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HASTA EL FIN DEL MUNDO crítica: Con perdón

Viggo Mortensen dirige y protagoniza un western a lo Juan Palomo con más perdón que venganza

RAY ZETA

¿Qué tendrá el western que a la mayoría de actores que les da por dirigir lo quieren probar? Kevin Costner, Ed Harris, Mario Van Peebles, Tommy Lee Jones, no digamos ya Clint Eastwood, Mel Gibson con el remake de Grupo salvaje en proyecto... Incluso Marlon Brando dirigiendo por primera y última vez. A esta ilustre lista cowboys autodirigidos se une ahora Viggo Mortensen, un actor que ya ha demostrado no disgustarle el olor a cagarruta de caballo porque ha intervenido en un buen puñado de películas del oeste, desde las de corte clásico Intrépidos forajidos, Océanos de fuego y Appaloosa, a las, ejem, inclasificables Jauja y Eureka.

Y que ahora para su segundo largometraje como director además de como guionista y coprotagonista, ha elegido también este género. De ahí nuestra pregunta del principio: ¿qué tendrá el western, que encandila tanto? Según John Ford es el aire puro que producen los espacios abiertos y los majestuosos paisajes de Monument Valley; según el resto de directores (o en este caso actores-directores), la posibilidad de reducir la naturaleza humana a su expresión más primitiva al describirla en una sociedad carente de ley y orden. ¿Qué haríamos nosotros para proteger a Rantanplán, si estuviera bajo nuestra protección y vinieran los Dalton de Lucky Luke a robárnoslo?

 

"Dedícame un frontal como en Captain Fantastic y soy tuya"

 

Esa es la esencia del western, aunque desafortunadamente para nosotros, Viggo Mortensen no ha querido regocijarse en ella, y aunque presente, ha optado por contar una historia más de perdón que de venganza. Porque Hasta el fin del mundo no es un western al uso. Es un western, sí, pero más por situación, ubicación y ambientación, que por historia. Más que un western, Hasta el fin del mundo es un drama rural ambientado en el lejano y salvaje oeste de segunda mitad de siglo XIX. La misma historia podría acaecer en la Irlanda de El Prado o en la España de El crimen de Cuenca, y sería exactamente la misma película, sólo que llevando boina de aldeano en lugar de sombrero de vaquero.

“Más que un western, Hasta el fin del mundo es un drama rural ambientado en el lejano y salvaje oeste de segunda mitad de siglo XIX”

Y eso es porque la verdadera prota de la película no es Viggo Mortensen con su barba de Captain Fantastic, su caballo y su rifle, sino Vicky Krieps. Y Vicky Krieps no es aquí una pistolera como las de Cuatro mujeres y un destino, Rápida y mortal o Bandidas, sino una ama de casa monda y lironda. Una mujer decidida, independiente y tan echá p’alante que desafía las normas sociales del siglo XIX (peaje a pagar por la tendencia feminista del cine de hoy en día, que en el cine de hoy todas las mujeres han de estar empoderadas independientemente de la época en la que acontece la acción), pero una ama de casa monda y lironda.

 

"Ahora ya sé por qué en El señor de los anillos te llamaban Trancos"

 

Por eso Hasta el fin del mundo es como western un western descafeinado. Porque es un western que no presenta las constantes más características del género, o que al menos no las presenta como los amantes del western querríamos. Nada de duelos, peleas, tiroteos o huidas a caballo... Algún apunte hay, como algún tirito fruto de un personaje que representa el forajido local del pueblo en la más pura tradición de Liberty Valance, pero en su conjunto global, la película escrita y dirigida por Viggo Mortensen es un dramón como la copa de un pino, y encima un dramón cocinado a fuego lento, lo que provoca más de un bostezo.

O sea, que por mucho que les engañen el look de las promos, las fotos y los posters de la peli, olvídense de la socarronería de los personajes de Valor de ley, de los disparos a propulsión de Django desencadenado, o de los exagerados tiroteos de Los siete magníficos, porque Hasta el fin del mundo no va en esa dirección. A Hasta el fin del mundo le interesan los personajes y sus conflictos, aunque no sean personajes o conflictos típicos del western, por mucho que la película presente look de western clásico. Así que avisados quedan. Si quieren ver a Viggo Mortensen en un western de verdad, recuperen Appaloosa y vayan anotando en una lista todas las constantes westernianas que Hasta el fin del mundo debería tener y no tiene.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: amantes de los westerns sin tiros como First Cow, Meeks Cutoff o La casa de la pradera.

No recomendada por Kuato a: quien todavía esté chalando con los disparos a propulsión de Django desencadenado.

Ego-Tour de luxe por: el Liberty Valance de la peli, aunque sigamos prefiriendo a Thomas F. Wilson en Regreso al futuro 3.

Atmósfera turbínea por: el zorruno título original “The Dead Don’t Hurt”, más tramposo que un irlandés negro.

 

HASTA EL FIN DEL MUNDO. “The Dead Don’t Hurt” (2024). Guión y dirección: Viggo Mortensen. Reparto: Viggo Mortensen, Vicky Krieps, Danny Huston, Garret Dillahunt, Solly McLeod. ESTRENO EN VENUSVILLE: 10/05/2024.

 

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