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UN TRAIDOR COMO LOS NUESTROS crítica: El hombre que no sabía demasiado

Ewan McGregor juega a espías como James Stewart en Un traidor como los nuestros

EL HOMBRE DE BOSTON

Los espías de John le Carre son espías tranquilitos. Nada que ver con super agentes secretos como James Bond o Ethan Hunt que corren, pelean, disparan, explosionan, y salvan al mundo mientras se plimpan un martini con vodka con una mano y magrean el culo de una rubia maciza con la otra. Porque los espías de John le Carré no son agentes de campo sino ratones de biblioteca que ponen su inteligencia al servicio del Servicio Secreto del MI6, más como jugadores de ajedrez que juegan partidas con las potencias enemigas, que como superhéroes. Por eso las adaptaciones de le Carré también son tranquilitas, desde La casa Rusia a El sastre de Panamá, pasando por El jardinero fiel, como lo han sido más recientemente El topo y El hombre más buscado, y como lo es Un traidor como los nuestros.

En "Un traidor como los nuestros", escrita en 2010, John le Carré parece que se haya inspirado en El hombre que sabía demasiado de Alfred Hitchcock. También empieza con una familia de vacaciones en Marrakech, un misterioso personaje que entabla amistad con ellos, y dicho personaje pidiéndoles que entreguen información secreta al MI6. Sólo que aquí la familia no es la familia perfecta sino un matrimonio en crisis que folla poco, formado por Ewan McGregor y Naomi Harris haciendo la peor pareja que se recuerda desde Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en Titanic, y el misterioso personaje no es un espía sino un mafioso ruso interpretado por Stellan Skarsgard, que se lo pasa en grande jugando a ser Gerard Depardieu.

 

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Y a la fiesta se une Damian Lewis como agente del MI6 encargado de investigar el caso. No es nuestro querido George Smiley pero como si lo fuera, ya que sigue exactamente su mismo patrón. El patrón típico de los espías de John le Carré, que sin pegar un solo tiro investigan a los informadores, desertores, posibles agentes dobles y señoras de la limpieza, con intención de adivinar sus intenciones y adelantarse a ellas, igualito que si se tratara de un juego de mesa de estrategia. Lewis se revela en Un traidor como los nuestros como el mejor de la función (si ven la película en versión original comprobarán hasta cómo ha cambiado su manera de hablar), y tiene gracia que haya pasado a ser el espía de la peli después de haber sido el sospechoso número uno en una serie de espías como Homeland.

"Un traidor como los nuestros vendría a ser como una combinación a tres entre El topo, Promesas del este y The International (Dinero en la sombra), pero por debajo de ellas"

Ya ven pues por dónde van los tiros (aunque hayan pocos) en Un traidor como los nuestros. John le Carré sigue exprimiendo la Guerra Fría como su gallina de los huevos de oro particular, aunque de la Guerra Fría sólo quede ver cómo la KGB ha ido mutando hasta hermanarse con la mafia rusa, y cómo ésta expande sus tentáculos rusos por todo el mundo, untando a gobiernos para que les dejen operar económicamente en sus países a modo de paraísos fiscales. Un traidor como los nuestros vendría a ser como una combinación a tres entre El topo, Promesas del este y The International (Dinero en la sombra), pero por debajo de ellas, resultando superior a la aburrida El hombre más buscado pero inferior a la emocionante El topo, por compararla también con los dos referentes "lecarrianos" más recientes.

 

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Y la culpa de ello la tiene la directora Susanna White, que demuestra tener tan poca ambición como un parado de setenta años, como prueba también que la ridícula La niñera mágica y el Big Bang (con lo buena que es La niñera mágica) sea su único trabajo cinematográfico en su carrera televisiva. Porque Un traidor como los nuestros carece de la emoción que debería tener dado su argumento. White nos cuenta la historia muy bien contada, pero no puede evitar que la pareja formada por Ewan McGregor y Naomie Harris resulte sosa, y contagie su sosería al producto global incluso en los momentos álgidos de la trama. A Kuato gracias que por allí están Stellan Skarsgard como exagerado mafioso ruso y Damian Lewis como sensato agente del MI6 para alegrarnos la fiesta.

Y eso que Naomi Harris es la actual Moneypenny de James Bond, y el mismo Ewan McGregor estuvo en Alex Rider: Operación Stormbreaker, y él mismo ha sonado más de una vez en las quinielas para encarnar al agente con licencia doble cero para matar más famoso del MI6, pero ya vemos que no se les ha pegado nada a ninguno de ellos. Lejos de erigirse en un personaje decidido y emprendedor que estaba en el lugar equivocado en el momento inoportuno, McGregor se releva como un pelele superado por los acontecimientos aunque no los rehúya, y Harris como su antipática mujer con una escoba metida en el culo. La próxima vez que se adapte una novela de John le Carré, que fichen a Tomas Alfredson para dirigirla y a Gary Oldman para protagonizarla, y así además de una historia bien contada tendremos también una película emocionante que se parecerá a El topo.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: amantes de las pelis de espías tranquilitas para ver una tarde lluviosa de sofá con mantita y gatito.

No recomendada por Kuato a: quienes prefieran ver cómo el héroe espía de turno desconecta una bomba de maegatrones en el último segundo.

Ego-Tour de luxe por: Damian Lewis como agente del MI6. Un gran candidato a Smiley para tener en cuenta en futuras adaptaciones de John le Carré.

Atmósfera turbínea por: que Ewan McGregor se pase la peli imitando a Buster Keaton y el palo de escoba que lleva Naomie Harris en el culo.

 

UN TRAIDOR COMO LOS NUESTROS. Estreno en Venusville: 18/11/2016

 

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