NON-STOP (SIN ESCALAS) crítica: Mal día para dejar de beber

Mal día para dejar de beber

Liam Neeson toma la decisión crítica de ser
el pasajero 57 mientras aterriza como puede

Por Robert Thornhill

<Desde tiempos inmemoriales hemos ido viendo cómo se producían asociaciones de directores con actores fetiche que siempre elegían como hombres-franquicia a la hora de liderar sus películas. La carrera de Vincent Price no se entendería sin su asociación con Roger Corman, ni John Wayne hubiera alcanzado el trono del oeste sin haberse convertido en el ojito derecho de John Ford, y actualmente Martin Scorsese y Leonardo Dicaprio son un perfecto ejemplo de sociedad limitada que se entiende a la perfección, como ha quedado demostrado con la obra maestra El lobo de Wall Street, por no hablar de esa pareja de frikis como Johnny Deep y Tim Burton, cuyas filmografías no se entenderían el uno sin el otro.

Pues parece que ya tenemos aquí la última pareja cinematográfica de hecho, gracias a que Jaume Collet-Serra ha encontrado en el sesentón y fornido Liam Neeson a ese antihéroe ideal que protagonice sus thrillers hitchcocknianos. Después de conocerse exitosamente en Sin identidad hace 3 años, vuelven ahora juntitos a las carteleras con este Non- Stop (Sin escalas), y el año que viene repetirán con otro thriller como Run all night, películas que difieren en la forma pero que el fondo es muy similar: se trata de presentarnos a un humilde hombre de a pie con un pasado turbio, para luego ponerlo en un brete y putearlo toda la peli, resurgiendo como héroe por un día.

"Que levante la mano quien quiera que haga Venganza 3"

De este modo, hablar de Non-Stop es hablar de Collet-Serra y de Neeson: es la típica película que está al límite de la serie B que se sostiene porque detrás de las cámaras hay un director que sabe lo que se hace y que cuenta con un protagonista principal de imponente presencia con una credibilidad fuera de toda duda. El gran mérito de hacer de esta peli un gran vehículo de entretenimiento que no haya caído en el peligro del esperpento hay que concedérselo al Sr. Collet-Serra, que saca petróleo de unos mimbres que si cayeran en otras manos menos hábiles, no creemos que pasara de la sala de montaje. Y es que Non-Stop tiene que superar los hándicaps de que 1) se desarrolla casi en un 90% en el interior de un avión, con las dificultades que ello comporta; 2) el guion tiene más agujeros que la capa de ozono, algunos sonrojantes; y 3) los personajes son de un estereotipado que asusta: no falta el chinito, ni el musulmán con su turbante, ni la tía buena calentorra, ni el negrito cachondo tocapelotas, por no hablar de la típica dulce niñita con su consiguiente peluche… Solo falta Leslie Nielsen para parecer los pasajeros de Aterriza como puedas.

"El gran mérito de hacer de esta peli un gran vehículo de entretenimiento que no haya caído en el peligro del esperpento hay que concedérselo al Sr. Collet-Serra"

Superando todos estos contratiempos, Collet-Serra consigue enganchar al espectador haciendo un alarde de maestría en el género del thriller en su variante del whodunit, con un Liam Neeson en plan Hercules Poirot que va dando la información justa para mantener la intriga, y va manteniendo la ambigüedad de varios personajes (entre ellos el de Julianne Moore) para que nadie quede fuera de sospecha. Intercala además alguna escenita de acción y añade sutiles momentos de humor contenido, de forma que Non-Stop resulta en su conjunto una peli de fácil digestión que divierte intentando adivinar quién es el villano que martiriza a nuestro antihéroe.

"¿Lo ves? En Decisión crítica envían a Steven Seagal a tomar viento sólo empezar la peli"

Aunque si alabamos los aspectos positivos personificados en la figura del director, también hay que reseñar lo que hace que no se pueda considerar una película redonda. Si ya en Sin identidad era evidente que la credibilidad de la resolución de la trama hacia aguas por todos lados, en Non-Stop se nota que los guionistas no se han preocupado ni un minuto en crear un villano con mayor verosimilitud y con mayor consistencia ideológica (sus motivaciones son muy sibilinas), y lo que es peor: provoca que se cuestionen episodios de la peli. Aplaudimos el honorable propósito de divertir al espectador y de crear productos de consumo rápido, pero si no es mucho pedir, habría que exigir unos ciertos mínimos que nos permitan disfrutar de una película cuantas veces las veamos.

En cuanto a Liam Neeson, ¡quién le ha visto y quién le ve! Le ha llegado tarde la vocación de héroe de acción, pero pocos hoy en día pueden alardear de tener una franquicia tan exitosa como la de Venganza, además creando su propio estilo, que nada tiene que ver con el músculo ni la extravagancia: no le veremos correr, las mujeres no son objetos sexuales para él, y sólo utiliza la fuerza en caso de extrema necesidad, pero ese porte de poca broma, esa presencia imponente y esa voz atemorizadora (le puso la voz al león Aslam de Las crónicas de Narnia), son bazas que hacen de él una nueva figura del cine de acción moderno donde ya sabemos que la cana es un mérito. No nos extrañaría verlo próximamente formando parte del selecto grupo de maduritos Mercenarios (seguro que el gato Sylvester está al acecho de cazar una nueva pieza para su colección de octogenarios héroes). La sociedad de Jaume Collet-Serra y Liam Neeson vuelve a crear un producto rompetaquillas, una versión 2.0 de “Los 10 negritos” que no pasará a la historia del cine por su originalidad pero que garantiza un par de horillas de agradable distracción, que buenas son./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey



		Recomendada por Kuato a: los que renegaron de las películas de aviones desde haber sufrido *Serpientes en el avión*.

		No recomendada por Kuato a: aquellos que estén más preocupados en encontrar gazapos que en disfrutar la película. Se estresarán mucho.

		Ego-Tour de luxe por: un Liam Neeson que, ante los coqueteos de una rubita cañon, le suelta un lapidario “eres demasiado joven para mi”. Un auténtico tío duro, sí señor.

		Atmósfera turbínea por: el minúsculo papel de la oscarizada Lupita Nyong`o, que demuestra que ahora los Oscar se los dan a cualquiera.