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PURO VICIO crítica: Tanto vicio saca de quicio

Puro vicio, cine negro indie con personajes más estrafalarios que una orgía de ácido lisérgico

SAPO

Adaptar al cine una novela es tan antiguo como el propio séptimo arte. Pero claro, hay novelas más fáciles de adaptar que otras y escritores con universos interiores que destilan mejores historias que otros. Puro vicio es la adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2012. Si se precisa que este autor, nacido en 1937, está considerado como de culto por la modernidad, que a lo largo de sus 78 años de existencia ha sido asiduo a las experiencias con substancias lisérgicas, que nunca aparece en público, y que esta es su primera obra adaptada al cine, la conclusión no puede ser otra que: achtung, danger, peligro… ¡Espectadores, cuerpo a tierra! Aunque si el proyecto está en manos de Paul Thomas Anderson y éste cuenta con un elenco de actores potente, se podría pensar en que todavía habría alguna esperanza: ¡error!

Va a costar explicar de qué va la historia, no por riesgo de indómita revelación de spoilers sino porque la historia no tiene por donde echarle mano. Podríamos decir que, a principio de los años 70, un detective privado de Los Ángeles muy sui generis, interpretado por Joaquin Phoenix, se ve involucrado a investigar un caso para hacerle un favor a una antigua novia. Hasta aquí la cosa empieza normal a pesar de que la forma de introducir la acción resulta confusa y difusa. El detective tiene que lidiar durante toda la trama con su contrapunto, un oficial de policía medio paranoico que lleva a la pantalla Josh Brolin.

 

"Si con esta peli no triunfamos, hacemos Miedo y asco en Las Vegas 2"

 

Pero es que la trama es un no parar de entrar y salir personajes, a cual más estrafalario, con un esquema de relaciones más embarullado que una madeja de lana entre las garras de una gato borracho. Aunque ciertamente hay un hilo conductor: el estado alucinado de la mayoría de los personajes, lo que no ayuda precisamente a la coherencia del desarrollo. Resumiendo, la historia es un coctel de secuestro, corrupción policial, prostitución, pedofilia, tráfico de drogas, espionaje y corrupción urbanística. Y puede que me deje algo.

"La trama es un no parar de entrar y salir personajes estrafalarios con un esquema de relaciones más embarullado que una madeja de lana entre las garras de una gato borracho"

En este punto, alguien ingenuo esperaría que, a pesar de no pillar demasiado de la historia, la película ofreciera un buen entretenimiento y desmadre puesto que, personaje más o menos, todos andan medio colocados por drogas o por espiritualidad desenfrenada. Todo lo contrario. Aunque suene a contradicción, Puro vicio es de un aburrimiento asfixiante. El ritmo es cansino, abundan los diálogos incomprensibles trufados de filosofía barata y el exceso de personajes, algunos muy parecidos físicamente y de forma de vestir, acaba por aturdir. Y todo ello durante dos horas y media de metraje. Con los tiempos que corren, alguien de producción hubiera podido recortar algo, ¿no?

 

"Tú no me engañas, tú te estás preparando para I'm Still Here 2"

 

Luego está la interpretación que hacen los actores de sus personajes. Si la mayoría van de colgados, cierto histrionismo es comprensible pero al menos deberían haberlo mezclado con humor y no con esa atmósfera triste y sombría que acapara muchas de las escenas. En ese conjunto los guiños graciosos, que los hay, resultan patéticos. Y dado que la acción transcurre en la California hippie, al menos la banda sonora debería haber tomado más protagonismo. Pero en lugar de una serie de hits clásicos, la mayor parte del tiempo se somete al espectador a una sesión de tortura con los maullidos desafinados del mismo gato de antes.

Y para no concluir la crítica de la película sin sacar algo positivo, hay que admitir que la recreación de la época es muy buena, incluyendo el vestuario. Bueno, y Katerine Waterstone, la actriz que hace de ex del detective que, a pesar de su expresión lánguida, deleita con un tipillo extraordinario. Cosa que no puede decirse de Joaquin Phoenix que anda fondón y de un desaliñado subido (patillas a lo mega Curro Jiménez incluidas). Ignoro si ha sido un proceso de aproximación física al personaje o han aprovechado su declive corporal. Por puro vicio, espero ya con fruición el próximo proyecto de Paul Thomas Anderson. Pero, por caridad, que no sea otra adaptación de Thomas Pynchon y, si es posible señor Anderson, vuelva a sus orígenes.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: los adictos al histrionismo en estado puro.

No recomendada por Kuato a: los que gustan de disfrutar del cine con las facultades mentales en perfectas condiciones.

Ego-Tour de luxe por: la idea de alquilar un consultorio médico para poner la oficina de un detective privado.

Atmósfera turbínea por: la constante voz en off femenina que apuntala el relato de la historia, de la que aún no sé a quién pertenece.

 

PURO VICIO. Estreno en Venusville: 13/03/2015

 

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