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EL ENCARGO crítica: Salvar al huevo kinder

   

Salvar al huevo kinder

John Cusack ejerce para Robert De Niro
de recadero a lo Transporter pero sin coche

Por Sapo

 

<Hace un tiempo salió una noticia en los medios de comunicación acerca de un curioso experimento en el que se grababa en vídeo las reacciones de unos niños a los que se les dejaba solos en una habitación frente a una jugosa golosina en un plato que no podían tocar con la promesa de que luego tendrían el premio de una segunda golosina. Pues, más o menos, esa es la trama de El encargo cambiando al niño de turno por un desgastado John Cusack, la golosina por una misteriosa bolsa que debe recoger, custodiar sin mirar su contenido y entregar, y el premio es, como suele suceder en los thrillers, una apetecible cantidad de dinero en efectivo. El psicólogo al mando de dicho experimento no parece haber estudiado en la universidad, pero sí está doctorado en la calle y asume el aspecto de un Robert De Niro en vías de jubilación. Con esta premisa, la historia planteada en El encargo promete y el deseo de conocer el contenido oculto de la bolsa supone un extra de motivación para el espectador. Aunque, uno que ya las ha visto de todos los colores apostaría a que dicho contenido jamás nos será revelado. Señores, rien ne va plus. ¡Hagan sus apuestas!

 

"La próxima vez que tenga un encargo contrataré a Jason Statham como Transportador"

 

   Sin embargo, tras un inicio prometedor, en que el disparatado diálogo entre gerente y encargado nos retrotrae a cintas sublimes como Airbag o Snatch: cerdos y diamantes, la historia entra en una espiral de confusión en torno al protagonista y su bolsa cuando éste llega a su destino en el típico motel de carretera donde nadie en sus cabales pararía, y en el que deambulan como alelados toda una serie de personajes estrafalarios. Entre ellos destacan Crispin Glover como el gerente del motel que aparece siempre de golpe de detrás del mostrador de recepción como importado de la serie "Tres Estrelles" del Tricicle con la excusa de ir en silla de ruedas, o el habitual enano socarrón y malcarado secuaz del chulo o su puta de gran corazón parapetado tras el escote de vértigo que enmarca un corpiño de látex rojo. Aunque el espectador se divierta con la sucesión de escenas macabras que allí se dan, pronto siente el desencanto de que toda la acción es una pura farsa.

 

  "Aunque el espectador se divierta con la sucesión de escenas macabras que se dan, pronto siente el desencanto de que toda la acción es una pura farsa"  

 

   Afortunadamente, el trabajo de John Cusack es digno y mantiene la mínima credibilidad exigible. Además, Rebecca Da Costa da el pego como puta aunque algunos giros de su personalidad son excesivamente forzados. Lástima que el papel de Robert De Niro decaiga tanto para acabar en una caricatura de gánster de opereta. El problema es que El encargo es un thriller que incorpora muchos elementos de cómic pero sin llegar a apostar del todo por este género, con lo que su estética no resulta del todo convincente, los personajes pierden fuerza, y hay escenas que rozan el ridículo. Ignoro si el relato en que se inspira el guión de la película tiene un desarrollo tan deshilachado o si el director y guionista David Grovic ha pagado su poca experiencia en estas tareas. El resultado es una imparable pérdida de fuerza e ingenio de la trama hacia un final de lo más manido.

 

"Dice Sylvester Stallone que si transporto la bolsa con éxito, me da un papel en Los mercenarios"

 

   Sin embargo, como una de las funciones del cine es entretener, El encargo ofrece algunos elementos interesantes en este aspecto. Enternece ver cómo el protagonista mantiene una quijotesca profesionalidad dentro del mundo del hampa hasta el final. También atrae ver la transformación física de la prostituta, que pasa de una oscura sensualidad hasta una belleza resplandeciente. Hay que reconocer que las virtudes neumáticas de Rebecca Da Costa son un poderoso reclamo que todavía está por explotar. Finalmente, hay algunas escenas de excelente factura visual como la coreografía en la comisaría de policía que sirve a los protagonistas para deshacerse del sheriff y sus ayudantes. Son los claros que equilibran los nubarrones de una película desigual y que acaba por defraudar las expectativas iniciales. Así llegamos al final de esta crítica y todavía no me he marcado el spoiler de revelar si el contenido de la maldita bolsa es revelado y, en caso afirmativo, de qué se trata. Lamentablemente, nos dispongo de más líneas para disipar tal incertidumbre./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Dos Caras Harvey
     
     
 

Recomendada por Kuato a: los recalcitrantes fans de Robert De Niro que, cuanto más estrambóticos son sus personajes, más le adoran.

     
 

No recomendada por Kuato a: los que una colección de personajes frikis les pueda distraer de entrar en la trama de la película.

     
 

Ego-Tour de luxe por: la original pelea entre el protagonista, la puta y su chulo, dentro de un coche lanzado a toda velocidad por la carretera.

     
  Atmósfera turbínea por: el lamentable guiño a Psicosis con la referencia de que la silla de ruedas del gerente del motel es de su madre, que resalta el abismo sideral que separa El encargo de esa mítica cinta de culto.

 

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