NOCHE DE MIEDO crítica: Freak Night

Freak Night Remake del clásico ochentero de Tom Holland con Colin Farrell de vampiro y Anton Yelchin como el vecino cagón Por Ray Zeta

<A los que los 80 nos pilló siendo estudiantes (no diremos si de colegio, instituto o facultad para no dar pistas sobre nuestra edad), tenemos un recuerdo especial para las comedias vampíricas de esa década: Jóvenes ocultos, Besos de vampiro, Mordiscos peligrosos… y claro está Noche de miedo, dirigida por el gran director actualmente desterrado a ese cementerio de elefantes que es la televisión, Tom Holland. Peliculitas simpaticonas que parodiaban la mitología vampírica para diversión nuestra, y que como nunca llegaron a la altura de las BUENAS con mayúsculas (léanse aliens, blade runners y arcas perdidas), hoy en día nos importa un carajo que se actualicen siguiendo la fiebre versionadora que azota Hollywood.

   De las obras citadas, Jóvenes ocultos es la mejor y Noche de miedo la más divertida, quizás por eso Michael De Luca, más productor de acción que de comedias (Ghost Rider, Furia ciega y El sicario de Dios son buena muestra de ello) ha adaptado Noche de miedo con un ojo puesto en el clásico juvenil de Joel Schumacher y ha freakizado a los protagonistas inspirándose en los Frog Brothers. Ahora los dos amigos que descubren la existencia de un vampiro en su plácido vecindario no son adolescentes repletos de hormonas con los testículos tan cargados como los personajes de American Pie o Porky’s como lo era el de la primera versión, sino jóvenes que se visten con trajes de licra y mallas para encarnar a superhéroes de su invención tan cutres y estrambóticos como “Kid Comeback”, “Gladiator Man” y “Squid Man”, lo que les ha valido el rechazo social de sus compañeros (y el estar a dos velas con sus compañeras) durante años, pero que acabará siendo lo que finalmente les salve cuando tomen conciencia de la amenaza a la que se enfrentan.

"Pues yo diría que al Peter Vincent del original le apodaban `Gay Helsing`"

   Aún con todo ello, los personajes de esta versión siguen siendo exactamente los mismos que los de la anterior: el chaval que descubre que su nuevo vecino es un vampiro, su madre, su novia, su mejor amigo, el cazador de vampiros, y claro está el vampiro. La gran diferencia es que mientras en la cinta original de Holland cada uno de estos personajes tenía su parte de importancia en la trama y salían el tiempo suficiente para desarrollarse, en la nueva cinta de Gillespie, algunos de ellos son puramente testimoniales y salen tan solo para llenar el cupo desaprovechándose totalmente, como es el caso del amigo y del cazavampiros (Christopher Mintz-Plasse y David Tennant respectivamente).

   Si en la peli del 85 ambos acompañaban al prota durante todo el metraje, ejerciendo uno como elemento cómico y el otro como compañero de armas, en la peli actual no salen más que en dos escenas cada uno. El primero para ser presentado como un frikazo inadaptado que desaparece y sale solo una vez más cuando ya está convertido, y el segundo ídem de adem: para ser presentado como un gótico mago de las Vegas que bebe absenta, dice tacos y se rasca los huevos, y no volver a salir hasta que se une al prota en la ofensiva final. Lo que denota un afán más que forzado de seguir la estructura original aunque sin su misma frescura. Hasta el vampiro tiene la mitad de escenas de lucimiento que tenía el de la primera. Y es una lástima, porque Colin Farrell está sorprendentemente bien interpretando al chupasangre guapetón con gran despliegue de glamour e ironía socarrona.

"Eso por decir que Chris Sarandon era un vampiro más elegante que yo"

   Flaco favor que le hacen a la peli, pues tanto el cazavampiros como el vampiro eran sus mejores bazas, y teniendo como tenían un casting tan acertado (Anton Yelchin también está perfecto en su personaje), no les hubiera costado nada seguir un poco más la peli original (para bien), en vez de desmarcarse de ella (para mal), pese a mantener alguna escena clavada a su predecesora como homenaje, como es el caso de la de la discoteca. Estaríamos hablando ahora de una peli más redonda e hinchadita, en vez de una con agujeros por los que se escapa el aire.

   En cuanto a la mitología vampírica aportada con respecto a la versión anterior, ninguna novedad en el frente a excepción del método utilizado para destruirlo (y hasta aquí puedo leer, que decía Mayra en el “Un, dos, tres). Este vampiro es un vampiro que come manzanas y bebe cerveza como el de la original, pero ni tiene un siervo protector ni se convierte en murciélago como hacía el otro. Lo que sí hace es seguir a pies juntillas el precepto vampírico de no entrar en una casa si no es invitado, de reírse en la cara de quien le amenaza con un crucifijo si éste no hace gala de la fe suficiente, y de poner unos jetos cuando se enfada que ni los del increíble Hulk. Lástima de la corta estatura de Colin Farrell, aunque por tratarse de él se lo perdonamos. ¿Acaso Tom Cruise no bordó el papel de vampiro Lestat siendo aún más taponcito?/>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Dos Caras Harvey
		Recomendada por Kuato a: nostálgicos de las cintas cassette, los vídeos VHS, y las comedias vampíricas con unos pipiolitos Jim Carrey,  Nicolas Cage y Jason Patric de protagonistas.
		No recomendada por Kuato a: los que prefieran vampiros más actuales, o sea que se quieran casar con chicas sosas, se peleen con hombre lobos indios, y destellen ridícula purpurina cuando les dé el sol.
		Ego-Tour de luxe por: que los mismos personajes se cachondeen de Crepúsculo dejando claro que si tienen conocimientos en vampirología no es porque hayan leído la saga.
		Atmósfera turbínea por: el cazavampiros. Con lo bien que quedaba Roddy McDowall de Van Helsing, y aquí nos ponen una combinación de David Copperfield y el Armando de Razza de El día de la bestia ridícula. Que David Tennant se quede en Dr. Who que está más guapo.

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