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WARCRAFT: EL ORIGEN crítica: Algo huele a podrido en Azeroth

Orcos cabreados, vikingos repescados, y orcas como top models en Warcraft: El origen

RAY ZETA

Warcraft: El origen, ¿adaptación videojueguil digna o fallida fantasía épica de espada y brujería? Los fans más acérrimos del videojuego de Blizzard se han empeñado en colocar en los altares de la historia del cine la adaptación realizada por Duncan Jones, defendiendo que es la mejor adaptación de un videojuego realizada jamás, mientras que el resto del mundo se ha puesto de acuerdo en criticarla, desprestigiarla y difamarla, afirmando que es una película tocha, aburrida y sin ritmo. El debate está servido: público incondicional VS. público general. En cierta manera ambos bandos tienen razón. Warcraft: El origen es la adaptación de un videojuego más fiel jamás realizada, pero también es un peñazo de aquí te espero.

Los gamers con callos en las yemas de los dedos de tanto guiar orcos por Azeroth están encantados porque conocen los lugares y los personajes de la trama sin necesidad de que sean presentados, porque Duncan Jones, declarado jugador warcraftiano, no pierde el tiempo en hacerlo. Jones se mueve por la citada Azeroth y Draenor como quien se mueve por Getafe y Leganés, y habla de Durotan y Lothar como quien habla del Pepillo y el Juanillo, lo que no debería ser necesariamente negativo si fuera aportando datos de las localizaciones y construyendo los personajes a medida que avanza la acción, pero esto no ocurre, quedándose las localizaciones sólo con el nombre, y mostrando a los personajes de una sola pieza de principio a fin.

 

Warcraft: el origen: cine fantástico

"Dice Shrek que nos cambia Garona por la princesa Fiona"

 

Lo que provoca que no lleguemos a empatizar con ninguno de ellos, más allá del conocimiento previo que tengamos a partir del videojuego, y por ello nos importa tan poco que vivan o mueran como si un huevo pasado por agua debe partirse por el extremo estrecho o por el extremo ancho, y que algunos, como los magos Medivh y Khadgar, estén infantilizados en exceso hasta el punto de quedar ridículos, más cercanos al apayasado Marlon Wayans de Dragones y mazmorras que a los magos ubicados por Tolkien en la Tierra Media. ¿Construcción? ¿Motivación? ¿Justificación? Cero. De ahí que su balance global sea ejercer de meros lanzadores de rayos primos hermanos de Nicolas Cage en El aprendiz de brujo.

"Warcraft: El origen es la adaptación de un videojuego más fiel jamás realizada, pero también es un peñazo de aquí te espero"

El problema con el que se encuentra toda adaptación de videojuego, sea Tomb Raider, Resident Evil o Prince of Persia, es que a diferencia de un libro, una serie de televisión o un cómic, la mayor parte de la información necesaria para rellenar el metraje de una película es inexistente, debiéndose crear de cero, lo que provoca espumarajos en las bocas de los fans. Aquí no sucede. Duncan Jones se limita a narrar simple y llanamente cómo los orcos invaden Azeroth y cómo los hombres del rey Llane Wrynn se defienden sin inventarse nada, de ahí que los fans estén tan encantados, pero de ahí también que la premisa sea insuficiente para llenar las dos horas del metraje, saldándose con una película con menos ritmo que una bailarina con chirucas.

 

Warcraft: el origen: cine fantástico

"Como alguien diga 'Winter is coming' le pego un espadazo que le dejo seco"

 

Y eso que salen orcos y unas cuantas batallas, pero son batallas impersonales sin garra ni alma, exactamente como la de un videojuego, por mucho que salgan orcos machacando cráneos de hombres a mazazos de la manera más cafre. Orcos absolutamente digitalizados, como no podía ser de otra manera, parientes de los gigantes de Jack el cazagigantes aunque con colmillos de jabalí, que acaban empachando por exceso de CGI, lo que no pasaba en El señor de los anillos o El Hobbit, los referentes más cercanos, por no abusar de las criaturas totalmente digitales, por mucho que Warcraft: El origen se mire en ellas como en un espejo de la misma manera que se mira también en Juego de tronos en la parte de los humanos, e incluso en Avatar, intentando sin éxito que se le pegue algo de la épica de esas obras.

Y eso que hasta ahora el cine de Duncan Jones había significado un soplo de aire fresco innovador y original en el panorama cinematográfico. Tanto Moon como Código fuente son obras personales que se apartan de los convencionalismos comerciales y dan fe de un cineasta independiente con mucho que decir con una voz propia que ha sido silenciada a gorgoritos con Warcraft: El origen. Será la pasión de Jones por las horas jugadas al videojuego, será por los metros de caravana que le han puesto los de Universal, será por los ceros del cheque extendido, o será simplemente porque el dire hijo de David Bowie ha sido captado por el lado oscuro de Hollywood. Sea por lo que sea, éste no es nuestro Duncan Jones, así que nos lo devuelvan.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: adictos al "World of Warcraft", obviamente, el resto de mortales abstenerse.

No recomendada por Kuato a: fans de El señor de los anillos, El Hobbit y Juego de tronos. Este Warcraft es más como Dragones y mazmorras y Eragon.

Ego-Tour de luxe por: Travis Fimmel, a quien ya vemos que le sientan bien los personajes guerreros.

Atmósfera turbínea por: el personaje de Garona interpretado por Paula Patton. ¿Una mestiza de orco y humano, guapita como la Pitufina? No cuela.

 

WARCRAFT: EL ORIGEN. Estreno en Venusville: 03/06/2016

 

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