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UN ESPÍA Y MEDIO crítica: Espías a la fuerza

Dwayne Johnson y Kevin Hart son la i y el punto de los espías en Un espía y medio

RAY ZETA

Una de las principales dificultades, si no la mayor, de las comedias de acción, es saber combinar de manera compensada ambos géneros, la comedia y la acción. Por lo que a nosotros respecta, venusvilleros de pro más afines al cine de tiros y mamporros que al de tartas de nata y caídas de culo, el secreto radica en que la acción predomine sobre la comedia en líneas generales, y esta segunda subyazca como fondo. Sólo así obtendremos obras maestras como Superdetective en Hollywood, El último gran héroe o Kingsman: Servicio secreto. Si en cambio es la comedia el género predominante, por encima del argumento y sin apenas escenas de acción, el resultado son truños como puños como Infiltrados en clase, Vaya par de polis o Espías.

Un espía y medio pertenece al segundo grupo, al de las comedias de acción con más comedia que acción, y encima con un añadido que acaba suponiendo un lastre insalvable: la comedia psicológica. En vez de basar el humor en la química de sus dos protagonistas como toda buddy movie que se precie, Un espía y medio lo basa en el trauma que sufre el personaje de Dwayne Johnson por muy superagente de la CIA que sea, de haber sido en su época de estudiante un freak gordito objeto de bullying, y en su reacción al reencontrarse veinte años después con el que era el chico más popular del instituto, idolatrado por él. Subtrama que podría haber funcionado a las mil maravillas como punto de partida, pero que erróneamente se arrastra de manera prioritaria durante toda la peli hasta hacerse insufrible.

 

Un espía y medio: comedia de acción

"Si Chevy Chase y Dan Aykroyd salvaron el mundo en Espías como nosotros, nosotros también podemos"

 

Porque ni las escenas que de aquí se derivan son divertidas, ni Kevin Hart está gracioso. Parece que el colocar a un cómico negro en una buddy movie sea una condición de los estudios por imposición divina como hemos visto en Límite: 48 horas, Hora punta, El último boy scout, Arma letal, Dos policías rebeldes, Men in Black, Showtime, Vaya par de polis y demás, pero lo cierto es que exceptuando a Eddie Murphy y Will Smith, ni Martin Lawrence, Chris Tucker, Chris Rock, Tracy Morgan o cualquiera de los Wayans, nunca han estado a la altura. Y no digamos ya Kevin Hart, quien en Un espía y medio resulta irritante al componer un personaje de loquita histérica que se mantiene en la misma línea durante toda la peli sin la más mínima evolución.

"Comedia de acción con más comedia que acción, y encima con un añadido insalvable: la comedia psicológica"

Qué diferencia con El tesoro del Amazonas, la otra buddy movie protagonizada por Dwayne Johnson. El tándem The Rock – Sean William Scott, uno como conductor de la acción y el otro como secundario cómico, funcionaba a la perfección, así como la acción del film, lo que no se puede decir de Un espía y medio. La primera escena de acción de Un espía y medio llega a media peli, y es la más espectacular, por no decir la única (precisamente por eso es la que sale en el tráiler), ya que las pocas que hay a partir de ahí son de puro relleno más propias de un telefilme que de una peli con The Rock. El resto, la repetitiva relación entre Dwayne Johnson y Kevin Hart de ex freak gordito y ex rey del instituto, reciclados en superagente secreto molón, y soso y aburrido contable.

 

Un espía y medio: comedia de acción

"Llego a saber lo malo que resultas como compañero y me pillo a Jackie Chan"

 

Por no hablar del argumento, que sigue la ley del mínimo esfuerzo en la más pura línea de Mortadelo y Filemón. ¿Saben cuando el súper les encomienda a los dos agentes de la T.I.A. la misión en una sola viñeta y con una sola frase? (rollo “Han robado esto o lo otro, ¡encuéntrenlo!”). Pues aquí ídem de adem. “Un terrorista ha robado los códigos de nuestros satélites. ¡Encuéntrenlos!”. Porque una vez más lo que tiene prioridad en Un espía y medio es el humor, y por eso el resto de elementos como el argumento, acción y demás personajes (el resto de agentes de la CIA que salen parecen sacados de un tebeo), son secundarios, hasta llegar a un desenlace que cierra las tramas personales de los personajes (la fiesta conmemorativa del 20 aniversario de su promoción), tan desaprovechada y ridícula como el resto de pasajes (¿qué tal hubiera estado un clímax paródico de Carrie?)

Si Un espía y medio hubiera quedado bien con estos elementos, estaríamos hablando de una comedia policiaca redonda como Hot Fuzz (Arma fatal), que no es el caso porque Un espía y medio no le llega a Hot Fuzz ni a la suela del zapato de Simon Pegg (está claro que Random Marshall Thurber no es Edgar Wright). Y eso que Dwayne Johnson está bien en su personaje (y ahora es cuando parto una lanza a su favor como buen fan de él), ya que sin ser un actor estrictamente de comedia queda bien en ellas, como se ha visto en La montaña embrujada, Rompedientes o Papá por sorpresa. El problema viene de tener una comedia de acción con más comedia que acción, donde encima la comedia no funciona. Eso es como cocinar unos huevos con bacon sin huevos y sin bacon.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien opine que pelis de Dwayne Johnson como la saga Fast & Furious, San Andrés o Sed de venganza son demasiado violentas para su sensibilidad.

No recomendada por Kuato a: quien opine que los únicos espías de comedia serios son Austin Powers y el Superagente 86.

Ego-Tour de luxe por: la caída de la escena de acción. Es lo mejor de la peli porque es lo único bueno de la peli.

Atmósfera turbínea por: Kevin Hart, tan loquita histérica como Christian Clavier haciendo de Astérix.

 

UN ESPÍA Y MEDIO. Estreno en Venusville: 08/07/2016

 

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