del bonachón Sheriff  Rick, son señales inequívocas de que Monster Trucks es una película ideal para llevarte a tus sobrinitos al cine con unas chuches y un refresco de cola.

 

Monster Truck: cine fantástico

"No te equivoques, lo que me sale de entre las piernas es un tentáculo y no es mío"

 

Al igual que las piernas de Pedro Picapiedra servían para moverse con su Troncomóvil por Piedradura, los tentáculos energéticos de nuestra bondadosa criatura tienen la habilidad de ser el eje motor de la Monster Truck construida por su mañoso compañero protector, creándose una graciosa simbiosis entre máquina y piloto, como el que tuvo Lindsay Lohan en Herbie: A tope. Para acabar de redondear ese cándido paisaje Disney, no podía faltar una bobalicona relación entre esa niñita enamorada (Jane Levy) del chico más friky de de la clase, que se pega a él como una lapa conformando un trío aventurero con el monstruo-máquina y un Lucas Till que se hace el sueco.

"Lo que sirve de motor a la trama de Monster Trucks es un gracioso bicharraco con cara de ballena alegre, mucha pachorra, tentáculos radiactivos, y que se alimenta de petróleo"

Pero bueno, la verdad es que de los chavales protagonistas, e incluso de ese Rob Lowe haciendo de implacable empresario o de Danny Glover haciendo de sí mismo, poco nos acordaremos dentro de unos años, como tampoco lo haremos de un guion escrito y desarrollado para enseñarnos todo lo que puede llegar a hacer una molona camioneta tuneada con una ballena radioactiva. Y ya sabemos que en las pelis de coches como A todo gas, 60 segundos o Cars, la verdadera gracia está en pasarlo teta con esos momentos palomiteros adrenalíticos que amortizan la entrada en el cine.

 

Monster Truck: cine fantástico

"Ahora sé por qué decía Ted Danson que el monstruo de Lago Ness era un picha brava"

 

E independientemente de su quizás excesivo ñoñismo argumental, lo que realmente vale la pena de Monster Trucks es disfrutar de esas fantasmadas en las escenas de acción, viendo trepar como si fuera Batman a nuestro vehículo monstruorizado, o ir saltando tejado a tejado, poniendo la guinda una trepidante persecución final con explosiones incluidas. Salpicado todo por la entrañable presencia de la ballena octópoda a la que vemos borracha por un colocón de gasolina asomando el ojo por el salpicadero de la camioneta, o tirándole agua a Tripp como si fuera el delfín Flipper, provocando que poco a poco se vaya ganando el corazón del espectador.

Pese a que se ha asociado Monster Trucks a películas como Transformers, nada tiene que ver con la peli de Michael Bay salvo el omnipresente espíritu de aventura y acción. Por supuesto que hay un paralelismo con Herbie: A tope y también con la animada El gigante de hierro, y cómo no, también vemos rasgos de E.T., el extraterrestre, teniendo Lucas Till que asumir la responsabilidad ecológica que tuvo Elliot en su momento, de proteger a Creech de los malvados que lo quieren eliminar. Pero bueno, la caracterización de esa ballena con cara de buena con extremidades capaces de todo, dan un toque diferenciador a una película cuyo target son aquellas mentes que aún conservan el espíritu juguetón de los ochenta, y cumple con creces con su objetivo de entretenimiento blanco.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: los que llevan a sus sobrinos a ver espectáculos acuáticos al zoo.

No recomendada por Kuato a: los que películas como Flipper o Babe, el cerdito valiente les provoquen gonorrea.

Ego-Tour de luxe por: esas escenas de acción con los tentáculos de Creech haciendo virguerías en el aire.

Atmósfera turbínea por: que se echa en falta un final feliz con la pareja de jovencitos dándose un casto beso de amor: Michael Bay no hubiera perdido esa oportunidad.

 

MONSTER TRUCKS. Estreno en Venusville: 04/01/2017

 

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