LEGIÓN artículo: Terminator Apocalipsis

Terminator Apocalipsis Scott Stewart nos ofrece el estreno de la quinta entrega de la saga Terminator, y nosotros sin saberlo Por Ray Zeta

<He de reconocer que el planteamiento inicial de Legión me cautivó por completo. Un film con clara vocación de serie B en el que siguiendo la estela marcada por otros títulos ilustres de género como La noche de los muertos vivivientes, Posesión Infernal o Abierto hasta el amanecer, un grupo de personas parapetado en una cafetería en medio del desierto debe sobrevivir al ataque de hordas de zombies con una defensa liderada por un ángel caído que les proporciona todo tipo de armamento.

"¡Oh Yeah! Prácticas de tiro al zombie clavaditas a las de Amanecer de los muertos"

   Por el conjunto se pasea además Dennis Quaid en una interpretación tan pésimamente antológica, que es digna de ser grabada y proyectada las 24 horas del día en una sala que lleve su nombre. Jeto acartonado, ojeras kilométricas, y un exagerado recital de muecas, denotan tanto la falta de sueño, como la resaca perpetua y la incapacidad de recordar en qué consiste el oficio de interpretar (y no necesariamente por este orden).

   Serie B con zombies, ciudadanos corrientes armados hasta los dientes, un ángel pro NRA liderando la resistencia, y Dennis Quaid paseando su eterno careto de resaca. Una combinación irresistible. Lástima que Scott Stewart, guionista y director del engendro, malbarate las posibilidades de tan sugerente trama queriendo narrar de manera encubierta el quinto episodio de la saga Terminator, en vez de conformarse con desarrollar la prometedora premisa inicial.

   Para empezar no digan que la aparición de Paul Bettany-Arcángel Miguel no es clavada a la de Michael Biehn-Kyle Reese en el primer Terminator. Llega del Cielo en noche cerrada en la misma postura que si hubiera viajado desde el futuro e irrumpe por la fuerza en un edificio para realizar sus primeros preparativos. ¡Joder! Sólo le hubiera faltado calzarse unas Nike...

   Acto seguido se nos desvelan los motivos de su presencia: proteger a una chica embarazada de los seres que han sido enviados para matarla para que el bebé no llegue a nacer, pues dicho niño, según una profecía, es el Elegido que salvará a la humanidad en el futuro.

   Bettany-Miguel se erige así en el protector de la muchacha, que bien podría llamarse Sarah Connor, y de su aún no-nato hijo, que bien podría llamarse en el futuro John Connor. Tenemos así a un soldado con experiencia en combate que la protegerá de un ser enviado desde el más allá, un ser enorme, dotado de una descomunal fuerza y ataviado con una armadura que, miren por donde, ha sido programado para impedir el nacimiento del niño mediante el asesinato de la chica, y que no cederá en su empeño ni que ésta se fugue por tierra o por mar como la canción de Adelita.

   ¿Hacen falta más datos? Pues aquí van dos más de propina. El malo persiguiendo desde fuera el coche en el que va la chica, y el forcejeo que se desencadena en él cuando salta sobre el techo, en una secuencia clavada a la que protagoniza el T-1000 en Terminator 2, y el plano final de la tía alejándose en coche por una interminable carretera desolada, igualito al del final del primer Terminator. Sólo faltaba que apareciera por allí un niño latino que le sacara una foto y se la vendiera./>

"Hay algo que no cuadra. Si no recuerdo mal, en Terminator Reese se follaba a la Connor..."

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