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NUNCA DIGAS SU NOMBRE crítica: Candyman para aficionados

Terror de segunda con un Hombre del Saco primo de Candyman en Nunca digas su nombre

BETO

Nueva peli de terror con jovenzuelos imberbes de protagonistas. Stacy Title, realizadora con un currículum más bien pobre y cuyo título más destacado es La última cena, comedia negra con Cameron Díaz de protagonista, se ha encargado de la dirección de este proyecto. En esta ocasión nos encontramos con tres amiguetes que en su nueva morada descubren que al pronunciar en voz alta el nombre de un ser misterioso, éste se convierte en real y los turulata de tal manera que empiezan  a no distinguir lo que es real y lo que es ilusión, poniendo en peligro sus vidas y las de los que les rodean. De entrada, ya cuesta de creer que el nombre de este ser, "Bye Bye Man", no sea pronunciado de forma fortuita por nadie ajeno a esta historia, y que hasta que estos chavalines lo ven escrito nadie haya tenido los santos co... de pronunciarlo. Si se hubiese llamado Rumpelstinkin o algo por estilo lo entendería, pero en este caso francamente no cuela.

Aunque el guión está basado en un relato de Robert Damon Schneck, la película parece un pastiche de otras historias que tuvieron más o menos éxito. ¿Quién no se acuerda de Candyman, que aparecía cuando se repetía su nombre tres veces delante de un espejo? O la transmisión de la maldición de uno a otro, que ya hemos visto en multitud de ocasiones, siendo It Follows el exponente más original en el cine reciente. está bastante claro que, sin conocer al detalle las intenciones de los padres de este invento, todo parece orientado a extender las andanzas del personaje en posteriores secuelas, y conseguir una especie de Destino final con un personaje con cara y ojos. Pero, ¿lo conseguirán? Veremos que no será tan fácil...

 

Nunca digas su nombre: terror

"Llevo tres horas pronunciando el nombre de Brad Pitt y de momento nada"

 

 Nunca digas su nombre cumple con lo que se esperaba de ella, que es más bien poco. Está repleta de clichés del género introducidos de manera atropellada: invocaciones, figuras en las sombras, sótanos lúgubres, visiones espeluznantes, la biblioteca donde uno se documenta y siempre encuentra pistas (qué haríamos sin ella... ), etc. El hilo argumental es más bien flojo, y muchos de los acontecimientos se producen por la cara, como la escena del atropellamiento del tren o la conversación con la bibliotecaria (si sabes que es tan peligroso pronunciar su nombre, ¿por qué metes en ese embrollo a la pobre mujer?).

"Nunca digas su nombre parece un pastiche de otras historias que tuvieron más o menos éxito"

Los incidentes y la presencia de Bye Bye Man no siguen ninguna pauta, lo que consigue que el espectador se dedique a contemplar con cierta desidia lo que sucede en la película. Vamos, que uno conecta con la peli menos que Mark Wahlberg como cantante heavy en Rock star. Esta poca conexión se debe a que se tiene la sensación de que la película está hecha con prisas, y no aprovecha ni sabe explicar ciertos ítems que posiblemente estén explicados en la novela, como el por qué Bye Bye Man lanza monedas, o cuál es el motivo por el que se escucha el sonido de un tren cuando la presencia de nuestro amigo encapuchado y la bestia que va con él están más cercanos a los protagonistas.

 

Nunca digas su nombre: terror

"La próxima vez invoca a José Mota y tendrás más suerte"

 

De hecho, una de las pocas satisfacciones que nos dan este tipo de películas es ver cómo van cayendo espachurrados uno tras otro sus protagonistas, pero aquí  la suerte de nuestros amigos no se resuelve hasta el final, y de forma embarullada y poco creíble. Atentos a la pelea final en la casa, porque hay algo que no cuadra. Ni siquiera los efectos visuales juegan a su favor, ya que su nivel es más bien justito (he visto incendios de casas más creíbles en películas con presupuestos más ajustaditos). Como punto a favor, decir que Nunca digas su nombre huye del susto fácil y de los sonidos pasados de decibelios. Algo es algo.

¿Qué más se puede salvar de Nunca digas su nombre? Sin duda alguna sus cinco minutos iniciales, que descolocan y hacen que uno se las prometa muy felices. De hecho, la historia del periodista, junto con la breve presencia de Vanessa Redgrave son de lo mejorcito de la peli. Y también salvaríamos a Bye Bye Man, una especie de parca siniestra acompañada de una especie de perro terrorífico que dan cierto repelús. Visualmente estos personajes están bien, tiene un cierto aire lovecraftiano, pero es poco bagaje para considerar que la película llegue a los mínimos exigibles.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: caseros que no saben cómo librarse de inquilinos molestos. Contraten a un Bye Bye Man y verán cómo se solucionan tus problemas.

No recomendada por Kuato a: los bibliotecarios. Será mejor que no se metan en los trabajos de investigación de los estudiantes...

Ego-Tour de luxe por: el día de furia particular del periodista que investigó el caso a finales de los sesenta. ¡Eso sí que es manejar una escopeta!

Atmósfera turbínea por: lo absurdas que son las muertes de los protagonistas. Una muestra más del embrollo mental en el que se desenvuelve la película

 

■ NUNCA DIGAS SU NOMBRE. "The Bye Bye Man" (2017). Director: Stacy Title. Guión: Jonathan Penner. Reparto: Douglas Smith, Lucien Laviscount, Cressida Bonas, Doug Jones, Michael Trucco, Faye Dunaway, Erica Tremblay, Cleo King, Marisa Echeverria, Jenna Kanell y Carrie-Anne Moss.

 

 

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