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TESTIGO crítica: Algo huele a podrido en la vida de los otros

Thriller francés de espías con François Cluzet de protagonista, aunque sin Omar Sy, en Testigo

SAPO

Ciertamente, el thriller realizado en Europa ha tenido desde siempre una factura alejada de los estándares de la meca del cine. Las diferencias podrían resumirse en un mayor peso de los elementos psicológicos y una menor espectacularidad en las escenas de acción. El clásico polar francés de toda la vida era un fiel reflejo de esta circunstancia con Lino Ventura y Alain Delon en blanco y negro, o incluso Jean-Paul Belmondo a todo color. Pero la globalización llegó para imponer los cánones hollywoodianos, y cada vez más los thrillers de ambos lados del Atlántico empezaron a parecerse. Aunque a toda acción, reacción: autores noveles han salido para reivindicar la factura clásica europea como se ha visto con las últimas producciones nórdicas. Es en esta línea que cabe incluir la producción francesa Testigo, ópera prima del director Thomas Kruithof.

Testigo aborda cómo el protagonista François Cluzet, un contable sesentón en paro y con problemas de adicción al alcohol, se ve involucrado en una trama de espionaje y contrapoder en la sombra en el ámbito político, a pocas fechas de la elección presidencial francesa. Sintiendo la necesidad de sentirse todavía útil, ante las grandes dificultades para reintegrarse al mundo laboral, acaba aceptando un trabajo peculiar pero aparentemente sencillo: transcribir en papel el audio de unas cintas que recogen escuchas ilegales. Es a partir del momento que escucha grabaciones que recogen la comisión de crímenes que intenta apartarse, pero ya es demasiado tarde. Atrapado a pesar suyo, lucha por sobrevivir intentando no perder su visión ética de las cosas, lo que la policía no parece tener tan claro.

 

Testigo: thriller

"Y yo que creía que esto iban a ser chistes de Eugenio y Chiquito de la Calzada..."

 

En este punto debo detenerme una vez más en la pésima traducción del título francés original “La mécanique de l’ombre”. El original da pistas sobre la trama que el espectador verá representada en la película mientras la traducción española, Testigo, despista completamente. Suerte que no tengo a mano al responsable de tal atropello filológico porque de lo contrario, yo mismo me convertiría en el protagonista de un thriller carcelario.

"La puesta en escena contenida y la fotografía de colores apagados son determinantes para remarcar el tono psicológico de Testigo"

Un aspecto primordial de la película es su factura. La puesta en escena contenida y la fotografía de colores apagados son determinantes para remarcar el tono psicológico de la misma. La interpretación de un omnipresente François Cluzet es excelente. Además, el resto del elenco no desentona y todos los personajes emanan una fuerte credibilidad. Es verdad que, al avanzar la historia, ésta pierde algo de fuelle y que la trama secundaria del protagonista con una compañera de las reuniones de alcohólicos anónimos no resulta tan redonda, pero aún así el conjunto resulta notable.

 

Testigo: thriller

"Eugenio y Chiquito ya están anticuados, ahora lo que se lleva es El club de la comedia"

 

Otro aspecto interesante es la contraposición entre el momento presente sintetizado en unas elecciones marcadas por la presión de acciones terroristas de carácter yihadista y un mundo reciente anterior que ha desaparecido. Ese era el mundo que grababa la música en cintas de cassette y que escribía los documentos con máquina de escribir, eléctrica, eso sí, que he dicho reciente. La imagen del protagonista en un apartamento, prácticamente sin mobiliario, sentado frente a la máquina, escuchando las grabaciones con los auriculares puestos, la mirada perdida, y aporreando las teclas para transcribir las escuchas nos transporta inevitablemente a la sublime La vida de los otros, de Florian Henckel.

Por último, destacar la fiel descripción que hace la película de los organismos secretos que emponzoñan la vida pública para proteger los intereses del poder económico y político. Son organizaciones a cargo de personajes oscuros como el que contrata a nuestro protagonista, buscando elementos de fidelidad absoluta y sin capacidad crítica. Sin embargo, les pierde la falta de feedback sobre las personas a su cargo, y ello acaba por debilitar el tinglado. En ese momento sólo falta la aparición de un Cluzet cualquiera para que todo se vaya al traste, como en el desenlace de la trama de Testigo cuando parece que el mal está a punto de vencer. Aunque todo se podría haber evitado con haber enviado a tiempo un simple mensaje: “Cluzet, sé fuerte”.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de Yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: los fans de las películas en que la trama recibe un tratamiento crepuscular.

No recomendada por Kuato a: los que ligan thriller con acción desenfrenada de forma inexcusable.

Ego-Tour de luxe por: la evocadora escena, al inicio de la película, en que el protagonista aparece sentado en el suelo de su oficina, derrotado, al lado de una interminable hilera de cajas de expedientes que acaba de ordenar tras pasar la noche en vela.

Atmósfera turbínea por: el sucedáneo de salmos religiosos que se recitan en el grupo de ayuda a alcohólicos anónimos al que acude el protagonista para controlar su pulsión hacia la bebida.

 

TESTIGO. "La mécanique de l’ombre” (2016). Dirección: Thomas Kruithof. Guión: Thomas Kruithof y Yann Gozlan. Reparto François Cluzet, Denis Podalydès, Sami Bouajila, Simon Abkarian y Alba Rohrwacher.Estreno en Venusville: 09/06/2017

  

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