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PROYECTO LÁZARO crítica: Viva la vida

Todo lo que quiso saber sobre cómo continuaba Abre los ojos y nunca se atrevió a preguntar 

CHEMA PAMUNDI

Proyecto Lázaro va de resurrecciones. Concretamente de un joven que, ante la tesitura de morir de un cáncer incurable con sólo 32 años de edad, decide suicidarse y criogenizarse para ser revivido en el futuro, cuando la tecnología haya avanzado lo suficiente como para tratarle la enfermedad y proporcionarle la longevidad que ahora se le niega. Sin embargo, por desgracia para él, sus proyecciones optimistas de un “reset” en condiciones distan mucho de la parodia de vida que le esperará cuando le vuelvan a poner el corazón en marcha. O sea, un “cuidado con lo que deseas” nivel Dios.

Cuando uno lee que se va a estrenar una película española de ciencia-ficción dura, la primera palabra que le suele venir a la cabeza es “coñazo”. El cine español ha madurado mucho en casi todos los subgéneros del fantástico... a excepción de la ciencia-ficción, que es cara de producir y en la que aún seguimos en pañales. Con apuntar que uno de nuestros principales referentes es aún El astronauta de Tony Leblanc, o certificar el entusiasmo acrítico con el que todos hemos abrazado El ministerio del tiempo (porque no hay otra cosa), ya está todo dicho. Títulos como Proyecto Lázaro intentan abrir una puerta que cambie esa dinámica.

 

Proyecto Lázaro: ciencia ficción

"Si Robert Duval salía en THX 1138 pelado como un melón, yo no voy a ser menos"

 

Sin embargo, Proyecto Lázaro es una cinta paradójica en este aspecto, a la vez un firme paso adelante para el cine de género patrio y una oportunidad perdida de haber hecho algo realmente grande y exportable (que era lo que se pretendía). Se queda a medio camino de lograrlo por tener una ambición mayor que su realidad presupuestaria, es decir que se le notan demasiado las cuatro cañas con que está hecha por mucho que pinte el mundo del mañana a base de decorados pulcros, minimalistas y de paredes blanquísimas estilo Gattaca o THX 1138. Tampoco juega a su favor que tras la cámara haya un director como Mateo Gil, que lleva ya a sus espaldas tres películas y alguna que otra TV movie y todavía parece estar a medio hacer. Es correcto, no comete errores de bulto, pero dista mucho de ser brillante.

"Proyecto Lázaro es un firme paso adelante para el cine de género patrio y una oportunidad perdida de haber hecho algo realmente grande y exportable"

Aún así, que una cinta de cifi dura hecha aquí aguante todo su metraje sin que el guión se descosa en ningún momento, sin hacer la menor concesión al cine espectáculo y sin acabar produciendo vergüenza ajena es, de por sí, un milagrito que cabe aplaudir (ahí tenemos por ejemplo el Autómata de Gabe Ibáñez, que caía justo en esas tres trampas). Quizás ya sería demasiado pedirle que encima no tuviera bajones de ritmo, que el elenco de actores no fuese una completa sosería, que la puesta en escena no pareciese alternativamente un anuncio de Danacol, de Ferrero Rocher o de Estrella Damm, o que no se abusara de una narración en off sermoneante y postiza para subrayar cosas que las imágenes ya explican (o deberían explicar) por sí solas.

 

Proyecto Lázaro: ciencia ficción

"Recuerda que para imitar a Gattaca, Ethan Hawke cuando meaba se la sujetaba con la izquierda"

 

O sea, que toca conformarse con una historia romántico-futurista razonablemente bien contada y punto. Sí, porque esto no lo había dicho pero Proyecto Lázaro es, en su tuétano, una historia de amor. Es una historia bonita, desde luego, posiblemente la parte que mejor funcione de la película y más hondo cale (el peso dramático recae en Oona Chaplin, la única actriz del reparto que alcanza a transmitirnos algo), pero al mismo tiempo es un truco evidente de guionista con el que Mateo Gil deriva la película hacia el melodrama de sacar los pañuelos y moquear, evitando profundizar en la interesante tesis científica y moral que había planteado. En eso también persigue las sombras de Gattaca o THX 1138, pero esas dos obras entrelazaban géneros, conceptos filosóficos y pulsiones emocionales con una naturalidad orgánica de la que Proyecto Lázaro carece.

Los mayores méritos en el currículum de Gil siguen siendo haber firmado en su día para Alejandro Amenábar los guiones de Tesis y Abre los ojos, de la que Proyecto Lázaro podría entenderse como una suerte de continuación bastarda (su punto de partida es exactamente el mismo que el final de aquella). Respecto a su carrera como director hay que alabarle la valentía de embarcarse por caminos poco trillados como el thriller de roleros psicópatas (Nadie conoce a nadie), el western desértico (Blackthorn), o el futurismo de la cinta que nos ocupa. Pero sigue dejando cierta sensación de “quiero y no puedo”, de que se desenvuelve mejor escribiendo que filmando y de que, al dividir esfuerzos entre ambas empresas, la calidad del conjunto se diluye. Aún así, repito lo dicho: Proyecto Lázaro es ciencia-ficción española que no apesta. Es un principio.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: fans de Black Mirror, la serie de TV. Proyecto Lázaro podría insertarse perfectamente en cualquiera de sus temporadas.

No recomendada por Kuato a: quien esté pensando “hacerse un Walt Disney” y criogenizarse al morir. Según nos cuenta la peli, mola más bien poco.

Ego-Tour de luxe por: ciertas escenas (por desgracia, contadas), en las que consigue transmitir la angustia del protagonista al haberse convertido en una cobaya humana de laboratorio.

Atmósfera turbínea por: otras escenas (por desgracia, numerosas) en que las reflexiones en off del protagonista son de nivel frase de galletita de la fortuna.

 

PROYECTO LÁZARO. Estreno en Venusville: 13/01/2017

 

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