REPOSO ABSOLUTO crítica: El terror del aburrimiento

Horror movie de manual con una cama como escenario, aunque no para lo que les gustaría

Esta película tiene todo lo que se puede esperar del cine de terror de hoy en día. Mejor dicho, tiene todo lo malo del cine de terror de hoy en día. Trama insustancial, personajes de risa, bocinazos hasta para cuando se rascan el sobaco, clichés suficientes para dar de comer a tres familias del Opus, y un desenlace para alzar la copa hacia la pantalla y decir: “claro que sí campeón, lo que tú digas”. Entonces estamos en la tesitura de que según el ánimo que uno traiga consigo, se encontrará una película terrible o una película terrible que le da la vuelta al tablero y se puede considerar hasta divertida (pero para nada digo que sea buena).

Reposo absoluto cuenta las peripecias de una mujer que a pocas semanas de salir de cuentas sufre un accidente doméstico y por ello tiene que estar en cama hasta el parto. ¿Para mí? Un sueño hecho realidad. ¿Para la workaholic de la prota? Una auténtica pesadilla. Luego resulta que tiene visiones del fantasma de un niño dando vueltas por ahí, pero eso no interesa demasiado.

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La proeza de hacer que noventa minutos se hagan largos. La película no inventa nada, los mismos sustos, los mismos planos, las mismas tramas... nada aquí que destacar. La única característica es que todo ocurre alrededor de una cama y de una habitación. Una habitación que es más grande que mi casa entera, por lo que el sentimiento empático se va por el sumidero. La pobre chica rica lo pasa mal, y por supuesto su marido ni la cree ni la escucha, porque en estas películas siempre hay margen para el drama conyugal, y además ésta se acabaría a la mitad, lo cual sería algo positivo.

Del argumento no voy a hablar porque es el mismo de siempre: fantasma aquí y allí (en esta ocasión interpretado por un niño carapán) que quiere transmitirle un mensaje, hay una fuerza superior que lo controla todo, bla bla bla... Pero de lo que sí hablaré es de la calidad nefasta y de la poca imaginación de las escenas de terror o directamente de los sustos. Es preocupante la poca originalidad y la falta de ideas en las películas actuales.

“Reposo absoluto no inventa nada, los mismos sustos, los mismos planos, las mismas tramas... nada”

Si me remonto más atrás, el desastre se ve en toda su magnitud, pero únicamente buscando películas de este estilo el último año, ya es para echarse a llorar. Todas son iguales y ninguna cuenta nada. ¿Dónde quedaron las tramas interesantes? ¿Dónde los villanos o monstruos fascinantes y las scream queens carismáticas? Puedo decir de carrerilla quince sagas emblemáticas que tienen cuarrenta años, pero no se me ocurren tres películas buenas en los últimos cinco.

Los amantes del género sabemos que es difícil hacer este tipo de cine, lo es más que otros géneros mucho más masivos y convencionales, pero eso no significa que cualquiera haga una película sabiendo que va a fracasar y que se le va a disculpar por la dificultad que entraña. Películas de terror malas ha habido toda la vida, pero que ninguna sea buena, eso ya es más complicado. Y ojo, una película de terror puede ser mala pero divertida (de hecho es lo más normal), pero que ya no solo no divierta, sino que además sea un tostón, se está convirtiendo en la norma.

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Y de Reposo absoluto no hay mucho más que contar. Dirigida por la debutante Lori Evans Taylor, quien también es la guionista (ya tenemos a una culpable), la película luce como un telefilm rancio en el que la caracterización de los fantasmas consiste en llevar ropa vieja, estar un poco despeinados y p’alante. La calidad de las escenas terroríficas es lamentable, cuando no son directamente copiadas de otros lugares. La mayoría consiste en un bocinazo en todo el oído para que luego sea el gato que se ha subido a la cama o que suena la tetera. Ese es el nivel.

Protagonizada por la mejicana Melissa Barrera, que es la prota de las últimas Scream, no se puede negar que la chica lo intenta, y créanme que habría salido algo todavía peor con una actriz menos competente, pero es como si a un fantástico escultor le mandan hacer una estatua de excrementos. Hay un par de personajes más, pero si a la trama no le interesa desarrollarlos, imagínense a mí. Reposo absoluto no tiene alma ni espíritu (irónicamente), le falta gracia y carisma, es una de esas películas que olvidarán totalmente al cabo de una semana, y años más tarde la encontrarán que la han votado en Filmaffinity y se preguntarán: “¿ésta la he visto yo?”

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