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UNA VIDA A LO GRANDE crítica: El tamaño no importa

Matt Damon prueba qué es tener el cuerpo del tamaño de un pitufo en Una vida a lo grande

ROBERT THORNHILL

Ya hace 60 años de aquella obra de culto El increíble hombre menguante y aún se le sigue dando vueltas al tema de los problemas y ventajas de la vida en miniatura. A ésta siguió un referente retro de la ciencia ficción sesentera como Viaje alucinante (con aquella pechugona Raquel Welch) para derivar luego en otras graciosas peliculillas como La increíble mujer menguante, El chip prodigioso, Cariño, he encogido a los niños o Los Borrowers, donde la pequeñez de los personajes era la excusa para montar aventuras y momentos graciosillos con la única intención de entretener al espectador.

Ese aspecto lúdico es el que no ha tenido mucho en cuenta Alexander Payne, porque si hace unos años Matt Damon se convertía en un antihéroe de acción que luchaba con uñas y dientes contra los malvados que esclavizaban a los humanos en la Tierra para vivir paradisíacamente en un satélite distópico llamado Elysium, ahora nuestro Jason Bourne no ha tenido tanta suerte porque el pequeño universo imaginario que se crea en Una vida a lo grande (Downsizing) es de una sosez que espanta donde no hay villanos que dinamiten la acción y los minihabitantes son de lo más normal del mundo.

 

Una vida a lo grande

"Tenemos el tamaño hobbit, fraggle y pitufo. Tú decides"

 

Ya sabíamos que el “cachondo” director de Nebraska o Los descendientes no es un Steven Spielberg con los santos cojones de hacer una película de guerra con un caballo como protagonista como hizo en Caballo de batalla,  y que sus anteriores películas tampoco es que fueran la alegría de la huerta, pero si pones sobre la mesa un punto de partida tan goloso como es el de poderse convertir en un pitufo en la sala de un quirófano, ¡joder!, sácale jugo a la idea y dale más vidilla a esa comunidad de aburridos hobbits. Lo cierto es que el pobre (en el más amplio sentido de la palabra) de Matt Damon se va de Guatemala para acabar en Guatapeor, porque su vida liliputiense es tan mierdosa y aburrida como de la que huye.

"El pequeño universo imaginario que se crea en Una vida a lo grande es de una sosez que espanta"

¿Cuál es el punto de la película? Pues nada nuevo en el horizonte: intentar hacer una cansina sátira apocalíptica donde esos seres humanos incorregibles se acaban pudriendo y corrompiendo sea cual sea el entorno en el que los coloquemos. Al director de Entre copas, hablemos claro, lo del elemento fantástico de la peli con una minisociedad de hombres menguantes se la trae floja, y poco juega con las dimensiones de los personajes para dinamizar la trama que transcurre con más pena que gloria: la paradoja (intencionada, por supuesto) es que da igual que los protagonistas midan 12 cm. porque en el fondo todo es lo mismo y la obsesión de Alexander Payne es incidir en esa crítica a la raza humana, por lo que prevalece la reflexión sobre la acción.

 

Una vida a lo grande

"¿Neill? Listo para rodar la secuela de Elysium cuando quieras"

 

Cuesta horrores enganchar con los personajes ni encontrar una motivación real a esa nueva realidad de seres diminutos que se crea. Hay muchas maneras de contar una historia con pretensiones metafóricas, y Alexander Payne ha elegido la más lineal y aburrida. No sé si imbuido por el espíritu navideño que nos envuelve estos días, pero al fin y al cabo Matt Damon, al adoptar las dimensiones de una figurita de play-mobil, en Una vida a lo grande se convierte en ese George Bayley de Qué bello es vivir, altruista y buen samaritano con los seres más desfavorecidos y que, para más inri, se enamora de una inmigrante vietnamita con una pata de palo…menudo braguetazo. Por otra parte, hay que dar las gracias a ese Christoph Waltz pasota con cara de ir colocado toda la película, que es el único que aporta un poco de desparpajo al asunto. El título de Una vida a lo grande sería más apropiado a su personaje, porque éste sí le saca tajada a su condición de enanito; es el astuto Tyrion Lannister de Juego de tronos, siempre rodeado de mujeres de buen ver y viviendo la buena vida con esa sorna que le caracteriza.

Se puede hablar de la inteligente intencionalidad crítica del director contra esa cruel humanidad, del tema del cambio climático, de las injustas desigualdades sociales, pero querido Alexander, para eso no hace falta crear un submundo de hombres menguantes. Te montas un documental como hace Leonardo DiCaprio o Michael Moore, y listos. Si coge esta historia Michael Bay, le pone a Matt Damon una minimodelo rubia con muchas curvas a su lado, y no para de correr y de dar tiros en toda la película luchando contra minialienígenas asesinos con la ayuda de 200 cazas y helicópteros americanos.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: los que tienen como película de cabecera esa ciencia ficción más contemplativa como Contact o Cómo ser John Malkovich.

No recomendada por Kuato a: los fans de El chip prodigioso y que la han visto las veces que ha hecho falta. Esta peli es la antítesis del cine espectáculo.

Ego-Tour de luxe por: esas mega fiestas que monta Christoph Waltz con tías buenas cachondas, drogas y lo que haga falta. Montaría un spin-off alrededor de este personaje bon vivant.

Atmósfera turbínea por: la sarta de tópicos que nos presenta Payne en la película: inmigrantes asiáticos, latinos viviendo en la miseria, científicos noruegos, traficantes del este... Solo faltaba un español con la sangría y la paella.

 

UNA VIDA A LO GRANDE. "Downsizing" (E.U.A.-Noruega, 2017). Director: Alexander Payne. Guión: Alexander Payne y Jim Taylor. Reparto: Matt Damon, Kristen Wiig, Jason Sudeikis, Christoph Waltz, Hong Chau, Rolf Lassgård, Ingjerd Egeberg y Udo Kier. Estreno en Venusville: 22/12/2017.

 

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1 Respuesta

  1. Gracias por ahorrarme perder el tiempo en cine plano.

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