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THE GUEST crítica: Adivina quién viene esta noche…

Inviten a su casa a The Guest y les solucionará todos sus problemas familiares a balazo limpio

CHEMA PAMUNDI

Pues sí, Adam Wingard ha decidido que se queda a vivir en los 80. Ya lo parecía tras aquella estupenda carta de amor al cine cafre de serie B que era Tú eres el siguiente, y la impresión se confirma con la aún más inclasificable, marciana y lunática The Guest, que hace unos menudillos la mar de apetitosos con los subgéneros de invasión doméstica, psicokillers con piel de cordero (modelo Rutger Hauer en Carretera al infierno), comedia negra e incluso thriller de acción con ecos de la saga de Jason Bourne (pero en versión histérica). Así en frío puede parecer un cóctel de demasiadas cosas, pero lo cierto es que durante la mayor parte del metraje Wingard está demasiado ocupado haciéndonos pasarlo pipa como para ponerse a decidir en qué género encajaría mejor su película.

Los Peterson (padre, madre y pareja de vástagos adolescentes) reciben la visita de David, un soldado que dice haber sido amigo íntimo del hijo mayor de la familia, Caleb, muerto en acto de servicio en Afganistán. Viendo que David es un chavalote de lo más educado, sano y agradable, mamá Peterson le ofrece que se quede unos días con ellos. En un tiempo récord, David logra convertirse en una presencia imprescindible en la casa, ganándoselos a todos. Bueno, a casi todos, pues tras un par de sucesos sospechosos la hija de la familia empieza a olerse que David no es tan trigo limpio como parece, y se pone a investigarle. ¡Ay, hubiera sido mejor que se quedase quietecita! Porque cuando se descubra el pastel que oculta el supuesto huésped perfecto, la situación degenerará en una masacre de las que hacen época.

 

"No seré un auténtico invitado hasta que el candelabro Lumiere me cante el 'Be Our Guest'"

 

Al igual que ya ocurría en anteriores obras de Wingard como A Horrible Way To Dieo la ya mencionada Tú eres el siguiente, por debajo del festival de violencia amoral que es The Guest se atisba un análisis con muy mala leche sobre las mentiras, desconfianzas y roles forzados que se desarrollan en todo núcleo familiar. Habría que preguntarle al director si tiene algún tipo de fijación con este tema, pero el caso es que le encanta pillar por banda a una familia tipo, hacerla trizas y luego analizar los pedacitos. Las conclusiones a las que llega suelen ser de lo más descorazonadoras. Pero vamos, que The Guest tampoco pretende desarrollar una tesis al respecto, y de hecho quizás sea la historia más simple y directa que Wingard ha filmado hasta la fecha. En realidad toda su sustancia se reduce a un solo factor, un único personaje sobre cuyas espaldas sostener el armazón dramático del film: el invitado del título. Por suerte el tipo se pasa el 90 % del tiempo en pantalla, así que no hay de qué preocuparse.

"La cinta es una montaña rusa que cuando por fin pega el acelerón ya no vuelve a pisar el freno hasta los títulos de crédito finales"

El actor que lo interpreta, Dan Stevens, compone uno de esos villanos con los que te irías de vuelta al mundo si te lo pidiera, un encantador de serpientes, un vendedor de crecepelo con una sonrisa desarmante, que te estrecha la mano efusivamente mientras esconde un pistolón en la otra. David sabe detectar a la primera las debilidades de cada miembro de la familia y metérselo en el bolsillo con un pequeño favor en el momento preciso, una frase bien dicha y un guiño de complicidad. Una de las victorias de la película, justamente, es conseguir que el espectador empatice con semejante hijo de puta: David es el reflejo oscuro de todos nosotros, ese demonio que llevamos dentro y que nunca dejamos salir... aunque mira que nos quedaríamos a gusto si lo sacáramos a pasear en ciertas situaciones. Aunque sólo fuese un ratito.

 

"Decidle a Denzel Washington que le reto a un duelo de invitados cuando quiera"

 

La cinta es una montaña rusa que durante su primera media hora va ascendiendo poco a poco (mientras destila una sensación creciente de “aquí se va a liar la marimorena”), pero que cuando por fin pega el acelerón ya no vuelve a pisar el freno hasta los títulos de crédito finales, apoyada en una mezcla muy bien calibrada de suspense/humor/acción, y en una puesta en escena que revisa los cánones estilísticos del cine ochentero sin complejos pero sin caer tampoco en la parodia hortera (y que incluye una estupenda banda sonora a base de hitazos electro-pop: Love and Rockets, Sisters of Mercy, SURVIVE, Clan of Xymox...).

The Guest es tosca, ridícula, gratuitamente bestia y esquizofrénicamente divertida. No resulta extraño que en su último tercio, cuando ya la trama enloquece por completo y la sangre empieza a correr a borbotones, la platea en pleno bata palmas sin acabar de decidir si tomar partido por los buenos o por los malos; y es que a veces, cuando estás disfrutando de un verdadero partidazo, el cuerpo te pide olvidarte de tus colores y celebrar con igual pasión los goles de ambos equipos...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: espectadores que sepan disfrutar del placer culpable de divertirse con una película-gamberrada sin plantearse nada más.

No recomendada por Kuato a: quien crea que el único patrón válido de thriller neo-noir es la sutileza estilizada de Drive.

Ego-Tour de luxe por: el descubrimiento de Maika Monroe (interpreta a la hija de la familia) como nueva “scream queen” de la serie B más estimulante. Entre ésta película y la apabullante It Follows, la muchacha se está currando una filmografía de género envidiable.

Atmósfera turbínea por: que The Guest funciona mejor mientras no ofrece respuestas a lo que está pasando en realidad (¿a quién le importa un cuerno?), así que las explicaciones con las que intenta atar cabos en su segunda mitad son quizás un lastre narrativo innecesario.

 

THE GUEST. Estreno en Venusville: 10/04/2015

 

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