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UNDERWORLD: GUERRAS DE SANGRE crítica: Dientes de leche

Quinta entrega de Underworld con Selene haciendo turismo vampírico por Escandinavia

BETO

Si pensábamos que tras Underworld: El despertar, cuarta entrega de las luchas entre licántropos y chupasangres (si incluimos la precuela Underworld: La rebelión de los licántropos) ya estaba todo dicho, y que tras haber dado por el saco a la corporación Biocom no le veríamos más los colmillos a la vampira Selene, equivocados íbamos. Cuatro años después volvemos a las intrigas y conspiraciones vampíricas (mira que son de fiar poco estos draculines), que si no tuviesen suficiente con matarse entre ellos tienen que hacer frente a los hombres lobo, que son más limitaditos pero que al menos no se enfrentan entre ellos.

Underworld: Guerras de sangre retrocede en su temática a las primeras entregas de la saga, ya que retoma el hilo conspiranoico de las mismas en detrimento de la acción. No es que no hayan escenas de lucha, y de hecho tenemos un par de batallas bastante interesantes, pero es evidente que no se llega a los niveles de la última entrega, donde primaba la acción por encima de todo. Los palacetes con aires góticos, repletos de vampiros enfundados en cuero negro como Mario Vaquerizo (¡ufff, vaya imagen!) vuelven a llenar los planos de esta entrega que tiene sus luces y sus sombras, pero que en líneas generales mantiene el tono de mediocridad de la saga que no justifica para nada tantos episodios.

 

Underworld: Guerras de sangre: terror

"Gracias al abrigo disimulo que el traje de no es de látex sino de goma para que me entre"

 

Es evidente que se han corregido cosas que no funcionaron en la anterior entrega, como es el caso de la hija de Selene. A pesar de que se menciona en muchas ocasiones y que es objetivo tanto de vampiros como de lycans, no aparece. Y es que Kate Beckinsale, enfundada en cuero negro, no pegaba mucho en el papel de madre. Las escenas de lucha, aunque más escasas, están bien, sobre todo la batalla final entre ambas especies, aunque decepciona un poco la defensa de los vampiros frente a los lycans. El mítico Conde Drácula se clavaría una estaca él mismo para evitar ver que los de su género utilizan como arma principal una vulgar ametralladora... De hecho, en toda la saga se podrían contar con los dedos de las manos las víctimas que han sucumbido por los colmillos de los vampiros. Y hablando de chupasangres, el clan que vive en el norte tiene su encantillo, aunque con las melenas que me lucen puedan ser confundidos con alguno de los miembros de Nightwish o cualquier otra banda de metal de los países nórdicos.

"Underworld: Guerras de sangre mantiene en líneas generales el tono de mediocridad de la saga que no justifica para nada tantos episodios"

Por contra, también hay cosas que no funcionan en Underworld: Guerras de sangre, como que no haya un rival de empaque contra el que enfrentarse, ya que por parte de los lycans, Marius (Tobias Menzies) es una mala copia de Lucian (Michael Sheen), el jefe de los hombres lobo de Underworld. Más inexpresivo que el careto de Ben Affleck, que ya es decir, parece más un estibador del puerto que no el líder de una horda de criaturas de la noche. Por parte de los vampiros no hay ningún personaje a la altura de Viktor (Billy Nighy), que aparecía en las dos primeras entregas. Sólo podía haber ocupado su lugar Thomas (Charles Dance), pero no hace de villano (craso error), y además su papel es poco relevante.

 

"¿Seguro que esto no es Juego de tronos y todos estos son Targaryens? 

 

De todas formas hay que tomarse con cierto humor las películas de este estilo, porque si no, no podríamos pasar por alto incongruencias como la de explicar que los vampiros del norte viven sin el peligro de los lycans porque el frío de la zona es demasiado para ellos, y a las primeras de cambio ser atacados por una legión de estos bichos, más frescos que una lechuga y sin atisbos de pasarlo mal bajo cero. O aguantar el rollo de la dimensión a la que uno trasciende cuando un vampiro muere, que es lo más tedioso que he tenido que escuchar en tiempo. O lo que es más divertido, para rizar el rizo inventarse una ridícula historia de amor entre una vampiro y un lycan para poder justificar la forma en que los hombres lobo irrumpen en la mansión de los vampiros.

En definitiva, ninguna aportación nueva a la saga, más batallas por el morro y una Kate Beckinsale que parece más cansada de este personaje conforme avanzan las entregas. De hecho, diría que ha perdido hasta sex-appeal por muchas posturitas con la cara a medio girar que haga. De todas formas, parece ser que ésta ha de ser la última entrega del enfrentamiento entre estos peculiares Capuletos y Montescos, así que con un poco de suerte olvidaremos esta saga en pocos años...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: Llongueras. Si consigue  poner de moda el tinte de dos colores que luce Selene igual hasta tiene éxito.

No recomendada por Kuato a: los antidisturbios. Si ven que los lycans utilizan escudos de policía como arma de protección igual piden derechos de patente.

Ego-Tour de luxe por: la batalla final, a pesar de lo pobres que resultan las defensas vampíricas. Deben estar de recortes...

Atmósfera turbínea por: el personaje de la vampiro Semira. Si no hubiese aparecido, la historia no se hubiese resentido lo más mínimo. ¡Enchufada!

 

■ UNDERWORLD: GUERRAS DE SANGRE. Estreno en Venusville: 13/01/2017

 

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