UNA CUESTIÓN DE TIEMPO artículo: El armario del tiempo

El armario del tiempo ¿Para qué un condensador de fluzo? Basta con entrar en un armario y apretar los puños De Universal Pictures

<Una cuestión de tiempo nació a partir de una conversación que Richard Curtis mantuvo con un amigo acerca de qué harían si sólo les quedasen 24 horas de vida. “Los dos decidimos que nos gustaría pasar un día muy normal con la familia, haciendo cosas normales”, dice el director. “La idea me interesó y me planteé la forma de incorporarla a una película. Debía girar en torno a alguien que pudiera manipular el último día de otros, incluso sus vidas, y fue entonces cuando se me ocurrió lo del viaje en el tiempo”.

   Añade que Una cuestión de tiempo es una evolución, ya que sus primeras películas suelen girar en torno a las relaciones entre amigos: “Puede decirse que Cuatro bodas y un funeral es, en muchos aspectos, una película sobre la amistad y el amor a partes iguales”. Naturalmente, el interés por las conexiones entre personas aumentó a medida que pasaban los años. “Mi madre y mi padre han fallecido en los últimos cinco años, mis hijos ya son mayores, pero me gusta la familia. Esta película tiene tanto que ver con un hermano y una hermana, un padre y una madre, como con el amor. Además, cuando dos personas se enamoran, acabarán por convertirse en padres, algo que vemos a medida que avanza la película”.

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   La comedia reúne a Richard Curtis con Tim Bevan y Eric Fellner, de Working Title, por undécima vez en 25 años. “Hicimos nuestra primera película juntos en 1983, se titulaba Un tipo de altura”, recuerda Tim Bevan. “En las películas de Richard siempre hay puntos en común, pero todas se adentran en terrenos desconocidos. Y todas las películas de Richard hacen reír, llorar y pensar. Una cuestión de tiempo regresa al mundo ‘curtisiano’ que conocimos en Love Actually, Notting Hill y Cuatro bodas y un funeral, aunque esta película es más madura, más reflexiva. Ha querido hacer una película acerca de lo bueno y lo malo de la vida para que apreciemos lo que tenemos”.

   Eric Fellner reconoce que le cuesta creer que llevan veinticinco años creando juntos, y admira el camino que ha tomado el cineasta. “Richard nunca está satisfecho, siempre quiere ir más lejos”, dice. “Y creo que el público respeta ese deseo. Ofrece historias profundamente personales, íntimas. Es casi imposible no dejarse llevar por ellas. Me gusta que encuentre humor en el día a día y que tenga el don de convertir la rutina en algo extraordinario”.

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   El amor y la familia eran la piedra angular de esta nueva historia, pero no fue tarea fácil integrar el viaje en el tiempo. Richard Curtis se aseguró de que Tim y su padre siguieran ciertas reglas cuando viajan en el tiempo para que la película fuera más próxima y menos centrada en la fantasía. Pero ¿qué reglas son esas? La primera es que ningún hombre de la familia puede viajar en el tiempo hasta cumplir 21 años. La segunda es que hay que meterse en un espacio reducido y oscuro, como un armario empotrado, apretar los puños y pensar en el momento, fecha y lugar específico al que se quiere ir. La tercera es que solo se puede ir al pasado de uno mismo, no se puede viajar hacia el futuro ni a un pasado lejano. ¿La cuarta? Cualquier decisión que se tome en ese momento tendrá consecuencias para el futuro.

   La productora Nicky Kentish Barnes reconoce que le gustó la poco ortodoxa narración de la película. “En cierto sentido, Una cuestión de tiempo es muy autobiográfica”, explica. “Hay trocitos de la vida de Richard entretejidos en una preciosa y bien diseñada trama. Es una historia muy emotiva; más de un adulto lloró leyéndola. Hay algo de realismo mágico mezclado con los viajes en el tiempo, pero sirve para apoyar el contenido emocional, en ningún momento aparta al espectador de la historia en sí”./>

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